El ganador de dos Oscar ha visto su carrera frenada tras acusaciones de abuso sexual, pero la película "El club de los jóvenes multimillonarios" se filmó antes de que estallara el escándalo.
"Veneno de taquilla" ("box office poison", en inglés) es el término que usa Hollywood para referirse a un actor o actriz cuya mención evoca asociaciones tan negativas que afectan la venta de boletería de las películas que protagonizan.
Hay varias razones por las que una estrella de cine se convierta en "veneno de taquilla": puede ser porque ha tenido una larga racha de películas con pobres resultados, que sea una persona muy difícil con quien trabajar, que haya hecho declaraciones hirientes e inapropiadas o que le aceche un escándalo.
Esto último es lo que está pasando con Kevin Spacey , el destacado actor ganador de dos Oscar que desde octubre de 2017 ha sido objeto de numerosas acusaciones de abuso sexual, incluyendo de menores. Su más reciente film, El club de los jóvenes multimillonarios, se rodó antes de que estallara el escándalo, pero se estrenó el fin de semana pasado y en su primer día en los cines alcanzó una paupérrima venta de apenas US$126. El film se proyectó en 10 teatros alrededor de los Estados Unidos pero, aun con el modesto lanzamiento, la revista especializada Hollywood Reporter calculó que menos de dos personas, en promedio, compraron una entrada el día del estreno. Según los analistas, la película no alcanzará a recaudar US$1000 en su primer fin de semana.
Pero Spacey no es el único que ha perjudicado de una u otra manera la taquilla de sus films, hay varias figuras que también las hacen correr la misma suerte como por ejemplo Mel Gibson y Lindsay Lohan o el caso más recientes de Johnny Depp, quien por sus problemas personales cada vez afecta más el éxito de su carrera.
Mel Gibson
Con series de películas como Mad Max y Arma mortal,Mel Gibson fue una taquillera estrella de acción. También se destacó como excelente productor y director con Corazón valiente, con la cual ganó el Oscar a mejor película y director en 1995.
Después de tener problemas con alcohol, ser arrestado, lanzar insultos racistas y sexistas en público y un sonado divorcio, el nombre del actor perdió su lustre y desencantó a su público. Su agencia de representación rompió relaciones con él y una de las producciones que prometía regresarlo al estrellato colapsó, pero él sigue intentando recuperar el trono perdido.
Lindsay Lohan
Como estrella infantil de Disney y de éxitos como Juego de gemelas y Cupido Motorizado, Lindsay Lohan tenía una prometedora carrera por delante. Sin embargo, en su adolescencia empezó a llamar la atención de los medios más por sus problemas de adicción al alcohol y drogas que por sus películas.
Se concentró en papeles más maduros, pero sus continuos líos legales le costaron varios contratos. La talentosa actriz ya no atrae el mismo público que en sus años mozos.
Johnny Depp
El nombre de Johnny Depp era suficiente para garantizar un éxito de taquilla. Sólo hay que ver las ventas de la saga Los piratas del Caribe, pero si se juzga por los pobres resultados de sus últimas producciones, el actor ya no llena las salas como antes.
Los problemas financieros que enfrenta junto con la denuncia de maltrato que le hizo su última mujer, Amber Heard y sus declaraciones más recientes, no hicieron más que afectar su mundo laboral al punto tal que cancelaron el estreno de su último film, City of Lies.
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