Yerbabuena: el flamenco tatuado en el alma

"¡Ay! es un espectáculo intimista, minimalista, es una reflexión en voz alta del flamenco. Y en esa interjección que lleva el título convierte al cante en madre del espectáculo; el cante para mí es la madre del flamenco, en donde se cuentan muchísimas incertidumbres, preguntas, respuestas, momentos inolvidables, homenajes a personas que adoras y que han sido imprescindibles en tu carrera y en tu vida", dice Eva María Garrido, más conocida como Eva Yerbabuena, sin duda la mejor bailaora de la actualidad. Se presentará en el Teatro Avenida (Avenida de Mayo 1222) hoy y mañana, a las 21.

Nació en Fráncfort, Alemania, en 1970. Tiempo después, sus abuelos la criaron en el pueblo granadino de Ogíjares, y fue allí donde el movimiento de la danza española la llevó por todas partes del mundo: Londres, Tokio, Bangkok, Pekín, Nueva York y Buenos Aires. La Yerbabuena estará acompañada por la música en vivo del guitarrista Paco Jarana, quien es su esposo y la acompaña desde los inicios de la fundación del Eva Yerbabuena Ballet Contemporáneo en 1988. También la acompañarán en esta gira Enrique El Extremeño, José Valencia y Juan José Amador, que son las tres voces en cante; Antonio Coronel en la percusión y el violinista moldavo Vladimir Dimitrenko en el que inicia el primer cuadro coreográfico de ¡Ay!, e incorpora este instrumento por primera vez en su espectáculo. "No quería algo conocido ni ya hecho. Y buscaba algo que me ayudara a sacar la incertidumbre, el miedo y la alegría; nadie quedará indiferente -promete-. Siempre me atrevo a hacer cosas nuevas, a improvisar y probar." De todos modos, aclara que lo hace con mucho respeto al flamenco original que la atrapó en su niñez: "No puedo olvidar mis raíces. Cuando se improvisa hay que tener muy claro lo que se quiere, para no traicionarte. Y nunca me planteo algo que se lleve o que esté de moda, eso me da miedo. El flamenco lo llevo tatuado en mi alma", dice la bailaora.

Yerbabuena agrega que desde 1998 ha danzado acompañada de un cuerpo de baile, pero en esta ocasión decidió hacerlo sola. "Bailar sola era algo totalmente indiscutible, no podía ser de otra manera para poder estar con los músicos y contar todo lo que inconscientemente estaba pensando, porque yo creía que estaba desconectada, pero no fue así", añade la bailaora.

En Gran Bretaña, con motivo del estreno de ¡Ay!, fue nominada a los National Awards y recibió el premio Max de las Artes Escénicas como Mejor Intérprete Femenina de Danza, dos galardones que se entregan a las grandes figuras de la danza internacional, sin distinción de géneros, y que por primera vez alcanzan a un artista de flamenco.

Carlos Martínez