"La gente usa nuestro humor como un espejo"
Mientras el grupo festeja su medio siglo, dice que este reconocimiento es la frutilla del postre
Con el Premio Princesa de Asturias 2017, que acaba de ganar, Les Luthiers tiene más exposición que Pampita y la China Suárez juntas. Marcos Mundstock escucha la comparación y larga una carcajada. Ayer, este hombre, que no tiene fama de madrugador, amaneció muy temprano con la gran noticia que llegaba de España y pasó toda la mañana conversando con los medios que lo llamaron por semejante premio.
La fama no es puro cuento -a pesar de que así lo refrende el tango-, pero para muchos es un fulgor pasajero que hace que, por alguna circunstancia puntual, algunos nombres estén en boca de todos. El caso de Les Luthiers es distinto porque ellos siempre fueron distintos. Únicos. Hasta se podría divagar y decir que el rubro en el cual fueron nominados y premiados, Comunicación y Humanidades, podría formar parte de uno de sus históricos sketches. Pero esta vez el humor no estuvo ni cerca del debate de quienes los eligieron, de una lista de 28 candidatos en la que también aparecían figuras como Martin Scorsese. El presidente del jurado, el ex director de la Real Academia Española Víctor García de la Concha, dijo que con sus actuaciones Les Luthiers fue "un espejo crítico y un referente de libertad en la sociedad contemporánea".
"No sabría decirte a qué apunta con lo de referente de libertad -analiza Marcos Mundstock-; quizá por lo creativo de imaginar un estilo que no existía antes. En cuanto a lo de ser un espejo, creo que de algún modo es lo que pasa con la gente. Si bien no somos masivos como un programa televisivo de éxito, nuestro público manifiesta el hábito del teatro y del concierto y se identifica con nosotros. Hacemos humorismo hablado, textual, y la gente se acostumbró a usarlo como espejo. Usan nuestras frases."
El Princesa de Asturias es un premio a la trayectoria que llega justo cuando el grupo cumple 50 años. "La frutilla del postre. O la fresa del postre, se diría en España", acota Marcos. Además, reconoce que si bien el grupo ha hecho una larga carrera en la península ibérica, con giras de dos meses al año que comenzaron en 1974, durante el final del franquismo, este premio no se circunscribe a Hispanoamérica, como sucede con el Cervantes, porque no está enfocado en la lengua española.
"Es más universal", dice Mundstock. Y es universal como ellos. "Nunca fuimos muy rupturistas. Jamás se nos dio lucirnos por ese lado. En el [Instituto] Di Tella se veían personajes muy vanguardistas. Teatro experimental. Nosotros hacíamos un espectáculo, para usar un término de las artes plásticas, bastante figurativo. Éramos muchachos de veintipico, estudiantes universitarios, en una época en la que todavía se usaban saco y corbata. Pero inventamos una cosa que tuvo repercusión, con un humor intemporal que funcionó sin que nos lo hubiéramos propuesto", resume Mundstock.
A pesar de que el premio llega luego de varios años de nominaciones, su esencia siempre tuvo mucho que ver con Les Luthiers. Tanto que en las primeras giras españolas se presentaron en el teatro Campoamor, de Oviedo, donde serán galardonados oficialmente, el 20 de octubre próximo.
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