La interminable trama judicial
Sigue sin definirse el debate sobre la extradición de Polanski a Estados Unidos
"Lo que es extraño y bastante único en el caso de Polanski es que sus ficciones parecen a veces profetizar la realidad venidera", señalan Serge Kaganski y Jean-Baptiste Morin en la edición de mayo del mensuario Los Inrockuptibles , que acaba de conocerse en la Argentina.
Los autores hacen referencia a un paralelismo que seguramente a ningún espectador de El escritor oculto lepasará inadvertido: la fortaleza blindada en la que pasa sus días Adam Lang, el ex primer ministro británico en desgracia que aparece en el film, tiene visibles semejanzas simbólicas con el chalet de los Alpes suizos en el que Polanski cumple arresto domiciliario desde diciembre de 2009. Dos meses antes, el 26 de septiembre, había sido detenido en Zurich, a pedido de la justicia de los Estados Unidos. Iba a recibir un reconocimiento a la trayectoria en el festival de cine local. En ese momento, la película que está por estrenarse en la Argentina ya estaba terminada.
Desde entonces, no pasa un solo día sin que se conozca algún nuevo avatar sobre un caso de resultado incierto y complejas aristas judiciales. Como se sabe, la raíz del asunto se remonta a 1977, en Los Angeles, donde Polanski -por entonces celebridad mundial- sedujo, emborrachó, drogó y sodomizó a Samantha Geiner, una aspirante a actriz que por entonces tenía 13 años. Acusado por ella de violación, el cineasta pasó 42 días en prisión hasta que acordó con el juez Laurence Rittenband -ya fallecido- la caída de todas las acusaciones a cambio de reconocer que mantuvo relaciones sexuales con una menor.
El día previo a la sentencia huyó en un avión a Europa -donde continuó con su exitosa y reconocida labor- y, desde 1978, nunca volvió a pisar suelo estadounidense. Ahora, las autoridades judiciales de los EE.UU. reclaman a Suiza la extradición del director por los hechos ocurridos 33 años atrás. Los trámites prosiguen, más allá de una solicitada de apoyo al cineasta firmada por varios prestigiosos colegas suyos (Woody Allen y Martin Scorsese, entre ellos) y un pedido de la víctima (que vive ahora en Hawai, casada y con hijos) para que se cierre el caso.
Palabras y gestiones
A comienzos de mayo, Polanski rompió el silencio. "No les pido que se apiaden de mí. Pido sólo ser tratado con igualdad, como cualquier ciudadano. El pedido de extradición está basado en mentiras. Mis abogados nunca dejaron de poner en evidencia que fui traicionado por el juez, el cual juró en falso, y que cumplí mi condena", señaló en una declaración originalmente aparecida en la página de Internet de su amigo Bernard Henry-Levy, reconocido filósofo francés.
Anteayer se supo que la ministra suiza de Justicia, Eveline Widmer-Schlumpf, dijo que examinará personalmente la decisión de extraditar o no a Polanski. Esto ocurrirá "cuando dispongamos de los documentos que necesitamos para juzgar la demanda de extradición", dijo la funcionaria. La última decisión de los tribunales norteamericanos, calificada por Widmer-Schlumpf de "definitiva", fue rechazar la petición de Polanski para ser juzgado en Estados Unidos, pero "en ausencia".
Mañana habrá una nueva audiencia en la Corte de Los Angeles, donde se escucharán los alegatos de ambas partes. Los letrados del cineasta sostienen que la información que manejan los fiscales para pedir la extradición es "falsa e incompleta", pero estos últimos señalan que el reclamo es improcedente. La razón es que Polanski "sigue siendo un fugitivo".
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