Pura adrenalina en la vuelta de Hulk

Hulk: El hombre increíble ( The Incredible Hulk , Estados Unidos/2008). Dirección: Louis Leterrier. Con Edward Norton, Liv Tyler, Tim Roth, Tim Blake Nelson, Ty Burrell y William Hurt. Guión: Zak Penn. Fotografía: Peter Menzies Jr. Música: Craig Armstrong. Edición: John Wright y Rick Shaine. Diseño de producción: Kirk M. Petruccelli. Presentada por UIP. Duración: 114 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena

Hace cinco años, el director taiwanés Ang Lee llevó por primera vez a Bruce Banner/Hulk a la pantalla grande con resultados que no satisficieron a los expertos de Hollywood, a los críticos ni al público. En momentos en que los superhéroes surgidos de la historieta -especialmente los de la factoría Marvel- están disfrutando de una excelente actualidad comercial, los productores decidieron "revivir" esta franquicia, ahora con el aporte de un director menos prestigioso, pero más eficaz para este género, como el francés Louis Leterrier, responsable de la taquillera saga de El transportador.

Si bien puede ser considerada una secuela del Hulk de Ang Lee, esta segunda entrega funciona también de manera autónoma. La historia ya bastante conocida de Bruce Banner, el científico afectado por una radiación de rayos gamma, es resumida en un par de minutos durante los créditos de apertura, y luego la acción se traslada al violento entorno de la favela carioca de Rocinha, donde el protagonista (ahora encarnado por Edward Norton) se esconde de la persecución de los militares norteamericanos encabezados por el general Ross (William Hurt), que además es el padre de Betty (Liv Tyler), la ex (y futura) novia de Banner. Luego de otras breves escalas tercermundistas en la selva de Guatemala y en Chiapas, nuestro sufrido héroe volverá a las calles de Manhattan para enfrentarse a un enemigo de fuste: el monstruoso y poderoso Emil Blonsky que interpreta Tim Roth.

Efectos marca registrada

Que quede claro: Hulk, el hombre increíble no tiene demasiadas sutilezas, matices ni profundidades psicológicas. Ofrece, como compensación, un permanente y adrenalínico despliegue de escenas de acción sustentadas en el aporte de las nuevas tecnologías en efectos visuales generados por computadora.

Por momentos, especialmente durante su segunda mitad, se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre ideas dramáticas y estéticas que ya trabajaron otros films, como King Kong , Godzilla o Cloverfield : gigantescas y violentas criaturas que generan el caos en las calles de Nueva York.

Leterrier hace lo suyo con solidez y convicción, aunque sin ningún rasgo que lo diferencie de cualquier otro buen artesano de la industria, mientras que Edward Norton, que comenzó el proyecto como coguionista y luego se retiró de ese rubro por diferencias creativas, está correcto en el registro que le exige la historia, muy alejado del tono irónico y burlón que Robert Downey Jr. le imprimió a la reciente Iron Man: El hombre de hierro .

Precisamente, el Tony Stark de Downey Jr. aparece -al igual que el veterano Stan Lee y el Lou Ferrigno de la serie de televisión- en un simpático cameo que anticipa nuevas apariciones y hasta posibles futuras colaboraciones conjuntas. Por lo visto, habrá Hulk y otros superhéroes para muchos años más.