Venecia recibirá al cine argentino como gran protagonista
La notable presencia que tendrá el cine argentino en el próximo Festival de Venecia , decana de las grandes muestras cinematográficas del calendario anual, consolida una tendencia que parece afirmarse con fuerza: 2018 aparece como un año de presencia extraordinaria para la producción nacional en las grandes vidrieras del cine internacional. Ya sucedido en Berlín y Cannes y, según pudo saber LA NACION, después de Venecia también habría un lugar muy destacado para el cine argentino en otros festivales de altísimo nivel como Toronto y San Sebastián, en septiembre próximo.
Después de muchísimo tiempo, Venecia (del 29 de agosto al 8 de septiembre) tendrá en esta temporada una presencia muy destacada del cine argentino más reciente, con seis películas en distintas secciones. En el lugar más destacado aparece Acusada, escrita y dirigida por Gonzalo Tobal (Villegas) y protagonizada por Lali Espósito, Inés Estévez, Leonardo Sbaraglia, Gerardo Romano, Daniel Fanego y Gael García Bernal, que formará parte de la competencia principal por el León de Oro. El film llegará a la Argentina el 13 de septiembre.
Fuera de competencia se verán en Venecia dos de los títulos más esperados del cine local: Mi obra maestra y La quietud. La primera, dirigida por Gastón Duprat y producida por Mariano Cohn (El ciudadano ilustre, El hombre de al lado), narra la peculiar relación entre un especialista en arte (Guillermo Francella) y un famoso artista en decadencia (Luis Brandoni), con estreno en la Argentina el 16 de agosto. En cuanto a La quietud, que marca el regreso a Venecia de Pablo Trapero luego de ganar en 2015 el premio al mejor director por El clan, es un drama familiar intimista protagonizado por Martina Gusman, Berenice Bejo, Edgar Ramírez, Joaquín Furriel y Graciela Borges (estreno en la Argentina, 31 de agosto).
También fuera de competencia, Venecia incluyó en su programación los documentales Introduzione All' Oscuro, de Gastón Solnicki (Papirosen, Kékszakállú), y El Pepe, una vida suprema, dirigida por Emir Kusturica y coproducida entre la Argentina y Uruguay sobre la vida del expresidente uruguayo José Mujica.
La presencia argentina se completa con La noche de 12 años, otra coproducción argentino-uruguaya dirigida por Álvaro Brechner (Mal día para pescar,Mr. Kaplan), que se verá en la sección Orizzonti, que curiosamente también habla de la historia real de Mujica, pero en este caso desde una ficción, adaptada del libro de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro Historias del calabozo. Está protagonizada por Chino Darín y el español Antonio de la Torre. Se estrenará en la Argentina el 27 de septiembre.
Para celebrar los 75 años de la Mostra, Barbera incluyó en la competencia por el León de Oro títulos que ya suenan en la próxima temporada de premios como el estreno mundial de Suspiria, de Luca Guadagnino (Llámame por tu nombre), remake del clásico de terror de Dario Argento, además de 22 July, de Paul Greengrass; The Favourite, de Yorgos Lanthimos; Peterloo, de Mike Leigh; Roma, de Alfonso Cuarón; Sunset, de Laszlo Némes (El hijo de Saúl), y At Eternity's Gate, de Julian Schnabel, con Willem Dafoe como Vincent Van Gogh.
También forma parte de la competencia The Ballad of Buster Scruggs, el nuevo film de Joel y Ethan Coen, una antología de temática western realizada en varios episodios y rodada digitalmente. Es uno de los seis títulos originales de Netflix elegidos este año para participar en Venecia, junto a la película de Cuarón y dos proyectos relacionados con Orson Welles: el estreno mundial de su último proyecto como director, The Other Side of the Wind, a casi medio siglo después de su producción, y el documental They'll Love Me When I'm Dead, dirigido por Morgan Neville, acerca de la relación entre Welles y este film. Venecia se instala así como la contracara de Cannes, que se enfrentó este año duramente con Netflix en apoyo a los exhibidores franceses.
Barbera, en tanto, habló de la falta de películas dirigidas por mujeres en la competencia oficial. "Programar una película en la competencia oficial solo porque la dirige una mujer podría ser algo muy ofensivo para un realizador -dijo Barbera a The Hollywood Reporter-. Prefiero perder mi trabajo a tener que seleccionar a la fuerza una película solo porque fue dirigida por una mujer. Por supuesto que me gustaría incluir más mujeres en el festival, pero es un tema que no depende de mí. El problema es que hay todavía muchos prejuicios en la industria. Mi trabajo consiste solamente en decidir si una película es buena o no".
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