Premios Oscar 2017: lo mejor y lo peor de la ceremonia
Hacemos un repaso por los altibajos de la entrega de los galardones de la Academia
*LO MEJOR:
Luz de luna, la mejor película del año
No hay manera de que el triunfo de Luz de luna no quede por siempre asociado al error imperdonable que cometieron Warren Beatty y Faye Dunaway al mirar el resultado del sobre y proclamar a La La Land como la ganadora. Sin embargo, no debería quedar fuera de foco lo importante que es que una película como la de Barry Jenkins se imponga por sobre otras producciones. En cierta medida, es un indicio de que la Academia está dejando de mirarse el ombligo y celebrar la autorreferencialidad para apostar por un cine independiente que le habla a la diversidad.
Asimismo, quedó demostrado que ahora un film no tiene por qué arrasar en muchas categorías para alzarse con el galardón máximo, dado que Luz de luna se llevó solo dos premios anteriores (actor de reparto y guión adaptado) y el año pasado En primera plana había ganado el Oscar con una sola estatuilla predecesora: la de mejor guión. El panorama está cambiando. La ejecución falló.
Una apertura de ceremonia distinta y divertida
Por muchos años, la ceremonia de los Oscar se manejaba con un mismo mecanismo: el presentador daba rienda suelta a su monólogo y después se anunciaba el primer premio de la noche. Sin embargo, en esta oportunidad se modificaron las reglas y el encargado de abrir el show fue Justin Timberlake , quien ingresó al Dolby Theatre con un grupo de bailarines al ritmo de "Can't Stop The Feeling!", la canción del film Trolls por la que fue nominado al premio.
Posteriormente, Jimmy Kimmel brindó un conciso pero efectivo discurso, en el que abundaron los comentarios en contra del presidente de los Estados Unidos Donald Trump , algunas bromas para Matt Damon y Mel Gibson y un pedido de ovación para Meryl Streep . Fue un inicio de ceremonia diferente, con las estrellas bailando, propulsando gifs y con Kimmel no estirando en demasía su monólogo. Más tarde, el conductor se animó a tuitearle a Trump y a incorporar con astucia su exitoso segmento "Celebrities Read Mean Tweets", sellando así una correcta labor que se sostuvo durante toda la velada.
La La Land no monopolizó los galardones
Era la película más nominada, aspiraba a catorce estatuillas y prometía arrasar con todos los premios. Sin embargo, la Academia supo ver más allá de La La Land y repartió los galardones por fuera de los "cantados": mejor director, actriz, banda sonora, canción original, fotografía y diseño de producción. Por otro lado, en el resto de las categorías en las que competía el musical, los ganadores fueron Hasta el último hombre (edición y mezcla de sonido), La llegada (edición de sonido) y Manchester junto al mar (guión original).
Así las cosas, aunque el tercer largometraje de Damien Chazelle fue el que cosechó más premios, fue interesante que la ceremonia reflejara todo el potencial que se desplegaba en la categoría de mejor película, que contaba nada menos que con nueve aspirantes.
*LO PEOR:
Warren Beatty y un error inusitado
No hace falta hacer un revisionismo profundo para aseverar que el haberse equivocado en el nombre de la película ganadora es el traspié más grave y escandaloso en la historia de los Oscar. El problema se generó cuando a Warren Beatty le dieron el duplicado del sobre correspondiente a la mejor actriz -todos los sobres tienen una copia- y, al dudar sobre si mencionar o no el error, miró a Faye Dunaway y ambos optaron por mencionar "La La Land" aunque el nombre de Stone estuviera arriba. El sobre correspondiente a mejor película llevaba, efectivamente, otro destinatario.
El desconcierto de los productores de La La Land, sumado al de Kimmel y al del equipo de Luz de luna generó un momento por demás incómodo que lamentablemente eclipsó el triunfo del drama de Barry Jenkins.
Jimmy Kimmel sorprendió a un grupo de turistas
La premisa era interesante: elegir a un colectivo "hop off" que pasara por el Dolby Theater para hacer ingresar a los turistas a la ceremonia sin que lo supieran con antelación. ¿La intención? Que se sorprendieran al abrir las puertas del teatro y ver sentadas en las butacas a sus estrellas favoritas del cine. Sin embargo, el sketch terminó siendo demasiado largo y vergonzosamente ensayado, como si el grupo hubiese estado al tanto de que iba a formar parte de la ceremonia de los Oscar.
En consecuencia, cuando dos de ellos se sacaron una selfie con Denzel Washington , el hecho no fue ni tan emocionante ni tan divertido, simplemente se sintió forzado.
Los números musicales, con sabor a poco
El primer número musical de Justin Timberlake prometía marcar el tono para las presentaciones subsiguientes y, aunque el resto de las canciones nominadas no ameritaban una gran producción, sí se extrañó la época en la que la Academia tiraba toda la carne al asador para que se luzcan los temas originales. Por lo tanto, aunque Lin-Manuel Miranda, Auli'i Cravalho, Sting y John Legend estuvieron más que correctos, tampoco lograron crear viñetas memorables.
La contracara fue el certero cover de "Both Sides Now" de Joni Mitchell a cargo de Sara Bareilles, hermoso y sentido para acompañar el In Memoriam de una ceremonia que, además, se sintió demasiado larga.
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