Con nombre y apellido
Museo Nacional de Bellas Artes, sí, pero en Monserrat. Dedicado a la plástica, pero también a la moda, durante la inauguración de la nueva sede, anteayer, no faltó ni un desfile. Mientras por el hall se paseaban los vestidos de María Pryor, el arquitecto Clorindo Testa (foto superior, der.) reflexionaba: "Todo lo que la gente puede imaginar, y esa imaginación termina en una obra hecha con sus manos, todo es igual, con un mismo mecanismo, y todo es una expresión artística. Puede ser un escultor con el barro o la piedra, o un pintor con una tela, con un lápiz, o alguien que imagina con género". A su lado, Jacobo Fiterman (presidente del consejo consultivo de ArteBA) escuchaba atento. Entre la multitud también asomó Felipe Noé, que –en charla con la arquitecta Magdalena Faillace, ex presidenta de la Comisión de Museos– se ufanó de ser vecino ("estoy en Tacuarí e Independencia, el límite mismo entre San Telmo y Monserrat"). Próximo a cumplir 70 años ("a fines de mes"), se apronta a publicar su primer libro de historietas: "Es la adaptación de Recontrapoder, un viejo texto mío. Los dibujos los hicimos a medias con Nahuel Rando". Y cuando Marta Minujín y Nacha Guevara se ponían los abrigos llegaban Josefina Robirosa y el arquitecto Carlos Cassin: "Nos perdimos el desfile, es que venimos de la muestra de Pedro Roth", explicaron, en plena gira arty.