El teatro quiere vivir su fiesta en una carpa
En un ámbito circense y con entrada libre, a partir de esta noche se representa el sainete "El conventillo de la Paloma"
El clima está empastado con distintas sonoridades. Bajo la carpa instalada en Garay y Combate de los Pozos, zancudos, malabaristas, acróbatas, contorsionistas, murgueros, actores, sonidistas, electricistas, desfilan, no para crear la magia de la pista circense, sino para poner a punto un espectáculo que tiene mucho de fiesta: "El conventillo de la Paloma", de Alberto Vacarezza.
Este sainete, conjugación de caracteres que revela la fuerte influencia de la inmigración de los años 20 en la sociedad porteña, fue la obra elegida para concretar un deseo: celebrar al teatro nacional.
La cabecita de Alejandra Boero andaba pergeñando una idea (¡otra más!) para hacer una gran fiesta popular que representara a su vez un festejo. El año prácticamente termina y el teatro argentino, una vez más, sobrevivió a distintas vicisitudes: reducción de presupuestos, amenaza de remate de la sede de la Asociación Argentina de Actores, gravámenes impositivos y mil tribulaciones más que ya pasaron a ser, cada año, una espada de Damocles sobre la actividad.
¡Pero sobrevivió! Y Alejandra Boero quería festejarlo. Este fue un primer paso.
Simultáneamente, la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, conducida por Ramón "Palito" Ortega, acercó a la directora la inquietud de realizar un espectáculo atípico, popular, con entrada libre, que comenzará esta noche, a las 20.30.
De las dos intenciones unidas nació el proyecto de poner "El conventillo de la Paloma".
Además de la puesta en escena del sainete, cuya dirección estará a cargo de Julio Baccaro, también se convocó al grupo circense dirigido por Jorge y Oscar Videla; el Equipo Teatro Circo, que dirige Martín Carella, y la Murga del Teatro Nacional, dirigido por Gustavo Mozzi.
Al rescate del género
"Todo tiene que tener el carácter de una fiesta -dice Julio Baccaro-. Es lindo esto de celebrarse a sí mismo. Se pensó en qué material podía rescatarse del pasado que reuniera los elementos cómicos y dramáticos y que, además, pudiera acercarse a un tipo de teatro popular. Entonces, se decidió hacer "El conventillo de la Paloma" y con José María Paolantonio, a cargo de la organización, nos pusimos a formar el elenco."
El grupo de actores es todo un lujo:Beatriz Bonnet, María Rosa Fugazot, María Leal, Elena Lucena, Diana Maggi, Mario Alarcón, Aldo Bigatti, Mario Labardén, Tony Spina, Pachi Armas, Rafael Carret, Néstor Ducó, Onofre Lovero y Rubén Stella.
A pesar del calor reinante, la carpa ofrecía un refresco al sofocón. Allí se mezclaban las disonancias de los instrumentos que se afinaban, los gritos de los técnicos y el bullicio de los actores que esperaban el inicio del ensayo. Un corte de energía eléctrica inesperado, como todos, electrizó los nervios. Otra espera, hasta que llegara la emergencia para solucionar el problema. Mientras tanto, el diálogo ayudó a disipar la tensión nerviosa.
"Trabajar en esta obra es una jugadísima jugada -explica María Leal-. En las escuelas de teatro no se estudian el sainete y el grotesco. Es como si los ingleses no se ejercitaran con Shakespeare. Gracias a Dios hay un maestro como Onofre Lovero."
Y la calificación de "maestro" se ajusta porque él sí participó en la versión de "El conventillo de la Paloma", que realizó Rodolfo Graziano en 1979, en el Cervantes.
"Con esta misma obra, y con el mismo papel, el elenco del Cervantes hizo, hace 20 años, una gira por el interior. Pensé que éste era un humor ciudadano y no, tiene que ver con nuestra idiosincrasia y va mucho más allá de lo porteño."
Dos estrellas que vuelven
En otro rincón, Diana Maggi y Elena Lucena esperan, tratando de juntar paciencia.
"Hice esta obra en televisión, con Hugo del Carril, Oscar Ferrigno, Tincho Zabala -recuerda Diana Maggi-. Aunque en teatro no hice sainete, me siento bien. Viene un poco al juego mío. Para mí, el sainete es una caricatura de lo que viene a ser un grotesco. Tiene que tener los rasgos más marcados. No es un género fácil y no tenemos escuela ni referentes, pero es hermoso. Es una pintura que en el fondo marca el fondo social de la época, la de los inmigrantes que formaron el país."
Elena Lucena participa en calidad de figura invitada al fin de fiesta de la obra: "Voy a cantar dos tangos, que no digo los títulos para que sea una sorpresita".
Para Beatriz Bonnet, éste sería el debut en el sainete, experiencia que la divierte mucho. "Tenía dudas porque no es mi género, pero bajo la dirección de Baccaro me tranquilicé y me metí en la piel de este personaje. Puedo insuflarle mi personalidad y mi energía, que tengo que contener un poco, si no, vuelo. Me divierto con lo que hago."
Otro veterano en estas lides es Rafael Carret, el Pato, para todo el mundo. "El intento -reconoce Carret- es tratar de rescatar aquellas obras que fueron la base de nuestro teatro. Los tiempos cambian, la gente cambia, la cultura tiene muy poca importancia. Lo que más importa son los resultados económicos. Se olvida que un país que no tiene base cultural no tiene base para nada. Si empezamos a olvidar lo nuestro y a ponernos con un espejo mirando hacia afuera, lo único que vamos a lograr es tener una sociedad que no conoce y no sabe cuáles fueron sus raíces."
Desvalorización
Más duro es el sentir de Rubén Stella, otro de los protagonistas: "Desgraciadamente, es un género que no se frecuenta con la frecuencia con que debería frecuentarse , por ser redundante. Como suele suceder con los argentinos en todos los rubros, siempre tenemos una perspectiva de nosotros mismos muy desvalorizada. Como el género es netamente porteño, argentino, tiene la perspectiva desvalorizante que la intelectualidad les da a las cosas que se generan en nuestro país".
El carácter de popular se va a ver subrayado por la participación de murgueros y grupos circenses. "Existe la participación de una murga -continúa Baccaro- y estamos viendo si se puede hacer la irrupción de un "Juan Moreira", preparado por el grupo de Martín Carella. Es un espectáculo que, con este apunte a lo popular, quiere comunicar un poco el inicio del teatro argentino. Se trata también de recrear con el entorno toda una manifestación de carácter popular. Como una gran fiesta que creo que nos debemos toda la gente de teatro después de un año conflictivo, donde estuvimos a punto de perder nuestra casa, donde los presupuestos parece que siempre son menores. Poder generar, dar pie a una modalidad nueva por lo vieja. Ojalá florecieran carpas en toda la ciudad."
En ese instante, se hizo la luz y, por fin, comenzó el ensayo.
El telón de ATC
Aunque fue anunciado primero para el 20 de diciembre, por retrasos en la producción sólo en marzo del 99 ATC volverá a poner en el aire un programa dedicado a recrear obras de teatro de autores nacionales en formato televisivo.
Con la coordinación del director teatral José María Paolantonio, el ciclo, que se llamará Teatro Argentino, se emitirá los sábados, de 22 a 24, y se ocupará exclusivamente de la dramaturgia nacional.
El lanzamiento será con "El conventillo de la Paloma" y la segunda obra prevista es "El bizco", de la autora Marta Degracia. Pero al menos en el caso de la primera, la producción televisiva será puesta en marcha en diciembre. Dos días antes de que "El conventillo..." finalice su puesta en cartel bajo la organización de la Fundación para las Artes del Espectáculo (Fundares), se realizarán las grabaciones con la puesta para televisión.
"Este proyecto surge de un acuerdo de ATC con la organización Fundares y nuestro referente es José María Paolantonio", explica Roberto Monfort, gerente de programación del canal estatal. "El convenio con esta organización incluye el derecho a la televisación de las obras. En ese sentido, tal como con cualquier producción externa, ATC se ajusta al convenio para costear el elenco y efectúa directamente el depósito correspondiente en la Asociación Argentina de Actores. Nuestra intención, justamente, es beneficiar a los actores con una fuente más de trabajo."
Este nuevo intento de la emisora estatal tiene como antecedente un programa similar durante de la gestión de Raúl Becerra en la gerencia artística que se llamó "Ciclo de teatro" y se emitía los sábados, en el 97. Según las propias autoridades de ATC, el proyecto no había logrado prosperar por falta de financiación comercial.
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