Cine independiente: finaliza hoy el festival. Premios y récords para el cierre del Bafici
Tuvo un 10% más de asistentes que el año pasado
Alamar, del mexicano Pedro González-Rubio, ganó el premio a la mejor película de la sección oficial internacional; mientras que Invernadero, de Gonzalo Castro, obtuvo la distinción principal en la competencia argentina de la 12ª edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), que finalizará esta noche con un nuevo récord de público: 280.000 asistentes; es decir, un 10 por ciento más que en la edición de 2009.Los premios de los cinco jurados oficiales y de los seis paralelos fueron anunciados ayer al mediodía en el Espacio Bafici del Abasto y entregados por la noche en una ceremonia realizada en el Samsung Studio de San Telmo. En general, salvo algunas sorpresas, los galardones estuvieron en sintonía con el gusto de la mayoría de la crítica y del público, y fueron recibidos con aplausos.
En la competencia internacional –que contó con 19 títulos– los premios se repartieron entre cuatro películas: la apuntada Alamar, un emotivo retrato de una relación padre-hijo; la rumana Police, Adjective, de Corneliu Porumboiu (mejor director y mejor actor para Dragos Bucur), un meticuloso análisis de los dilemas éticos y morales de un policía; la lírica película italiana La bocca del lupo, de Pietro Marcello (Premio Especial del Jurado); y Lo que más quiero, opera prima de la argentina Delfina Castagnino (mejor película argentina y mejores actrices para Pilar Gamboa y María Villar), sobre el duelo por el que atraviesan dos amigas que se reencuentran en la zona de Bariloche.
En la sección oficial argentina –que tuvo 13 films concursantes– el galardón principal fue para Invernadero, tercer largometraje de Gonzalo Castro que se sumerge en el universo del celebrado escritor mexicano Mario Bellatin; el de mejor dirección para Iván Fund y Santiago Loza por Los labios, película sobre la dura tarea de tres asistentas sociales en barrios carenciados que acaba de ser seleccionada para el inminente Festival de Cannes; y el Premio Especial del Jurado para Somos nosotros, historias sobre varios skaters marplatenses rodada por Mariano Blanco, de apenas 19 años.
Trailer de Alamar
En la competencia Cine del Futuro triunfó Morrer como un homem, notable largometraje del portugués João Pedro Rodriguez sobre las desventuras de un veterano travesti; y en la de Derechos Humanos, lo hizo Cuchillo de palo, documental de la paraguaya Renate Costa que también reconstruye la historia de un travesti, aunque en este caso en la época de la dictadura de Alfredo Stroessner. Entre los cortos, los vencedores fueron tres: Sábado uno, de Ignacio Rogers; Mientras paseo en cisne, de Lara Arellano; y La mia casa, de Marcelo Scoccia.
También se anunciaron ayer las distinciones de los jurados paralelos (sólo faltan conocerse hoy los dos premios del público): Los labios ganó tanto el de la Feisal (escuelas de cine) como el de la Asociación de Cronistas Cinematográficos; la brasileña Os famosos e os duendes da morte, de Esmir Filho, obtuvo el de los directores de fotografía (ADF); Lo que más quiero, el de la crítica internacional (Fipresci); La bocca del lupo, el de Signis (ecuménico); y Alamar, el de Unicef.
La hora del balance
Más allá de la contundencia de sus números (280.000 asistentes, 200.000 entradas vendidas, 422 películas exhibidas en 1115 funciones en 21 salas), esta 12ª edición del Bafici demostró que todavía hay espacio para que este tipo de cine más audaz, joven y experimental –que no suele acceder al circuito comercial– siga creciendo y tenga un espacio permanente en la cartelera durante el resto del año.
Otro aspecto a destacar es la impresionante vitalidad de la producción independiente argentina, ya que este año se exhibieron en el Bafici 86 títulos argentinos (44 largometrajes y 42 cortos), algo que muy pocas cinematografías en el mundo hoy pueden sostener. Por supuesto, no todo tuvo un nivel de excelencia, pero hubo buenas películas (Lo que más quiero, Los labios, El ambulante, Centro, Hacerme feriante, El Rati Horror Show) que seguramente a partir de ahora tendrán un amplio recorrido local e internacional.
La competencia internacional fue una de las mejores de los últimos años con pequeñas joyas como las premiadas Police, Adjective, Alamar, La bocca del lupo y Cuchillo de palo, o la película de animación australiana Mary and Max.
Por supuesto, el costado político –una de las constantes en toda la historia del Bafici– estuvo presente ya desde los films de apertura (Secuestro y muerte, de Rafael Filippelli) y de clausura (Los condenados, de Isaki Lacuesta), así como en la mayoría de las secciones, como el foco dedicado a los documentales sobre la contradictoria realidad china. La música también tuvo una fuerte impronta con gran cantidad de películas y con actuaciones en vivo, como la de Leo García tocando temas originales de Miguel Abuelo (homenajeado también en el documental Buen día, día).
A nivel de invitados internacionales, este año fueron más de 250, entre ellos la actriz norteamericana Angela Bassett, la directora italiana Tizza Covi, el realizador portugués João Pedro Rodríguez, el documentalista japonés Kazuo Hara, los franceses Bruno Dumont, Jean-Gabriel Périot y Alain Giraudie, los norteamericanos Reynold Reynolds y Jim Finn, el esloveno Peter Kerekes, el británico Chris Petit y el filipino Raya Martin, entre muchos otros. Una forma de constatar que el Bafici sigue siendo uno de los eventos más importantes del calendario de festivales dedicados –como principal objetivo– a descubrir lo nuevo de lo nuevo y, a esta altura, un verdadero clásico del otoño porteño.