En radio, sorpresas y ausencias

A la hora del balance, lo primero que se debe señalar es que no fueron pocos los protagonistas que se quejaron de una suerte de discriminación, dado que sobre los 13 rubros que premian a la radio, seis se entregaron en horario vespertino y, si bien se insertaron en la emisión nocturna, fueron editados, como el caso de Lorena Peverengo, cuyas palabras de agradecimiento por el triunfo de su ciclo El explorador cultural no se transmitieron.

Una de las sorpresas de la noche fue en el rubro deportivo, en el que resultó ganador Rock y Closs , el ciclo liderado por Mariano Closs que logró instalarse en una FM dedicada al rock y desde allí conquistar a una nueva audiencia.

Marcelo Longobardi, muchas veces nominado, consiguió anteanoche su primer Martín Fierro por su labor en Radio 10 (de donde fue despedido en diciembre de 2012). Hoy, con audiencia récord en Radio Mitre, cabe destacar su agradecimiento a Daniel Hadad, el profesional con el que -explicó- inició su trayectoria radial.

Las grandes ausencias fueron las de Ariel Tarico (ganador en el rubro humorístico por su labor en el ciclo de Pettinato), y Matías Martin, por su Basta de todo , si bien estuvo muy bien representado y celebrado por todo su equipo: Diego Ripoll, productores y hasta su eximio operador, Javier Bravo. Tampoco estuvo Mónica Cahen D'Anvers, galardonada por su conducción: el lauro lo recibió Belén Badía, locutora de Mónica y César en Del Plata, quien como tributo y admiración le dedicó un cálido saludo en francés. También fue bullicioso el equipo de Perros de la calle, liderado por Andy Kusnetzoff, que agradeció especialmente a su fiel audiencia. Todos destacaron la labor de los grupos que secundan a los conductores y esto fue más que manifiesto en el agradecimiento de Lanata, que, a diferencia de sus palabras de corte político por su ciclo de TV, aquí recordó su trayectoria radial, al equipo que hoy lo acompaña, del esfuerzo que muchas veces implica poner un programa en el aire y les dio la oportunidad a todos para que también pudieran agradecer. Como siempre, la radio ocupó un segundo plano, en comparación con la TV, que vivió su gran noche de gloria.