De “Paty, te quiero” al “maestruli” de Susana: la increíble vida de Aquiles Roggero
Con una vida entera dedicada a la música, y una historia familiar que se entronca con lo más selecto del tango, Aquiles Roggero tiene una trayectoria personal única y completamente ecléctica, que incluye un exitoso grupo en la década del 70, algunos de los jingles más famosos de los 80, giras con los artistas más populares y un reciente disco de tangos con invitados de lujo, aunque para algunos sigue siendo el pianista de Hola Susana. "Nunca me banqué que me dijeran maestruli", confesó a LA NACION.
La ecléctica y extensa carrera de Roggero comienza a los 17 años cuando, cansado de la formación académica rígida que estaba teniendo junto al piano, decide probar con la música popular y debuta nada menos que con Pintura fresca, una de las bandas jóvenes pop más populares de finales de la década del 60, con apariciones en películas como El extraño de pelo largo y en el programa de TV Alta tensión.
Cuando el grupo termina, comienza a trabajar para otros artistas, tanto en estudios de grabación como en giras. Así, formó parte de las carreras de Valeria Lynch , Raúl Porchetto, Víctor Heredia , Pimpinela, Paz Martínez y Cacho Castaña, entre otros . Pero en 1987 recibe un llamado inesperado. "Me llamó Ovidio García, que en esa época era el representante de Raffaella Carrá, porque él se había inspirado en el programa Pronto Raffaella para hacer lo mismo con una modelo de acá. Cuando me cuenta la idea, que incluía llamados telefónicos, me acuerdo que le dije que estaba loco, que con los teléfonos de Entel esa idea era imposible, que jamás iban a poder comunicarse", recordó a LA NACION.
Pero ni bien supo que el ciclo sería con Susana Giménez , Roggero entendió que el carisma de la rubia podía llegar a solucionar cualquier problema. "Me ofrecieron hacer la dirección musical y mi planteo fue sencillo: 'Dame un piano de cola -que en cámara 'viste' mucho- y yo te elijo tres coristas increíbles para hacer la diferencia'", explicó.
Y agregó: "Además coescribí la cortina del programa, que fue un éxito inmediato y creo que es una de mis composiciones más populares. De hecho, durante los primeros años era común que las mujeres que participaban contaran que sus bebitos de un año escuchaban la canción y se empezaban a mover, que bailaban en los corralitos".
Pronto quedó claro que la química entre ellos era perfecta: "Lo que se generó con Susana en cámara fue algo muy bueno con ella porque yo interactuaba muchísimo desde el piano, musicalizando momentos o incluso haciendo comentarios. Y de tanto dialogar nació lo de ‘maestruli’, que es un apodo muy propio de ella pero que nunca me banqué. Como compañera de trabajo es una mujer excelente, generosa y buena", reconoció.
Cuando Giménez dejó ATC para irse a Canal 9, Roggero no la siguió, pero la dupla en cámara era tan fuerte que Gustavo Yankelevich movió cielo y tierra para sumarlo al ciclo cuando pasó a Telefe: "No pudimos arreglar un buen contrato pero me di cuenta que Gustavo entendía que la gente había comprado lo que pasó en pantalla en esos primeros años".
Luego de eso se puso a hacer jingles, una profesión en la que trabajó casi 30 años y donde de nuevo logró composiciones que quedaron en la memoria y hasta ganó un premio Clio. "Tengo mucho escrito y he hecho cosas que hoy se siguen cantando. Hice las primeras tres campañas de ‘El sabor del encuentro’, por ejemplo, y el famoso ‘Paty te quiero’ de las hamburguesas, además de canciones y músicas para muchísimos productos masivos", recordó.
"No es fácil hacer jingles porque no basta con ser buen músico. En ocasiones tenés que meter en 40 o 50 segundos muchísima información y hacer que lo que surja sea memorable... ¡Es un gran desafío! Dejé el mundo de la publicidad cuando me di cuenta que hoy quizá se busca gente más jóvenes", reconoció. Pero ese trabajo lo llevó a estar de nuevo cerca de la tele: compuso todas las cortinas musicales del canal Utilísima. "¡24 canciones originales! Desde ‘Hola doctor’ a canciones sobre perros, cocineros, cocineras, flores, decoración, tejido... todas tenían que sonar diferentes pero identificables con la temática y ser pegadizas", recordó.
Su pasión por la música puede decirse que viene desde la cuna. Su padre, también llamado Aquiles, fue un famoso violinista y compositor, que creó numerosos tangos, algunos de los cuales formaban parte del repertorio del Polaco Goyeneche. Y su hermano, Luis Roggero, es desde hace dos décadas el concertino de la Filarmónica Nacional. Aquiles y Luis tuvieron un dúo.
Tras navegar por las aguas de la música clásica, el tango, lo popular y lo televisivo, Roggero asegura que no tiene preferencias. "No puedo decir que estoy más cerca de un género que de otro. Yo tengo una muy buena formación académica, que es el sustento que me permitió abordar distintas etapas en mi carrera. Y, modestamente, creo que me sirvió conocer mucho repertorio", reconoció.
Hoy Roggero está más activo que nunca y reparte su tiempo entre mujeres -tiene dos hijas y una pareja que también tiene dos hijas, todas bautizadas María, además de una madre de 91 años- y su flamante disco, Secretos conocidos, en el que canta con invitados de la talla de León Gieco, Antonio Tarragó Ros, Walter Ríos y Juanjo Domínguez entre otros.
"El título es porque la placa reúne seis temas míos, que eran secretos hasta ahora y versiones de temas muy conocidos como 'Malena' y 'Nunca tuvo novio'. Supongo que por mi veta de publicitario me pareció que Secretos conocidos era un título intrigante", explicó.
Rogger presentará Secretos conocidos, que fue nominado el año pasado a los premios Gardel, el domingo 19 de agosto en la sala de cámara de la Usina del arte, en el marco del Festival de Tango de Buenos Aires.
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