Vasta acumulación de lugares comunes
"La joya de la familia" ("The Family Stone", Estados Unidos/2005). Guión y dirección: Thomas Bezucha. Con Diane Keaton, Claire Danes, Rachel McAdams, Dermot Mulroney, Craig T. Nelson, Sarah Jessica Parker, Luke Wilson, Tyrone Giordano, Brian J. White, Elizabeth Reaser y Paul Schneider. Fotografía: Jonathan Brown. Música: Michael Giacchino. Edición: Jeffrey Ford. Diseño de producción: Jane Ann Stewart. Producción de Fox 2000 Pictures, hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por 20th. Century Fox de Argentina. Duración: 102 minutos. Apto para todo público.
Nuestra opinión: regular
Las fiestas navideñas tienen en todo el mundo (pero especialmente en los Estados Unidos) múltiples y muy fuertes connotaciones. Familiares llegados de todos los rincones del país suelen reunirse para la ocasión generando una fuerte movilización emocional (y comercial). Por eso, no extraña que el cine norteamericano siga ofreciendo una y otra vez películas sustentadas en estos fugaces pero intensos encuentros de fin de año, dominados por elementos tragicómicos que las convierten prácticamente en un subgénero con reglas y estética propias.
Precisamente de la comedia más liviana sobre enredos románticos y del melodrama más escabroso bebe igualmente "La joya de la familia", segundo largometraje como guionista y director de Thomas Bezucha. El resultado, desparejo, irregular, termina inclinándose hacia el debe no sólo porque Bezucha desaprovechó a un elenco de primera línea y desperdició algunas observaciones iniciales bastante lúcidas e inquietantes, sino porque además termina cediendo en su última media hora a las peores convenciones, a las resoluciones más forzadas y ya aplicadas en innumerables historias anteriores.
El film -que maneja situaciones y tonos bastante similares a los que Jodie Foster apeló hace ya una década en "Feriados en familia"- se centra en el regreso a la casona de la familia Stone, en un pueblo universitario ubicado en Nueva Inglaterra, de Everett (Dermot Mulroney), el hijo mayor y ejecutivo exitoso que llega acompañado por Meredith (Sarah Jessica Parker), una ambiciosa, contenida e insufrible profesional neoyorquina, desesperada hasta la compulsión por caerles bien a sus nuevos parientes, pero con una insólita capacidad para generar siempre rechazos generalizados.
Superficialidad alarmante
Además de los padres (Craig T. Nelson y Diane Keaton), unos anfitriones bastante bohemios e intelectuales, allí están para recibir a la nueva pareja los otros cuatro hijos: Thad (Ty Giordano), un joven gay y sordo acompañado por su pareja afroamericana (Brian White); Susannah (Elizabeth Reaser), embarazada y con una hija; Ben (Luke Wilson), el típico antihéroe de espíritu payasesco y buen corazón, y Amy (Rachel McAdams), una benjamina dueña de una ironía despiadada.
Entre comilonas y regalos, misterios y secretos, frustraciones y romances -al poco tiempo se incorpora a la mesa Julie (Claire Danes), la seductora hermana de Meredith-, transcurre la primera mitad de la película sin grandes hallazgos, pero con una liviandad y una consistencia que la hacen muy llevadera.
El problema empieza cuando la película no se decide entre cuestionar o transitar los postulados de la corrección política tan propia de estos tiempos. Cuando toda la familia Stone (con la excepción, claro, del novio Everett) se une para atacar a Meredith por sus desacertadas opiniones sobre la homosexualidad de Thad, surgen en el film interesantes pinceladas respecto del grado de intolerancia en el que pueden incurrir también las familias que se vanaglorian de su modernidad y su progresismo.
Pero pronto, muy pronto, todo vuelve a cauces previsibles y cualquier atisbo de cuestionamiento inteligente es arrasado por unas penosas escenas de equívocos sexuales -los opuestos que siempre se atraen-, por enredos con golpes y caídas incluidas (el humor físico y el ritmo de la screwball-comedy no parecen ser el fuerte de Bezucha), y por un desenlace seudorromántico que parece copiado de los exponentes menos creativos del género.
Por el lado del melodrama, tampoco las cosas resultan mejores. La película trabaja las separaciones de las parejas y hasta una enfermedad terminal con una superficialidad alarmantes. Frente a semejantes situaciones, no es demasiado lo que pueden hacer excelentes comediantes como Diane Keaton, Sarah Jessica Parker (en el papel más arriesgado de todo el film), la ascendente Rachel McAdams o el gran Luke Wilson. De todas maneras, el gran éxito que el film está cosechando en los Estados Unidos indica que, por lo menos allí, estas desvaídas historias navideñas han encontrado un público dispuesto a sumergirse en ellas. Para quienes no comulguen con esta acumulación de lugares comunes, en cambio, siempre están disponibles los clásicos navideños de George Cukor, Vincente Minelli o Frank Capra.