Cine. Crítico por un día
Hoy: Jose Luis Castiñeira de Dios
El titular de la Dirección de Música del gobierno porteño tiene una larga trayectoria como intérprete y compositor, incluso dentro de la producción cinematográfica. Ahora toma un poco de distancia de la pantalla grande, habla de sus preferencias y del panorama que ofrece el cine. Dice que Hollywood le resulta insoportable. “Debo confesar que a esta altura ya es un prejuicio. La proporción de cine norteamericano que se ve en televisión es tan alta que se tiene una especie de saturación temática. Además, su autorreferencia es agobiante. Por eso ver otras caras, imágenes y sonidos ya es algo atractivo”. Castiñeira de Dios también habla de su interés por el cine francés y del decaimiento del español. “En los 80 prometía mucho, en los 90 pasó a ser sainetero y ahora costumbrista. Evolucionó técnicamente, pero se empantanó en lo temático”.
Mi gran casamiento griego
“Una comedia muy bien montada. Los conflictos interculturales son un aspecto muy rico. Y eso a veces me hace reflexionar en la manera como el cine nacional, salvo algunas excepciones, como «Bolivia», le escapa a esos temas. En general se prefiere buscar el estereotipo de clase media, de cultura urbana y porteña, si fuera posible. Estas confrontaciones de costumbres es un tema interesante que nuestro cine bien podría tomar y que en el caso de «Mi gran casamiento griego» está muy bien resuelto, con mucha frescura y alegría.”
Frida / Detrás del sol
“La primera norteamericana, la segunda brasileña, de Walter Salles, que es el autor de «Estación Central», me parecieron una visión de plástico de los paisajes y de la vida latinoamericana. Es grave en el caso de «Frida», pero mucho más en la película de Salles, porque cuenta una realidad del nordeste brasileño depreciada por completo y hecha por modelos de San Pablo.”
Pantalla nacional
Lamentablemente no tengo la visión optimista que circula en estos tiempos. Por una cuestión estructural y coyuntural, una generación que tenía que dedicarse al cortometraje por un tiempo y a participar en producciones profesionales pasó a ocupar el primer lugar. Lo bueno de eso es la creatividad natural de quien tiene la pasión a flor de piel a los 20 años. Lo malo es querer inventar cosas que ya se dijeron mil veces y mejor, a través de un lenguaje con capacidad técnica de relato pero con contenidos precarios desde las construcciones dramáticas. Muchas de estas películas son excelentes cortos estirados. Quizás hay una razón de orden económico. Porque para cobrar un subsidio se debe llegar a desesperantes 80 minutos. Pienso que hay una generación de directores que desapareció en el medio. Quedaron los consagrados internacionalmente, tres o cuatro, con suerte, y los recién egresados de las escuelas que impusieron una estética generacional de la precariedad.
Historias mínimas
“Me gustó mucho la película de (Carlos) Sorín. Es muy linda la manera como enhebra esas pequeñas historias de pequeños personajes y me parece muy importante el paisaje, el espacio, la imagen y la luz. Creo que está muy bien trabajada.”
lanacionar