Garbage en el Luna Park: las múltiples caras de la aplanadora pop
La actualidad y el pasado de una banda insignia de la cultura alternativa de los 90 estuvieron presentes en Buenos Aires
Depende de la perspectiva en la que se lo mire, dos décadas puede ser mucho tiempo. En un ciclo vital, esos veinte años pueden ser determinantes en el tránsito de una etapa a la otra, casi un recordatorio de que no existe manera de hacer andar los relojes hacia atrás. Pero también está la posibilidad no de negar el avance de los años, pero sí al menos de no dejar que el calendario se venga encima y anule toda posibilidad de progreso, y esa es la senda que Garbage eligió transitar hace rato, como lo dejó en claro su segundo show en suelo porteño, anoche en el Luna Park .
La banda liderada por Shirley Manson nació a mediados de los 90 y le marcó el camino a la ya alicaída cultura alternativa a fuerza de canciones sostenidas por ráfagas distorsionadas con ornamentos electrónicos y sensibilidad pop. La fórmula rindió sus frutos con demasía en sus dos primeros álbumes (Garbage, de 1995, y Version 2.0, de 1998), pero se desactualizó de manera paulatina con el pasar de los años, hasta hacer implosionar al grupo en 2005.
Siete años más tarde, todo volvió a estar en su lugar para Not Your Kind of People, un regreso calculado y prometedor que recién encontró en el flamante Strange Little Birds su razón de ser: el verdadero Garbage dos punto cero, el que edifica su presente al mirar al pasado, pero sin caer en la melancolía y la añoranza. Con aciertos y traspiés, ese mismo espíritu fue el que dominó su show del martes en el Palacio de los Deportes porteño, más cerca de la celebración del aquí y ahora que del recordatorio de todo lo que se supo ser.
El arpegio nirvanesco de “Supervixen” y sus cuotas de noventismo marcaron el rumbo de un primer segmento en el que el revisionismo histórico personal estuvo a la orden del día. Casi sin solución de continuidad, “I Think I’m Paranoid” y “Stupid Girl” oficiaron de bisagra para un bloque en el que la música pre Y2K pisó fuerte. Sin más recursos escénicos que un telón de fondo, una puesta de luces y un armado que no contempla amplificadores sobre el escenario, Garbage apeló a la performance encendida en la que el pasado dialogó con las canciones de su reciente Strange Little Birds, publicado en junio.
A la altura de “The Trick is to Keep Breathing”, Manson apretó los dientes con fuerza y exhibió su mordida. Primero, agradeció a los presentes porque “sabemos que los tickets no son baratos”, luego elogió a Barbi Recanati, de Utopians para luego apoyar la causa del colectivo Ni Una Menos, y finalmente apoyó a la comunidad LGTB con “Sex Is Not the Enemy”. La escena se reprodujo inalterable, con los guitarristas Steven Steve Marker y Duke Erikson alternando entre las seis cuerdas y los sintetizadores, y mientras desde el fondo el bajista Eric Avery (ex Jane’s Addiction) edificaba paredes rítmicas junto a su tocayo Eric Gardner, reemplazo momentáneo del fundador Butch Vig.
“Magnetized”, “Special” y “#1 Crush” ocurrieron sin sobresaltos, y también con escasas sorpresas a la vista. Recién a la altura de “Even Though Our Love Is Doomed”, con su acción desarrollada en cámara lenta sobre sobre acordes suspendidos de piano, la monotonía comenzó a resquebrajarse. Ya entrada “Why Do You Love Me”, la escena fue otra a puro cimbronazo distorsionado limpio, y el contraste fue tan fuerte que Manson tuvo que detener la acción para pedir a gritos que la gente del campo dejase de pelear entre sí. Después de otro bloque sin mayores sorpresas, “Vow” volvió sobre la senda de su álbum debut, una estrategia que rindió mejor sus frutos con “Only Happy When It Rains” y su hermoso pesimismo guitarrero.
Después de “Push It”, “Queer” inauguró los bises con la versión menos estridente de Garbage, esa misma que chocó de bruces con “Empty”, un coletazo rockero de su último álbum, una estrategia que puso a dialogar al pasado con el presente en poco menos de diez minutos. Antes de una retirada sin mayores demostraciones, “Cherry Lips (Go Baby Go!)” ofreció otra cara más de la banda estadounidense: la de aplanadora pop. De la mano del hit del álbum Beautiful Garbage, Manson y compañía redimieron con la canción todos los desaciertos en los que había caído en la hora y media anterior, aunque más no fuera por un poco más de tres minutos.
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