Cosas que pasan en el Teatro Colón
Como es sabido, Darío Lopérfido pasó de ser director general del Teatro Colón a ministro de Cultura de la Ciudad. Paralelamente es el director artístico de la sala. Claro que para que pueda asumir esa responsabilidad hubo que cambiar la estructura administrativa del Ente Autárquico ya que la ley 2855 sancionada en 2008 no contemplaba dicho cargo. Según esa norma, el directorio está compuesto por cinco miembros: el general, el ejecutivo y tres directores vocales, uno de los cuales es en representación de los trabajadores (cargo que recién se completó mucho tiempo después de sancionada la ley). Para crear la nueva estructura el 3 de este mes, cuando Lopérfido todavía era el director general del teatro, el directorio del ente solicitó el cambio a dos dependencias del gobierno. El 9, la resolución 2015-807 consigna la nueva estructura tomando en cuenta que los mismos entes descentralizados tienen la facultad de administrarse por sí mismos. En esa misma resolución se creó el cargo de director artístico ad honórem. A futuro habrá que ver si ante una nueva administración corresponde que ese cargo, fundamental en lo que hace a la dirección de una sala de este tipo, debería seguir siendo no remunerada. En estos mismos días se hizo pública una situación un tanto confusa entre el director del Ballet Estable, Maximiliano Guerra, y la viuda del gran coreógrafo Kenneth MacMillan. La encargada de defender los derechos del británico sospecha que la coreografía de Romeo y Julieta que firmó Guerra tiene demasiados puntos en común con la de MacMillan. Guerra optó por el silencio. Desde el Teatro Colón se informa que ambas partes están en contacto y que se le hizo llegar a Débora MacMillan un video para que sea evaluado por su equipo de abogados.