El nuevo disco de Kiss es un álbum conceptual de chamber-pop sobre la difícil situación de los trabajadores golondrina. No, chiste. En su ¡19º! trabajo de estudio, los caballos de batalla del glamrock se embadurnan de maquillaje y hacen estallar odas dedicadas a rockear toda la noche y estar de fiesta todo el día. Los Kiss son parte de la cultura norteamericana: más cerca del circo de los Ringling Brothers que de una banda de rock. La única pregunta que surge frente a una nueva canción de Kiss es: ¿será un acompañamiento decente para una performance de escupida de sangre de Gene Simmons en un estadio repleto? Este disco enorme, tonto y pegadizo aprueba ese examen.
Por Jody Rosen
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