Una película y un director, ante el desafío de contar la realidad a través de la ficción
La historia de Acusada fue asociada a casos policiales concretos, aunque Tobal aclara que no hay relación
Seis años después de su debut como realizador con Villegas (2012), obra muy comentada y aplaudida en el circuito del cine independiente y de autor, Gonzalo Tobal se anima a jugar en una liga mucho más exigente. Hay nombres muy fuertes delante y detrás de las cámaras de Acusada, que para el director resulta una película difícil de clasificar o meter "en una cajita", según sus palabras. "Acusada tiene muchas capas y creo que se le puede entrar por lugares diferentes. Es una mezcla un poco libre entre un policial, un drama familiar y un drama judicial. Quería hacer un thriller atrapante que a la vez funcionara como un reflejo del mundo en que vivimos", cuenta.
A Tobal le gusta cruzar géneros mientras construye sus personajes a partir de una dimensión "realista y humana" de los conflictos que se ven obligados a enfrentar. "En el fondo, Acusada es un policial contado desde la intimidad de una familia. El modo en que se desarrollan esos vínculos nos permite empezar a decodificar una verdad", señala.
También dice de manera muy enfática que lo que cuenta la película es totalmente ficticio. La clásica placa que aclara que cualquier semejanza entre los hechos narrados en el film y la realidad "es pura coincidencia" aparece al comienzo de un relato que, no bien trascendió, inmediatamente fue conectado al episodio del asesinato de Solange Grabenheimer, que murió apuñalada en 2007 en la localidad bonaerense de Florida cuando tenía 21 años. Su amiga Lucila Frend, única acusada, fue absuelta tras el juicio.
No fue el único. Tobal contó que cuando se confirmó la inclusión de Acusada en la competencia oficial del Festival de Venecia, varios medios italianos vincularon la trama de la película con el caso de Amanda Knox, una estudiante norteamericana que también en 2007 fue acusada en Italia del crimen de su compañera de cuarto Meredith Kercher, participante de un programa de intercambio. Por el hecho, que mantuvo en vilo por largos meses a toda la península, Knox fue condenada a 26 años de cárcel, pero luego de cuatro años de encarcelamiento un tribunal superior italiano consideró que ya había cumplido la pena y ordenó liberarla. "Nuestra historia es 100% ficticia, porque no nos interesaba hablar de ninguna persona en particular, sino de las cuestiones sociales generales que se desprenden de un hecho de este tipo", aclara el director.
Lo que sí buscó deliberadamente Tobal fue aproximarse de la mejor manera posible a la realidad en la puesta en escena del juicio oral que en un momento enfrenta la protagonista. "Hay pocas referencias sobre el tema en el cine argentino. Investigué mucho y asistí a varios juicios orales porque sabíamos que era un riesgo brutal quitarle verosimilitud a esta secuencia tan larga e importante. Creo que logramos darle a este desafío una solución cinematográfica", explica.
Lo que más destaca Tobal de Espósito fue su disposición "desde el vamos a arriesgarlo todo por algo nuevo que su intuición y sus ganas le indicaban que debía hacer". El director reconoció que no conocía tanto a Lali como actriz antes de que ella llegara a Acusada.
"Lali se jugó a pleno. Le di el guion, lo leyó, le encantó, vino al casting y cumplió con lo que le había pedido: venir a cara lavada. La imagen que tenía de ella, como le pasa a la mayoría, es la de una estrella pop. Y cuando llegó al casting descubrí a la persona detrás de la estrella o del personaje. Que Lali llegara mostrando algo tan diferente de lo que imaginábamos fue sensacional. La diferencia entre esa aparición y la imagen que tenemos de ella generó en todos el interés de querer descubrir qué hay del otro lado. Y lo más importante es que en la prueba Lali la rompió".
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