Netflix: Spaceship Earth es el registro de un increíble experimento ecológico en el desierto de Arizona
El documental de Matt Wolf cuenta todos los detalles de una aventura llevada adelante en los años 90 por un grupo liderado por un activista visionario
Spaceship Earth (Estados Unidos, 2020). Dirección: Matt Wolf. Fotografía: Sam Wootton. Edición: Dave Teague. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena.
El 26 de septiembre de 1991 se inició un experimento inédito hasta entonces: un grupo de cuatro mujeres y cuatro hombres se encerró voluntariamente en un edificio futurista de cristal y aluminio montado especialmente para la ocasión en el desierto de Sonora, Arizona. Dentro de sus 1,3 hectáreas de extensión, había una selva, un océano con un arrecife de coral, un manglar, 1300 metros cuadrados de sabana, un desierto y 2500 metros cuadrados de tierras cultivables. Tal como estaba previsto, el grupo permaneció allí dos años. El 26 de septiembre de 1993 se abrieron de nuevo las puertas de este ecosistema autosuficiente y completamente cerrado bautizado Biosfera 2 y destinado a analizar las chances de supervivencia del ser humano en caso de formalizar algún intento por colonizar otro planeta.
Spaceship Earth -documental que se encuentra en Netflix- cuenta esta exótica epopeya que en su momento tuvo gran despliegue en los medios y de la que hoy casi nadie se acuerda, más allá de que el lugar donde se llevó a cabo sigue en pie, convertido ahora en atracción turística.
Quien financió esta singular aventura fue Ed Bass, heredero de la cuarta fortuna más importante de Estados Unidos, basada en el petróleo. Invirtió 200 millones de dólares para el ambicioso proyecto que no tenía detrás a un grupo de científicos sino a una organización de idealistas interesados en la ecología nacida en los últimos coletazos del movimiento hippie. Su líder era John P. Allen, fundador de la compañía de teatro vanguardista El Teatro de Todas las Posibilidades y factotum de otro proyecto quijotesco, la construcción del barco Heráclito con el que este grupo de innovadores (compuesto por activistas, artistas y biólogos de formación heterodoxa) recorrió el mundo estudiando la diversidad marina en los años 70.
Los problemas empezaron cuando la prensa empezó a hablar de la conformación de una secta y Bass -sostén económico del proyecto- decidió terminar con la gestión de los librepensadores a los que había apoyado durante años y transformar definitivamente el lugar en una especie de parque temático ambientalista (lo que muchos críticos dijeron que fue siempre) solventado por nuevos y poderosos socios provenientes de Wall Street.
Durante toda la experiencia se llevó adelante un registro audiovisual minucioso, algo que dejó como resultado un material de archivo excelente que este documental aprovecha al máximo para contar una historia que por momentos parece una parodia o un reality show a gran escala, pero que fue mucho más seria de lo que el prejuicio puede llevar a diagnosticar sin conocerla a fondo.
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