Martín Elizalde. La distancia perfecta entre dos períodos
Tras la separación de Falsos Profetas, el cantante profundizó su camino solista: hoy se presenta en La Viola Bar
Si existiera la carrera del cancionista, a Martín Elizalde le iría muy bien en la materia títulos de discos y temas. Por caso, el tercer álbum solista del ex líder de Falsos Profetas es un buen ejemplo. Se llama La distancia perfecta y deja al descubierto su actualidad: aún está fresca la etapa que cerró el año pasado con la banda que lo acompañó por casi dos décadas y el nuevo período recién está comenzando. Hoy, a las 22, con entrada gratuita, lo presentará en La Viola Bar (Humboldt 1793).
-Éste es tu tercer disco. ¿Qué hecho despertó al solista en medio de la vida de Falsos Profetas?
-Tenía muchas canciones y algunas no tenían que ver con la propuesta de la banda. No tenía sentido archivarlas ni forzarlas para que entraran en el formato de la banda. En 2010 saqué Amores de trinchera, que produjo Acho Estol (La Chicana). Tenía una intención más acústica, Acho tuvo mucha presencia en el disco. Yo tocaba acordeón y tenía un aire más folklórico. Luego vino Chaparrón, lo produje yo y me propuse usar el estudio como un instrumento más. No soy alguien de vanguardia, pero ese disco es lo más experimental que hice. Con ese disco terminé de entender el proceso de grabación. Antes mi objetivo era hacer una buena canción; luego hacerla y ver cómo producirla para que sonara lo mejor posible.
-¿Cómo fue la separación?
-Fue abrupta, no estaba planeada, pero internamente cada uno lo venía masticando. Fueron 18 años, mucho tiempo para cualquier proyecto. El cariño está intacto, pero la pasión para generar cosas nuevas se fue perdiendo. Si avanzábamos con un disco nuevo, uno de los miembros originales se iba a ir y Falsos Profetas éramos los que estábamos ahí, no nos pareció adecuado forzar una situación. Siempre tuvimos una propuesta muy clara, y estirar eso para seguir sacando discos cuando ya no íbamos a estar todos juntos no era lo adecuado. Nos pareció mejor cerrar bien la etapa, con dos recitales que estuvieron buenísimos y que nos dieron la oportunidad de despedirnos como banda.
-Y este disco te encuentra en una etapa más rockera.
-Creo que sí. Me permití que confluyeran el mundo del rock urbano más al estilo de Falsos Profetas con estas otras aventuras musicales y experimentales que hice en los dos discos solistas anteriores. Estuvo bueno hacerlo en paralelo con la banda, traté de que se complementaran y ahora con este disco me sentí verdaderamente preparado para encarar el proyecto solista. Las canciones ya las tenía, nos separamos en noviembre y a fines de ese mes entré a grabar.
-¿Pertenecés al club de los prolíficos o grabás todo lo que componés?
-Tengo rachas. En los últimos cinco años grabé cinco discos, dos con la banda y tres como solista. Para este disco me limité a canciones nuevas, nada de material viejo y cambiar el modo de composición: escribir y grabar un tema en un mismo día, por lo menos dejar la estructura lista. Tomar decisiones veloces, no darle tanto aire ni tiempo para enroscarme con los temas, darle lugar a la primera impresión.
-¿Te sentís fuera de toda escena?
-La verdad que sí, porque tengo una mezcla de cosas. Para mí este disco es súper rockero. Hubo un cambio en mi música, no sé si fue significativo, pero traté de hacer algo diferente y creo que les aporté otro aire a las canciones. El título tiene que ver con eso, La distancia perfecta: todo lo que nos rodea tiene una distancia entre nosotros, los afectos, todo, y el trabajo más difícil es encontrar esa distancia perfecta. Para este disco me preguntaba cuál debía ser, y me di cuenta de que no tenía que haber distancia, tenía que estar empapado de él. El oficio de hacer canciones te obliga a un aprendizaje permanente.
lanacionar