El carismático Doctor Blues
Hugh Laurie with The Copper Bottom Band/ Músicos: Hugh Laurie (voz, piano y guitarra); Mark Goldberg (guitarra, teclados); Vince Henry (saxo, clarinete, armónica); Elizabeth Lea (trombón); Herman Mathews (batería); Jean McClain (coros); Gaby Moreno (coros); David Piltch (contrabajo)/ Teatro: Gran Rex/ Función: sábado.
Nuestra opinión: muy bueno
A diferencia de Doctor House, Hugh Laurie no renquea, no disimula su acento inglés y, sobre todo, confía plenamente en su grupo de trabajo. Lo que se pone en escena es el show de un melómano perfectamente calificado que conjuga carisma y elegancia para entretener al público y potenciar a una banda que no decepciona en ningún momento. Exigirle riesgos musicales a un artista que, antes que un muy buen cantante y un correcto pianista, es actor, sería equivocar el punto de vista. Hugh Laurie va a lo seguro, a lo que sabe hacer, y a partir de esa seguridad que le brinda un repertorio que abarca principalmente toda una amalgama de clásicos del rock y el blues pre-Beatles barnizado por el sonido de Nueva Orleans, es capaz de mantener un gran nivel de intensidad en un show de más de dos horas sin aburrir en ningún momento.
Con el telón abierto incluso durante la prueba de sonido para romper la cuarta pared y generar la sensación de que todos estamos en el mismo living de los años 50, sorprende que el nombre de la Copper Bottom Band ocupe la mayor parte del círculo que delimita el logo de la banda, "Hugh Laurie" apenas se lee sobre el costado izquierdo. Presentados por una voz en off de un dudoso español, los músicos establecieron el swing de "Iko Iko" para que Laurie se gane la primera ovación de la noche apenas puso un pie sobre el escenario. Echando mano a gran parte del American Songbook, pero sin caer en ortodoxias ridículas, la propuesta no se inclina por la búsqueda de un revival purista, sino más bien por una idea de disfrute instantáneo. Para lograrlo, Hugh Laurie descansa en un grupo que suena impecable en todas sus líneas, entre los que sobresalen Herman Mathews en batería y, sobre todo, Vince Henry, quien encuentra un tono cálido y redondo en cada soplido.
"Let The Good Times Roll" estableció definitivamente la fórmula de la noche: Hugh Laurie y los músicos proponen, el público responde. Luego de "What Kind Of Men Are You" y "Day And Night" a dúo de coristas, la guatemalteca Gaby Moreno dio comienzo a la versión de "El Choclo" cruzada con su contrapartida en inglés "A Kiss Of Fire" que forma parte de Din't It Rain, el segundo disco del actor. Sobre el final, dos parejas de tango a ambos costados del escenario enmarcaron el excelente contrapunto melódico (e idiomático) que desemboca en el unísono final entre la cantante y Laurie.
Pasando, entre otros, por Elvis, Dr. John y Chuck Berry para el final, todos los músicos tuvieron varios momentos de lucimiento personal y Laurie presentó a cada uno de ellos no menos de tres veces. La disposición de los nombres de Hugh Laurie y la Copper Bottom Band en el logo estaba justificada. Cada uno desde su lugar aportó a la alternancia entre momentos musicales de impecable factura y el humor del frontman cuyos pasos caricaturescos lo alejan de la demagogia y a los que el público responde de manera inmediata. No quedan dudas de que una lista de temas como la presentada durante el sábado sólo se justifica por la figura de Laurie y su gracia para comandar tanto a su banda como a la audiencia, que terminó bailando y sonriente a la velocidad rocanrrolera de "You Never Can Tell".