Las fotos de Tokio de Delfina Oliver
jazz contemporáneo. La cantante, una de las grandes voces de la escena local, presenta Buenos Aires Bebop, álbum inspirado por su experiencia japonesa
Hay intérpretes de música que imaginan un disco, lo graban, lo publican y luego salen a "defenderlo" sobre los escenarios. Hay otros que hacen el proceso contrario, cada álbum es la serena decantación de un trabajo hecho sobre el escenario o la foto de un momento, de una etapa artística.
El caso de Delfina Oliver es de los últimos. Hacia principios de este siglo -luego de incursionar en otros rubros, como el musical- sintió que el jazz era su camino unívoco como intérprete y comenzó a ganar horas de vuelo como cantante hasta que se dio cuenta de que era momento de grabar un primer disco. Eso fue en 2004. Al año siguiente estrenó el primer CD, Mirada y, cinco años después, el segundo, Camino: dos placas instaladas en la batea de jazz contemporáneo y muy bien recibidas por la crítica y el público. 2015, cinco años después, edita Buenos Aires Bebop, un álbum donde busca una estética más tradicional, inspirada entre las décadas del 40 y 50, ese corto período que tanta fuerza y motivación le dio al jazz. El resultado, rodeada de muy buenos músicos, es un álbum que afianza su breve pero interesante catálogo. Y eso que se ha metido tanto con temas poco transitados como con algunos standards muchas veces interpretados.
"Como en cualquier carrera -explica Delfina-, uno se apasiona, se nutre, estudia mucho. Yo estudié armonía, composición, teatro. Un día dije: «lo mío es el jazz». Y busqué la manera de sostenerme en este medio, que no es fácil. De ese modo uno se va afianzando. En el caso de este disco, elegí temas que ya cantaron también Billie [Holiday] y Ella[ Fitzgerald], pero, bueno, en principio, yo soy una cantante de vivo y el jazz es creatividad. Cada vez que hacés un standard va a sonar de una manera distinta. Las versiones van tomando el color de tu momento artístico. Mis dos primeros discos tuvieron standards, pero también canciones de Joni Mitchell y temas de Mingus, con letras mías y arreglos de jazz contemporáneo. Una búsqueda que no llegó a ser experimental, pero sí contemporánea. En cambio, este trabajo es resultado de mi experiencia de cantar en dos clubes de jazz de Tokio".
Grande en Japón
Desde 2012, fueron tres temporadas de cuatro meses cada una, en las que Delfina cantó acompañada por un trío de jazz de lunes a sábado, cuatro veces por día en sets de 45 minutos. "Para mi un disco es reflejar una etapa musical. Es la foto que necesito dejar plasmada. Esta es la foto de los tres años de cantar en clubes de Tokio". Y así como el vasto repertorio que interpreta en esos shows decantó hasta formar las diez piezas que grabó con músicos argentinos, ahora planea hacer una versión japonesa -Tokio Bebop se llamará-, con otros temas y los músicos que la acompañan en los clubes japoneses en los que se presenta.
Oliver comenzó cantando en el New York Bar (sí, el mismo de la película Perdidos en Tokio) y luego pasó a Maduro Jazz Bar, que es más para los paladares exquisitos de esta música. Y Delfina sigue fascinada con Tokio. Tanto que la versión oriental del Buenos Aires Bebop sería grabada el año próximo, en su próximo viaje, y publicada en 2017.
Hay, además, un proyecto pendiente, pero necesitará la habitual decantación que guía la carrera de Oliver. Porque su flamante disco tiene temas como "Ornithology", "Waltz for Debby", I'll Remember April", "Body and Soul", When Sunny Gets Blue", entre otros de ese cancionero norteamericano, y a modo de bonus track, aparece una versión de "La pomeña", una de las joyas del folklore argentino. En el librito interno del CD lo explica claramente. Se trata de una dedicatoria a su marido, que es salteño. Él la quería escuchar cantando en castellano una pieza como esa. Pero además eso despertó el interés de quienes publican sus discos en Japón. "Gustó mucho. Aunque no soy cantante de folklore ni pretendo serlo, hay una fuerza que surge al cantar en el idioma de uno."
Mientras tanto, hasta que aquello tome forma, Delfina seguirá en esta frecuencia bebop. "Yo me considero una música de jazz, mi voz es el instrumento. El desafío es poder cantar tantos años un mismo género, difícil de sostener en la Argentina, aun cuando hay tantos grupos y festivales. Mi idea es presentar ese disco en una pequeña gira de clubes porteños. Lo hice en Vinilo, ahora en Bebop Club. El mes que viene dentro del ciclo de Jazzología, con una función especial que se hará en el Teatro 25 de Mayo. En septiembre voy a cantar a Ushuaia. Me convendría quedarme en Japón porque tendría una vida más tranquila. Pero uno tiene que luchar en su propio país por lo que quiere", completa la cantante, que publicó su último disco gracias a un sistema de gestión colectiva y el aporte de empresas y fans.
Delfina Oliver
La cantante sigue presentando su álbum Buenos Aires Bebop
Bebop Club, Moreno 364
El jueves, a las 21
Entrada, $ 170