Flor de la V habló por primera vez tras la muerte de Jorge Ibáñez: "Lo extraño muchísimo"

"Es la primera vez que siento que puedo hablar sin que se me quiebre la voz", adelanta Florencia de la V . Con su diploma de nominación al Martín Fierro en mano (Mejor programa humorístico, por La Pelu), la actriz se dispuso a dar notas por primera vez desde la muerte de Jorge Ibáñez , su gran amigo. Fue anoche, durante el agasajo que APTRA le brindó a sus ternados en el salón Buen Ayre del hotel Hilton de Puerto Madero.

-¿Cómo vivís esta nominación?

-Estoy contenta con la nominación, feliz de que me tengan en cuenta. Me da muchísima emoción que La Pelu esté ternada, así que lo vivo con muchísima satisfacción este diploma.

-¿Qué podés adelantarnos de tu nuevo programa?

-Bueno, estoy preparándome para La fiesta en la cocina, pero no voy a cocinar, sino que voy a aprender de los tres chef que vamos a tener… Va a ser un programa divertido, con mucho humor y dedicado a toda la familia. Estoy muy contenta porque me gustó mucho el proyecto, con muchas ganas de arrancar. Es un formato totalmente distinto al de La Pelu.

-¿Tiene fecha de salida?

-Fines de mayo, seguramente. Volvemos a los mediodías de Telefé con un programa para toda la familia.

-¿Ya tenés tu vestido para la entrega de los Martín Fierro?

-Sí, estoy entre dos diseños de Jorge Ibáñez. Hay uno que es más ceñido al cuerpo que otro, pero no puedo adelantar nada… Ya lo decidiré en estos días, aunque en el fondo creo que ya tomé una decisión.

-Se están por cumplir dos meses de la muerte de Jorge. ¿Cómo te sentís?

-Tengo altibajos pero estoy bastante bien, a decir verdad. Lo extraño muchísimo, era un hermano de la vida, pero me refugio en mis hijos. Tengo ganas de salir y empezar a hacer cosas porque necesito distraerme, pero todo aquél que haya perdido a un ser muy querido sabrá lo difícil que es transitar un duelo.

-También hace unos días falleció Norma Pons. ¿Cómo la recordás?

-Siempre la admiré mucho. Me dio mucha alegría que la despidieran en la Legislatura, porque fue como el corolario de ese recorrido de "bataclana a actriz consagrada" que hizo. Se fue llena de premios, reconocida y conmoviendo a la gente. Se merecía la gran despedida que tuvo, y dentro de la tristeza, esas cosas me llenaron de felicidad por ella.