La leyenda del monstruo del lago Ness no muere
El 12 de noviembre de 1933 se tomó la que se considera la primera foto del monstruo que, sostienen algunos, habita en las oscuras aguas del escocés Loach Ness, es decir, el lago Negro.
De mediados del siglo I datan los primitivos documentos sobre la existencia de una criatura acuática y antediluviana en esas turbias y profundas aguas. La primera característica se debe a la presencia de turba. Y para graficar la segunda, algunos expertos utilizan una curiosa imagen. Si se vaciara el lago, que tiene unos 56 km2, y una profundidad máxima de 240 metros, podría llenarse tres veces con la población de todo el planeta. Se estima que en la Tierra viven actualmente casi 6500 millones de personas.
Respecto del tipo de animal del que se trataría, la palabra que más resuena es plesiosaurio, un inmenso reptil acuático y carnívoro que existió hace más de 208 millones de años. Una tortuga sin caparazón, con una serpiente ensartada a través de su cuerpo sería la mejor forma de describirlo. Algunos dudan de que estén extintos.
En cualquier caso, los escépticos afirman que es imposible que una criatura así, de sangre fría, pueda subsistir en las heladas aguas del Ness, con una temperatura media de 5ºC, que además tiene una formación bastante posterior, de hace "sólo" unos 10.000 años.
La cuestión es que, más allá de leyendas o apreciaciones arqueológicas, en un día como hoy el granjero Hugo Gray paseaba a orillas del lago provisto de una rústica cámara fotográfica, cuando vio unas formas que se movían en las brumosas aguas. "Tomé inmediatamente mi cámara y fotografié el objeto, que tenía entre 60 y 90 cm de largo. No vi ninguna cabeza, por lo que supuse que las partes anteriores estarían sumergidas. Pero había un movimiento considerable de lo que parecía ser la cola", contaría más tarde.
De las cinco tomas que hizo, únicamente la quinta reveló alguna forma definida. Muchos creyeron entonces que los testimonios de avistamiento, que ese año ya habían comenzado a circular, unos quince, eran verdaderos.
No obstante, un integrante del prestigioso British Museum of Natural History declaró: "Mi opinión es que esa foto de Gray muestra un tronco de árbol podrido y nada más".
Sin embargo, la curiosidad se ha despertado en multitud de turistas que cada año visitan la región en busca de su "experiencia personal" con el bicho, algo que los bolsillos de los habitantes de la zona agradecen.
Desde aquella primera foto, más de mil personas alegaron haber visto al "monstruo", aunque se estima que las tres cuartas partes de estas "evidencias" no son más que fenómenos naturales fácilmente explicables. Podría tratarse, por ejemplo, de simples confusiones con animales como peces grandes, nutrias o patos.
Hay teorías que defienden incluso la existencia de focas en esas inquietantes aguas. Pero la mayoría espera, simplemente, explicaciones convincentes. Porque de las 50 fotografías que intentan mostrar al enigmático habitante, sólo seis no están bajo sospecha de confusión o manipulación.
No han faltado tampoco expediciones. La primera tuvo lugar un año después de que Gray sacó su foto. Algunas, con base científica, en un intento de dilucidar la existencia o no de Nessie, como familiarmente se lo llama desde, justamente, 1933.
Intentos como el uso de sonares o un conjunto de éstos, el escaneo de imágenes tridimensionales y la utilización de diversas prácticas de submarinismo, tareas éstas complicadas por la densidad lumínica de las aguas, han sido en vano. Hasta ahora lo único que unos y otros pueden asegurar, como si de una antigua película de suspenso se tratara, es que el polémico monstruo faltó a la cita.
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