Opinión. Festejos en el Argentino de La Plata
Y hablando de Bicentenario y de música nacional, aquí está la respuesta del Teatro Argentino de La Plata, que nos invita, una vez más, a instalarnos sobre cuatro ruedas para decir presente. Es que en la conmemoración del histórico 25 de Mayo habrá argentinos por partida doble: una ópera y un ballet. Este último será Estancia de Alberto Ginastera, quien da nombre, como todos saben, a la sala mayor del teatro. Y no se olvide que Estancia, a punto de cumplir 70 años de su creación y 58 desde su estreno en el Colón, es la obra de más extraordinaria difusión de nuestro repertorio, tanto a través de la danza, en forma completa, como en su instalación en el sinfonismo a través de cuatro de sus números. Y al lado de Ginastera, Osvaldo Golijov, un producto auténtico platense, aunque radicado actualmente en Estados Unidos.
Dar a conocer esta Ainadamar (Fuente de lágrimas) de Golijov, que recorre el mundo, es otro acierto de las autoridades del Argentino. Estrenada en 2003 en Tanglewood, y con segunda versión en Chicago, 2006, cuenta la historia de García Lorca y su musa, la actriz catalana Margarita Xirgu. Subtitulada "una ópera en tres imágenes", alude a la oposición del poeta a la Falange española, a las acusaciones de homosexualidad y a la muerte de Federico en 1936. Con un libreto original en inglés de David Henry Hwang, el propio Golijov realizó la traducción castellana, si bien incorpora abundante vocabulario árabe y judío.
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Por otro andamiaje va la música puramente instrumental, sinfónica y de cámara, en la que también los directivos del Argentino han puesto su mira. Ocho obras de autores nacionales se ubican dentro del ciclo de nueve de la orquesta, y ahí se sitúan dos danzas de Aguirre, al lado de obras que constituyen parte del repertorio nacionalista básico, como las Escenas argentinas de López Buchardo y Gaucho con botas nuevas de Gilardi, a las que siguen los Conciertos para arpa de Ginastera y para bandoneón de Piazzolla, y un estreno de Antonio Tauriello, Culebra de nubes. La generación más joven está representada por los Liebeslieder de Luis Mucillo y El torito catalán de Martín Matalón.
También en el ciclo de cámara está atendido el repertorio del país. Todo esto al margen de las actividades del Tacec (Teatro Argentino-Centro de Experimentación y Creación), surgido el año pasado, un proyecto que, junto con la Opera Estudio, abre las puertas hacia el futuro, a partir de estos 120 años que cumple el Argentino de La Plata. Allí estaremos.
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