Juanse: "Cerati tenía la ilusión de cantar Rock del gato con Ratones Paranoicos"
Charlar con Juanse es una experiencia extraordinaria. Luego de años de desenfreno, el líder de Ratones Paranoicos abrazó la religión tras tener una visión en su casa y ahora puede hablar de Spinetta, Charly García, Pappo, Calamaro y Cerati y en la misma frase meter a Jesús y la Virgen María.
Este sábado, Juanse presentará en Museum Stereoma, su nuevo disco solista, en el que Pity Alvarez(actualmente preso por homicidio) canta en "Mismo camino", un tema de connotaciones religiosas ("Yo te miro y te sigo / porque vos sos el camino").
–¿Cómo combinás tu carrera solista con los Ratones, que vienen de hacer un par de recitales grandes (Hipódromo y Tecnópolis) y de sacar un disco en vivo?
–Eso ya es un final. Los Ratones entraron en una etapa en la que su proyección depende de que se den las condiciones para hacer un evento. Solo tocaríamos en vivo con condiciones muy importantes para nosotros, relacionadas con la puesta y el sonido. Nosotros musicalmente ya expresamos todo lo que teníamos que expresar. El disco en vivo marca si estás presente, es un elemento clave, porque después de ocho años de no tocar, dar el show que dimos y hacer un disco en vivo nos confirmó que estamos vigentes. A eso le agregamos dos bonus track, como una señal de agradecimiento real al público.
–En el video del primer corte del disco, Estoy de vuelta, aparecés disfrazado de jubilado, jugando al ajedrez en una plaza. ¿Se te ocurrió a vos?
–Sí, lo dije como un chiste y les gustó. Encontré una boina que había en casa que era de mi viejo o de mi vieja, me puse unos lentes, una bufanda y un jogging. Genial. No es que quiera llegar ya a eso. Pero es un momento hermoso de la vida. No hay nada mejor que estar a esa edad un día de sol en una plaza.
–Y vos a esa edad, a los 80...
–Si llego... si Dios quiere.
–¿Te ves como el viejito de la plaza o como Mick Jagger, cantando en estadios?
–Nooooo, no me interesa. No me imagino no haciendo música, eso seguro. Pero tampoco me imagino rompiendo récords, eso me parece una cosa vulgar y mediocre. La vanidad me parece algo muy vulgar.
–¿Te ves produciendo discos?
–No, me imagino grabando, sacando discos para los que se interesen en escuchar lo que hago. Ya grabé más de 25 discos. Yo aprendí mucho de Luis Alberto (Spinetta), que para mí fue el mejor artista del mundo que escuché desde que tengo uso de razón. Y aprendí que llega un momento en que ya no hay que buscar la aceptación, porque eso es agradar y eso nunca me interesó. San Pablo dice: "Si yo buscara agradar a los hombres no sería de Cristo". Es un palito al que se cree que logra todo por sus medios, que por lo general es el batidor de récords, el que no puede estar sin verse expuesto. A mí me gusta que me vean cuando saco un disco, pero ya esas maratones de mostrar como uno mete millones de personas en un lugar... Me interesaba cuando era chico, pero ahora lo logro apretando un botón, mirando un DVD nuestro.
–En el tema "Mismo camino" canta Pity Alvarez. ¿Cómo lo viste a él cuando lo grabaron?
–Yo a Pity lo conozco desde hace 20 años o más. Siempre me pareció un artista superlativo en todos los sentidos. Tiene un talento que tal vez haya hecho crisis dentro de su mismo interior. Separo totalmente el acontecimiento personal, porque es una tragedia, mucho más para las personas cercanas al hombre que ya no está. Para él significa un llamado de atención muy grande para su vida. Tampoco uno puede indicar la forma en que otro se puede desenvolver. Bastante tenemos con nosotros mismos.
–Seguro, pero vos, que has dado este vuelco en tu vida y que lo invitás a cantar en un tema que encima tiene características religiosas, por ahí cuando viste lo que pasó, ¿no pensaste "puta madre no le pude decir nada"?
–Es que yo no soy nadie. El tiene un gran compañero espiritual que es el padre César, también amigo mío.
–Que canta un tema en el disco.
–Sí. Justamente, yo lo convoco a Pity para este disco porque tuve un presentimiento, de que hacía falta.Y es sanador el tema. Porque el tema ya quedó grabado en un buen momento. Eso va ayudar a todos. A los que se entristecieron o quedaron defraudados. Porque nos da una lección, no podemos juzgar.
–¿Cuando viste lo que pasó te sentiste decepcionado?
–No, porque no sabemos los resortes. Si apenas podemos estar lúcidos, porque en realidad creemos que estamos lúcidos y la verdad es que estamos obsesionados con el trabajo, desplazamos muchos afectos para tener protagonismo. En una escala saturada, distorsionada, esos entornos pueden generar lo que pasó. Desde el punto de vista de un día cotidiano, sí sería una locura. En el caso de él, no, porque cada uno tiene su capacidad, como una copa, que cuando está desbordada de salud uno tiene la obligación de ofrecerla al prójimo. Ahora, cuando está saturada de conflictos, de excesos, de emociones, inevitablemente pasan estas cosas. Yo hoy le diría que trate de encontrar la paz. El tema lo hicimos con Gori (líder de Fantasmagoria y parte de su banda), y a Pity le encantó. Cuando alguien va a la guerra, no sabés si va a volver.
–¿Cuándo escribís un tema como este querés que cada uno le encuentre su propio significado?
–Sí. Yo ya expresé mi posición sobre la espiritualidad. No me cansa hablar del tema. Hoy más que nunca estoy bajo el manto de Dios y María. Son fundamentales.
–El rock siempre se asoció a los excesos. ¿Se puede hacer rock desde otro lado?
–Yo hago rock & roll. Nadie me puede juzgar a mí. El único que me va a juzgar es el único que yo espero que me juzgue. Después, a lo que piensen los demás no les presto atención. El rock es una buena noticia, siempre. Si vos te comprás un disco de rock & roll es una buena noticia. ¿Y qué significa el Evangelio? Una buena noticia. El vino que a través de la transustanciación es la sangre de Cristo, vos lo podés usar para estar tirado todo el día en la esquina. Y es la misma sustancia.
–¿Y el tema "Pastillas"?
–¡Es del padre César! Es todo de él. Me encanta porque está fuera de contexto, es inocente.
–¿Vos ves mucha gente que necesita pastillas?
–¡Yo necesito pastillas! Tomo a veces para dormir. Y cuando me enfermo.
–¿Te agobian las redes sociales, la agresión continua?
–¡Sí, me fisuran terriblemente! Es una grasada total. Cuando era chico me gustaba la transgresión. Pero aprendí mucho. Bob Dylan es un gran ejemplo de todo esto. Su conversión no desvirtuó su obra anterior.
–Pity Alvarez es un heredero directo de Ratones, pero en el disco también está como invitado Alejandro Lerner, lo que sorprende un poco.
–Nos conocemos hace mucho. Alejandro era muy amigo de Pappo y con el Carpo fuimos prácticamente familia. Entonces eso nos unió. Íbamos a tocar y la gente no entendía nada. Tocamos en Mar del Plata en un show de Lerner. Aparecíamos nosotros dos y la gente se asustaba. Es un gran pianista. La tiene muy controlada. Nuestras diferencias estilísticas no me preocupan para nada. Yo he tocado con Charly, Fito, Andrés... Después están los otros, el Toti (de Jóvenes Pordioseros), Facu (de Guasones). Soy muy abierto. Con Luis Alberto tuvimos una relación muy especial (grabaron juntos el tema Sacrificio japonés, para el disco Ratones Paranoicos 09). Yo aprendí mucho de él. Falta alguien.
–¿Y con Gustavo Cerati, tenías relación?
–Tenía una muy buena relación con Cerati, era un músico increíble. Siempre nos juntábamos y él tenía la ilusión de cantar con nosotros "Rock del gato", de venir como invitado. Y a mí me daba cosa... no quería que lo putearan. Pero le dije que sí. Iba a venir y no sé qué pasó, tuvo que viajar. Ya estaba programado. Hubiera sido un golazo. Nunca tocamos juntos arriba del escenario. Son circunstancias. Siempre tuve una gran admiración por él. No hace falta que yo diga la calidad de músico que era. Obviamente estaba esa pica entre el público. Pero se fue disolviendo con el tiempo. Acordate las cosas que cantaban en los shows nuestros y en los de los Redondos sobre Soda. Fue la futbolización del rock. Y es irracional.
–¿Llegaste a zapar con él?
Sí, con su viola. Era un tipo abierto, inteligente, sensible. Con una ironía sana. Un observador y con un dominio del lenguaje muy poco habitual.
–¿Y le gustaban los Ratones?
–Sí. Cuando empezó toda la movida en Cañitas nos juntábamos y hablábamos. Para nosotros no existía diferencia. Conocí al padre, que era el mánager de Soda (en los '80). Nos encontrábamos en Sony y siempre me preguntaba cómo nos iba.
El amor y los hijos
–Tenés muchas canciones con nombre de mujer, "Isabel", "Carolina". En este disco hay dos, "Elizabeth" y "Ana y Sol". ¿Son mujeres reales?
–Mi mujer se llama Julia Elizabeth. Todo lo que esté relacionado con Elizabeth, Mona Lisa, el balcón de Julieta, están dedicadas a mi mujer. Isabel significa Elizabeth. Carol fue una novia que tenía. Después no.
–¿Y "Ana y el Sol"?
–Me salió de un sueño. Debe ser de haber escuchado tanto "Ana no duerme" (Spinetta).
–¿Con tus hijos tenés buena relación?
–Ellos están en Londres. Estudian y trabajan. Daland tiene 24 y Barbie 20.
–Ah, son grandes.
–¡Para vos! Para mí son mis bebés. Daland tiene su banda, que se llama Lion Machine 23, y Barbie pinta.
–¿Te bajaste definitivamente de las giras?
–Yo me bajé de esa por que un día llegué a casa y no sabía dónde estaba cuando me desperté, en qué ciudad. Me ha pasado muchas veces no saber en qué ciudad estoy. Ese conflicto aparece, es real. Me ha pasado de despertarme en hoteles, en Bogotá o en Chicago, pensando que estaba en casa. Eso te da angustia, te excita. Hablamos de esa falsa libertad que uno cree que tiene y en realidad es una esclavitud terrible con el consumo.