Versión con unos cuantos atractivos
"Los productores" ("The Producers", Estados Unidos/2005). Dirección: Susan Stroman. Con Nathan Lane, Matthew Broderick, Uma Thurman, Will Ferrell, Roger Bart, Gary Beach, Eileen Essell, Jon Lovitz. Guión: Mel Brooks y Thomas Meehan, basado en la película de 1968 y en el musical de 2001. Fotografía: John Bailey y Charles Minsky. Letras y música: Mel Brooks. Edición: Steven Weisberg. Diseño de producción: Mark Friedberg. Producción hablada en inglés. Presentada por Columbia TriStar Film de Argentina. Duración: 134 minutos. Calificación: para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena
En 1968, el por entonces director debutante Mel Brooks estrenó "Con un fracaso... millonarios", película con Zero Mostel y Gene Wilder muy maltratada en su época, pero que con el tiempo fue adquiriendo el estatus de clásico de culto. Hace casi cinco años, Broadway lo recicló como un musical de alcance planetario y, después de tan largo y errático camino, llega ahora, siempre con Brooks como guionista, en una versión hollywoodense de formato espectacular con la misma dupla cómica que cautivó al teatro de Nueva York: Nathan Lane (que también la interpretó en Londres) y Matthew Broderick, y con la dirección de Susan Stroman (también coreógrafa de la obra estrenada en 2001) en su debut cinematográfico.
Precisamente, Stroman es el eslabón más endeble de un proyecto de indudable eficacia. Ni siquiera sus evidentes limitaciones como narradora (que por momentos caen en la pereza o llegan incluso a la ineptitud) alcanzan a minar el humor entre cínico y nostálgico (con picos hilarantes) de este homenaje a esa época dorada de Broadway que fueron los años 50.
Al rudimentario trabajo de Stroman en la puesta en escena (no se anima a filmar los musicales en planos-secuencia y prefiere todo tipo de cortes innecesarios, apela a los primeros planos sin conseguir nunca la fuerza dramática que los mismos exigen) se le opone por suerte un elenco que supo sostener con convicción en el siempre difícil terreno de la construcción cinematográfica la exuberancia y la apuesta por el artificio de esta transposición fiel (casi literal) de la comedia musical.
La historia de Max Bialystock (Nathan Lane), un productor caído en desgracia que junta el dinero para sus proyectos entre ancianas ávidas de compañía y que encuentra en el neurótico contador Leo Bloom (Matthew Broderick) la idea que tanto estaba necesitando para salir de su decadencia (ganar mucha plata financiando de manera espuria el mayor de los fracasos posibles), está llena de simpáticas observaciones sobre las miserias y los excesos de un show business dominado por la codicia y los abusos sexuales, así como una despiadada indagación en los estereotipos de la corrección política (algunos, de todas maneras, pueden sentir como hiriente o al menos torpe la mirada sobre el universo de los artistas homosexuales).
Los contrastes entre el contenido y reprimido Leo que encarna Broderick y el pantomímico y extravertido Max de Lane funcionan de manera aceitada, mientras que también resultan logradas las incorporaciones del gran Will Ferrell (como el autor neonazi de la obra "Springtime for Hitler", elegida para el desfalco) y de una radiante Uma Thurman de tacos altos, vestido blanco, corto y ajustado, mirada sugerente y acento sueco, a la que le alcanza con unos pocos (demasiados pocos) pasajes para lucir su encanto como la inocente secretaria y aspirante a actriz Ulla.
Película paródica -y a estas alturas bastante inocente y pasada de moda- que se ríe del cinismo, de la vulgaridad y de la falta de buen gusto (y de educación) de una parte importante del mundo del espectáculo, "Los productores" luce apenas correcta en términos visuales, pese a un generoso presupuesto de 45 millones de dólares. Ni los técnicos contratados ni mucho menos su directora parecen estar a la altura de la creatividad original de Mel Brooks. Le alcanza, de todas formas, para convertirse en un espectáculo con unos cuantos atractivos.