Cris Morena: "Ahora aprendí a dar las batallas que realmente valen la pena"
Con el disco ViveRo en la mano, Cris Morena habla de amor, de duelo, de una caja que abrió y que podría haber generado cualquier cosa, pero que al final la ayudó a sanar. Está en las oficinas de Sony, sello que editó el álbum del espectáculo que meses atrás montó en el Gran Rex para celebrar la carrera de su hija, Romina Yan, quien murió repentinamente en 2010. A partir de esa pérdida, la productora de tiras infantojuveniles se acercó a Dios y empezó a prestarle más atención a lo "no manifestado". Algo con lo que si bien había coqueteado en Casi Angeles, luego profundizó en Aliados. "Fue sanador. Esa noche fue una noche de mucha convulsión, de mucho todo. Todo era mucho: los errores eran gigantes, y los aciertos eran maravillosos", dice a LA NACION sobre el concierto que se convirtió en álbum.
Y suma: "Abrir una caja que está cerrada es destapar algo que no sabés qué va a pasar. Pero fue maravilloso. Lo digo con todas las letras: fue transformador, inspirador, alquímico totalmente. Fue, de verdad, salir de un lugar con una alegría enorme. Aparte todo esto va a seguir porque fue para la Fundación Sí". Y como era para esa entidad y las entradas eran a beneficio, Cris decidió desmontar una grúa para sumar más lugares. "No invitamos a nadie. Incluso levanté la grúa, había una grúa enorme para grabar y me sacaba 270 entradas de la mejor platea. Hicimos un calculo de todo lo que se podía perder y era una fortuna y llamé al canal y les dije: «Chicos, pongamos una cámara más arriba, nos perdemos el movimiento de la grúa, pero ¿saben qué? Es mucha plata para una fundación. Es más valioso eso»".
Cris habla de sincronía. Para ella todo está conectado, como, por ejemplo, el nombre de su abuelo Jean-Marie Jan y el apellido que Romina acortó -de Yankelevich a Yan-. Además de la felicidad de haber podido hacer ese homenaje, asegura que esa noche en que su hija hubiese cumplido 44 años, la sintió viva y presente y que hubo "una fiesta en el cielo". La productora, que lleva 30 años en la industria y que ha hecho más de 20 espectáculos en el Rex, armó un musical de más de 80 minutos, convocó a su ex pollitos -figuras como Lali Espósito, La China Suárez, Peter Lanzani, Benjamín Rojas, Luisana Lopilato, Agustina Cherri- y cantantes consagrados como Axel, Abel Pintos, Valeria Lynch, Sandra Mihanovich, Luciano Pereyra, Gerónimo Rauch y les dio a cada uno una o más de sus canciones. Y si bien no se pudo hacer un ensayo general por las agendas de los artistas, ellos practicaron por su cuenta e incluso algunos se aprendieron coreografías.
"Los artistas que invité eran los que Romina amaba, escuchaba, que le encantaban, que participaron de nuestras vidas: Valeria, Patricia Sosa, Soledad Pastorutti, que trabajó en Rincón de luz, y Sandra, que yo la seguía a todas partes. Después gente que vivió con Romina, Gerónimo Rauch es hijo de una íntima amiga mía, lo conozco desde que nació y es íntimo de mi hijo. Después todos los artistas que compartieron con ella trabajo y escenario. Pero la gran sorpresa fueron mis tres nietos, la frutilla enorme del disco, de la torta", detalla.
Así, Luciano Pereyra terminó cantando "Corazón con agujeritos" junto a su nieta Azul y Abel junto a Lali, "Brilla". Sobre este último tema que lo cantaron a dúo pero a la distancia -porque a Lali le salió un compromiso impostergable-, Cris cuenta: "Era complicado que estén todos. Lali lloraba y me decía «¿qué hago?» y yo le dije: «Andá, sos la protagonista de Acusada, ¿cómo no vas a estar?». Yo lloraba del otro lado, me quería morir. Me acuerdo de que estaba en San Martín de los Andes y lloraba. Fue loquísimo lo que pasó: todos los reveses que tuve se transformaron en cosas maravillosas".
"Brilla" es una canción para dos personas que están separadas y cuando se lo conté a Abel -que me costó muchísimo llamarlo y decirle «no, no vas a estar en vivo con Lali», pensé que se me iba a ir- y me contestó: «Ah, está buenísimo». Me mandó un formato de una filmación de dos músicas europeas que habían hecho streaming en vivo".
Algunas de las canciones que sonaron ese 5 de septiembre, eran de los programas en que participó Romina -Jugate conmigo, Chiquititas, Casi Angeles-, y otras que compuso Cris a meses de la muerte de su hija."Las letras casi todas las escribí cuando pasó lo de Romina. A los dos meses de la muerte me junté con los músicos y llorando ellos también encontramos la música. Salvo 'Semillas' y 'Una luz' que las escribí ahora", cuenta. "Fue abrir la cajita que uno tenía cerrada y acomodada en el corazón de ese duelo tan tremendo, y volver a atravesarlo, pero con coraje".
-Con tantas figuras no tuvieron tiempo de hacer ensayo general, ¿tenías miedo de cómo iba a resultar?
-Me entregué con muchísimas cosas para que no me pasaran cosas peores de las que me podrían haber sucedido. Hubo cosas que pasaron que no tendrían que haber pasado, pero hoy tenemos un máster de televisión increíble que deseo que lo vuelvan a dar porque hemos hecho un trabajo que quedó divino.
-¿Pensabas que iba a tener tanta repercusión en el público?
-Normalmente cuando hacíamos espectáculos vendíamos muy rápidamente las entradas, pero nunca en media hora. Me preguntaban por qué no hice dos, pero fue lo que fue. Era ahí, fue único, irrepetible, maravilloso. Nosotros somos producto de proyectos que el público aceptó y amó profundamente y eso lo agradezco de por vida.
-La carrera de Romina está muy ligada a vos y la tuya a ella, ¿qué fue para vos ViveRo?
-Una gran parte de mi carrera fue con ella, ella era mi musa. Lo estuve pensando el otro día, era mi gran musa. Ahora son mis nietos. Ella era con la que compartía las cosas, le preguntaba: «¿Te parece esto, te parece lo otro?». Con ella, todo. Ella era la que me decía «me gusta» o «no me gusta». Después ella iba a ver espectáculos y me decía: «Mamá -era muy certera y tenía mucha experiencia- ¿viste lo que me dijiste que no te gustaba? Tampoco me gusta a mí, cambialo». Y al otro día estaba cambiado.
-¿Qué sentiste al ver a tantos jóvenes que arrancaron con vos y que hoy tienen carreras exitosas acompañarte esa noche?
-Los veo a Peter (Lanzani) a Lali y me emocionó, me enorgullezco. Hay una canción que empieza con "Hoy todos son mis hijos..." es Noche a Noche. Fue lo primero que le dije a Gustavo (Yankelevich) en una charla después de que pasó lo de Romina. Le dije: «Mirá, a partir de ahora tenemos que ser impecables en todos los sentidos, en todo lo que hacemos tenemos que ser lo más verdaderos y genuinos porque siento que hoy todos son mis hijos», ahí salió esta canción.
-En el Rex estaban todos: tu exmarido, tu hijo, tus nietos, tu nuera, vos, ¿la muerte de Romina los volvió más unidos?
-La ausencia de Romina nos unió muchísimo como familia, a Gustavo y a mí y a nuestros nietos. Somos muy unidos. A algunos les costó más que a otros entender el homenaje, pero le pusimos toda la garra.
-Tanto Franco como Valentín y Azul cantaron en el escenario, ¿cómo vivieron ellos esta experiencia?
-Para mis nietos fue lo más grande que les pasó en la vida. Después de la pérdida, cuando ellos tenían 10, 7 y 4 años, subirse al mismo escenario que Romina, ver lo que pasaba con las canciones de su mamá, cómo la gente las cantaba... sentir esa avalancha de amor que sintieron. Yo creo que había fiesta en el cielo, creo que había una celebración. Estoy muy orgullosa de mis tres nietos. Siento que tienen un coraje enorme, una cosa es un artista que está acostumbrado y otra son ellos que nunca se habían subido a un escenario de ese tamaño. Lo que pasó era muy difícil de dimensionar.
-¿Se viene una nueva generación de artistas?
-Sufrieron una transformación gigante ese mismo día. Siempre quisieron hacer algo artístico. Franco desde los 12 años que está en esto. Tuvieron una apertura, una sensación de deseo, de saber que su mamá está al lado de cada uno de ellos, que estuvo ahí esa noche. Gustavo mandó un mail increíble hace dos días a toda la familia, nos dijo que estaba escuchando el disco y a cada uno le fue diciendo lo que le iba pasando. Lo tendría que contar él, pero fue transformador. A él le daba mucho pudor y lo hizo igual.
-En algunas notas dijiste que la muerte de Romina te acercó a Dios, ¿cómo está tu relación ahora?
-Yo siempre creí en la Madre divina. Hablo de todas las madres divinas de todas las creencias y también en maestros, como Buda, Cristo. Me costaba la palabra Dios y a veces me cuesta. Tengo una canción que dice "me condené a creer que existe Dios para poder seguir viviendo". ¿Cómo seguís viviendo si no creés que hay un más allá de esto físico que estamos viviendo? Empecé a ver las maravillas de lo que era la creación, de lo que significaba, de lo que era el ser humano. Y dije: "Acá, hay algo que quiero entender de ego nada más, porque no lo puedo entender". Es un gran misterio, es una cosa mágica. Aparte tanta sincronía en tantas cosas no puede ser. En muchas cosas me pasa. Yo creo que nos apoyan ángeles. Ahora lo mío ya se transformó en creer en lo no manifestado.
-¿No tenías miedo de reencontrarte con el dolor, al bucear tanto en la vida de Romina?
-Yo soy una persona que atraviesa todo. No soy negadora, hay personas negadoras, que tapan y tapan y siempre tienen una excusa y un día explotan. Yo tengo una característica: atravieso todo, con el cuerpo, con el alma. Me parece que es una de mis capacidades porque lo que no te mata te fortalece, es real. Tuve momentos de mi vida en que sentí que me moría y siento que viví varias vidas en esta vida. El momento más difícil de todos fue la ausencia de Ro, que fue en un segundo además. Son cosas con las que no podés convivir, que no las podés compartir porque a nadie le pasa. Es muy complicado y después tratar de abrirme de Ro era imposible. Ro está viva y sigue viva. Entonces dije: "¿Para qué?, hay que sumergirse con todo en eso y hacerla estar: ya que estás, venite, dale, mostrate para todos de vuelta".
-Sos de las pocas mujeres de la industria que logró hacerse un nombre propio, ¿cómo fue ese camino?
-Soy una mujer muy empoderada. Me he peleado igual con los hombres que todo el mundo. He sido batalladora. Soy una guerrera, de verdad. Ahora aprendí a dar batalla a las batallas que realmente valen la pena. Contra todo el sistema no se puede, me da bronca, me enojo un ratito y después se me va. Tomo consciencia de que hay batallas que no valen la pena.
-¿Con qué proyectos estás?
-Omm es mi mayor proyecto de vida, estoy doblando hacia el lado del aprendizaje. Ojalá que lo podamos lograr, estoy hace casi 3 años con este proceso que es un espacio de aprendizaje muy especial, de gran innovación, de arte atravesado por la tecnología, lo audiovisual, la música en todos sus aspectos y generando la aventura del artista para el chico de 8 a 17 años. El camino del artista para el chico que ya quiere ser profesional.
Por otro lado, hacer televisión acá está difícil, me encantaría. La televisión está como en una... es la muestra del país. Estamos en un proceso difícil, económicamente muy complicado y los canales están valorizando mucho su prime time, que es para los adultos y se olvidan de que hay un montón de chicos y jóvenes que cuando le brindan algo bueno lo ven.
Sobre la seguridad de los chicos en las giras
Con más de 25 años de carrera, Morena es la referente argentina en el universo infantojuvenil. Ella trabaja con niños desde los 90 y ha hecho cientos de shows, giras y demás. En un contexto en donde la responsabilidad sobre el cuidado de los niños está en el foco de las noticias, a raíz de la denuncia de violación de Thelma Fardín contra Juan Darthés , en un hecho ocurrido durante una gira de Patito Feo cuando ella era menor de edad, la consulta a Cris Morena sobre el tema se hace inevitable. "No voy a hacer ninguna declaración ni a dar ninguna opinión más de lo que yo ya dije en un tuit, que lo vuelvo a repetir: abrazo a todos aquellos seres que han sufrido abusos, violaciones físicas, morales y de todo tipo. Los abrazo con todo mi corazón. Creo que no es no y cuando una mujer, un hombre o cualquiera dice 'no' es 'no'. Eso dice todo".
Sobre su forma de trabajar con menores, suma: "Nosotros trabajamos de una manera muy particular, no sé cómo trabajan otros, yo sé cómo trabajo yo. De verdad, tengo un respeto enorme por los chicos y un amor enorme. Mi equipo lo sabe y elijo gente que siente lo mismo. Nuestro trabajo con los chicos siempre ha sido inmensamente respetuoso desde todos los lugares. El niño era para nosotros el centro de todo, los protagonistas de las historias. No importa que fueran 4, 8 o 12. Sabíamos trabajar con mucha responsabilidad. A nosotros los padres nos encargaban a sus hijos y nosotros agradecíamos eso. Viajé 8 veces a Israel con chicos muy chiquitos también. Hice muchas giras por todo el mundo. No es que fue solo un año como otros. Nosotros hemos girado por el mundo entero de verdad".
Morena, que está trabajando actualmente en una propuesta para chicos en Colombia, señala: "Uno nunca está exento de que le pasen cosas de todo tipo. Cuando yo iba a Israel podría haber pasado algo: estábamos ahí, estaban en guerra, era una situación complicada, teníamos una seguridad enorme, pero bueno...".
Sobre los cuidados que ellos tomaban, remarca: "Uno toma decisiones cuando trabaja con chicos que no se negocian: tener a los chicos en lugares especiales, camarines para chicos, muchas cosas muy especiales que no las hace nadie, te quiero avisar. No copian esas maravillas que hacíamos nosotros que eran de contención. Tratan de copiar los formatos, pero el formato viene acompañado de mucha gente que trabaja para los chicos, para que esos chicos -que tienen que tomar decisiones adultas todo el tiempo porque están con adultos- puedan tomarlas de la mejor manera posible. Los niños eran muy felices todos".
Y agrega: "No tiene nada que ver con la cantidad de gente que viaje, sino con la calidad de gente. Son todos mis hijos, yo trabajo con los chicos como trabajaría con mi hija, de hecho mi hija formó parte de muchas de esas giras, mi hijo Tomás fue asistente, director y espero pronto que mis nietos quieran acompañarme. Y es eso: es realmente que el chico sea el centro y que haya un respeto profundo por ese chico en todos. Cuando hablo de respeto, hablo de respeto. Respeto es todo, no es solamente no hacer cosas indebidas. Respeto es cómo hablás con un chico, respeto es la manera cómo trabajás con un chico, cómo lo alimentás, cómo los cuidás y a dónde los llevás. Todo es respeto".