Exitosos en Madrid
Un grupo de argentinos gestó Capricho, pieza que agota sus localidades y es un fenómeno de la escena independiente
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MADRID.- Llueve y hace frío en el barrio de Malasaña. En un ático, acompañados por el mate y el termo, cinco actores repasan el texto y la acción que transcurre en la mansión de una paradisíaca isla. Tres de ellos son argentinos y los otros dos vivieron en Buenos Aires. En la sala de teatro independiente más conocida de Madrid, La pensión de las pulgas, presentan Capricho, un espectáculo que agota las localidades de sus funciones y que acaba de extender su temporada. Todo nació en Lavapiés, en el ahora mítico espacio La Bagatala, que funcionó durante seis años, a pulmón y con pasión. "A todos les sorprendía el profesionalismo con el que allí se trabajaba, a pesar de los pocos recursos", dice el madrileño Toni Ruiz, director de Capricho, quien durante nueve años fue uno de los coordinadores de Silencio de Negras, a pocas cuadras del Congreso argentino.
La Bagatela se convirtió en el paraíso de muchos actores que buscaban un lugar donde poder expresarse. "Andábamos boyando. Iba a ver teatro y no encontraba un código en común, no me sentía identificada con nada. Hasta que, de modo orgánico, nos empezamos a juntar", dice Victoria Facio. A ella se sumaron Toni Ruiz y Natalia López (quienes habían actuado en diversas puestas de Alejandro Catalán, como Solos y Amar), las argentinas Natalia Álvarez y Soledad Oviedo y el murciano Chema Abellón (estudió con Catalán en su paso por Buenos Aires y su primer maestro de teatro fue otro argentino que partió al exilio en España, Edmundo Chacour). Al poco tiempo también se incorporaría el actor porteño Fernando Nigro, quien se encontró en Cibeles por casualidad con su antiguo maestro, Catalán, quien lo introdujo en la movida que se estaba armando en Lavapiés.
El centro cultural fue creciendo y el ciclo Teatro Despojado, donde artistas presentaban obras breves, fue desbordando la capacidad y las expectativas de los gestores. Facio, egresada como actriz del IUNA, habla de la "efervescencia y de la pasión" de esta sala y recuerda que el apagón final se producía bajando la térmica de la sala. Una de las piezas que más público cosechó fue Capricho, hoy convertida en una obra más extensa, que fue creciendo a pedido del público.
Un magnate y su mujer (Nigro y López) invitan a una joven pareja (Facio y Abellón) a pasar un fin de semana lejos del mundanal ruido. Del delirio y la comedia, la obra va virando a una explosión de emociones. "Somos muy argentinos, y, a la vez, algo diferentes al teatro porteño en la forma contemporánea de crear. Vamos haciendo improvisaciones, pero sin que haya una etapa de escritura. No sólo somos actores o directores, sino creadores. El trabajo no se filtra por una cabeza escritora", sostiene Ruiz.
El acento argentino es un atractivo en la escena española, no sólo en la cadencia, sino que aquella sonoridad augura una estética y una tradición compartida. "En la Argentina el espectador es más exigente y eso obliga a que el actor profundice más, y además hay más escuela. En España hay comedia o drama y es, a la vez, más solemne. Eso distancia al espectador", opina López, egresada de la EMAD.
El quinteto se animó a dar un salto y a presentarse en una sala que tiene prestigio y a su público cautivo. Otra vez, los impulsaban las ganas. Esta vez había que coordinar tiempos y espacios con dos seres pequeñitos [Victoria y Natalia dieron a luz a sus bebes, Nora y Lucas, respectivamente, con pocas semanas de diferencia]. "Ahora las cosas están cambiando, pero aquí a la gente le cuesta arriesgar. Si no tienes salas dónde ensayar, no ensayas; si no tienes sala donde actuar; no lo haces; si no tienes subsidio, te quedas en casa", dice Abellón.
"Desde la nada, creamos ficción. Por eso, el ciclo donde nacimos como grupo se llamaba Despojado. Agradecemos, en cierto modo, haber sobrevivido a la crisis económica argentina, que nos dejó una experiencia importante, y también a la española actual, porque en vez de tirarnos para abajo, nos da fuerzas para salir a escena con más ganas, y ahora más que nunca", culmina Nigro.
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