Santaolalla: el señor de los premios
Esta noche compite por la banda de sonido de Babel, la película de Alejandro González Iñárritu, pero no se tiene fe
lanacionar"Es raro, pero en cierto punto, estoy acostumbrado a atravesar transformaciones en mi vida", dice el músico y productor argentino Gustavo Santaolalla, a horas nomás de enterarse de si tendrá el privilegio, la suerte, el don de alzarse por segunda vez consecutiva con uno de los premios más cotizados de la industria del entretenimiento global.
Hoy nominado al Oscar por la banda sonora del film Babel -el último año ganó la estatuilla dorada de la Academia en el mismo rubro, por la música de la película Secretos en la montaña -, Santaolalla asegura sentirse cómodo en las ropas de su más nueva transformación: compositor estrella del mundo cinematográfico. "Viví muchas mutaciones: primero fue mi grupo, Arco Iris; después me puse en el rol de productor; después llegó la compañía de publicidad, que financió realmente mi carrera, y poco más tarde llegó nuestro sello. Allí, buena parte de mi carrera la dediqué a que el talento de otra gente se propulsara y un día apareció mi disco Ronroco , que se utilizó en un film [ El informante ] y ahora tengo una carrera frente a mí. Es alucinante y el desafío me encanta. Si bien estoy sorprendido con todo esto que ocurrió, por otro lado, es algo que estaba buscando."
-¿Un sitio de apuestas en Internet te anota con las mejores chances para esta noche?
-Sí, pero debe ser uno hecho en la Argentina. La verdad es que me parece que las chances de ganar son mínimas, pero me siento honrado y orgulloso y espero que en la Argentina puedan gozar también de eso. Siento que es tan increíble que me nominen dos años seguidos mucho más siendo una persona nueva en la industria del cine. Antes de Amores perros y Diarios de motocicleta era un desconocido total en este ambiente y ahora compito por un Oscar con un genio como Thomas Newman.
-Unos días atrás competiste en otros dos importantes premios de la industria mundial, el Bafta (en Gran Bretaña) y el Grammy (en EE.UU.).
-En el Bafta me nominaron por tercera vez consecutiva y de los tres premios gané dos. El mismo día fuimos nominados para el Grammy, pero como siempre te dicen "no trabajes con niños y animales", también se podría decir: "nunca compitas con un muerto, que siempre te va a ganar". En este caso era Johnny Cash y sus canciones.
Santaolalla está contento y se le nota en la voz. Aunque también se le nota una gripe que lo tiene a mal traer. "Es que no paro, estoy a full. Los últimos años han sido tremendos, pero tengo el feeling de que en algún momento va a parar. Soy consciente de que trabajé toda mi vida y que acumulé una celebridad tal que ahora la tengo que mantener, disfrutarla, aunque a veces todo parezca abrumador."
En el "estoy a full" de Santaolalla entran diversos y disímiles proyectos y actividades, como el segundo álbum de su agrupación tanguera Bajofondo Tango Club ("quedó bárbaro, con invitados de lujo como Gustavo Cerati, Juan Subirá de la Bersuit, y una de las últimas grabaciones de Lágrima Ríos"), la banda sonora de un film dirigido por Sean Penn ( Into the Wild ), la salida de un nuevo sello discográfico bajo su tutela (Seminal) y un futuro y promocionado encuentro con Francis Ford Coppola. "El llamó a Walter Salles para dirigir la versión cinematográfica de la novela de Kerouac, En el camino , y quiere que me encargue de la música. Sin habernos sentado en una misma mesa, ya somos amigos."
Sobre su trabajo en Babel , la película que volvió a juntarlo por tercera vez con el director mexicano Alejandro González Iñárritu ( Amores perros y 21 gramos ), sostiene que "el mayor desafío ha sido crear una música que se sintiera como música global, pero que no sonara a National Geographic. En la banda de sonido utilicé un instrumento que se llama oud, que realmente me ayudó muchísimo en ese aspecto, fue mi mejor compañero en todo el disco".
-¿Qué te inspiró el film?
-Fui a las locaciones de Marruecos y también a las de Tokio. Es una película alucinante y el punto de vista de Alejandro es muy interesante. El film tiene mucho corazón y, al mismo tiempo, mucha textura; lleva consigo el espíritu del hombre, del ser humano.
-¿Es verdad que te quisieron bajar de la nominación?
-Sí, pero ya pasó. El año pasado también me habían tratado de descalificar, pero no fue la Academia, sino un manager de un músico que competía conmigo. Este año pasó algo similar, pero trataron de buscarle una vuelta técnica: se quejaron porque una pieza de la banda de sonido de Babel (el tema "Iguazú") estaba en el álbum Ronroco. Para participar, las obras no pueden haber sido utilizadas en otras películas, o en series de televisión y esas cosas. Entonces, desde la Academia me pidieron si podía aclarar ese tema mandándoles una carta. Se la mandé y todo bien. Hay muchas alimañas sueltas en este ambiente.
El músico que se radicó en Los Angeles hace ya tres décadas asegura que visitará el país en los próximos días, como invitado especial del Festival de Cine de Mar del Plata, y aprovechará la ocasión para pasar un tiempo en Mendoza, donde proyecta una bodega propia. "Voy a trabajar, pero la verdad es que adoro tanto ir a la Argentina, que siempre disfruto al máximo los días que pueda estar". En La Feliz recibirá otro premio y van quién sabe cuántos.
-Sos algo así como el Señor de los Premios
-Nunca hice nada por los premios, pero este año, después de todo lo que ocurrió con Secreto en la montaña , abrigaba el sueño de que Babel ligara alguna nominación. Ya con eso estoy muy feliz. Además, toda esta historia también tiene su revés. La última vez que vi a [Pedro] Almodóvar me dijo: "No veo la hora de que termine la temporada de premios, así me pongo a trabajar". Y es verdad, todo esto de los premios te quita tiempo y cabeza. Pero bueno, ahora hay que saber disfrutarlo, nada más.
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