Las obras en el teatro Alvear comenzarán en 2019, confirmó el ministro Avogadro
En el palacio del edificio de La Prensa –sede del ministerio de Cultura de la Ciudad– desde hace tiempo que el histórico ascensor principal no funciona. Para Enrique Avogadro , ministro del área, ese dato no debe ser tan molesto, porque su costumbre es tener reuniones en distintos puntos de la ciudad, con su mochila devenida en despacho y escritorio. En su tránsito por la ciudad, seguramente circula por la avenida Corrientes al 1600, donde se ubica el Teatro Alvear, que desde hace más de cuatro años permanece cerrado y recientemente sufrió un incendio.
–¿Qué te pasa cuando pasás por ahí?
–Por un lado, veo una avenida que se está transformando a pasos agigantados, con un proyecto que tiende a poner en valor a esa gran arteria cultural. Cuando la obra esté terminada vamos a ganar muchos metros cuadrados de espacio publico para el sector. Yo me imagino a una avenida tomada por la cultura. Por otro lado, claramente, veo que tenemos una asignatura pendiente en términos de infraestructura teatral que es el Teatro Alvear, para un gobierno que, desde la reapertura del Teatro Colón, no paró de invertir en edificios culturales [el listado de obras incluye la Usina del Arte, el Teatro San Martín, el Museo de Arte Moderno, el Centro Cultural Recoleta y otros otros trabajos de menor visibilidad]. Por suerte, ya formalmente en el acto de reapertura del Tabarís, Horacio Rodríguez Larreta confirmó que el año próximo comenzarán las obras en el Alvear. Próximamente anunciaremos plazos concretos.
Desde que asumió como ministro, en diciembre último, Avogrado asegura que el jefe de gobierno le planteó trabajar muy fuertemente con la cultura pública, ese abanico compuesto por el sector independiente, el privado y el comunitario. En ese mapa de acción, desde hace unos días, en la comisión de Cultura de la Legislatura porteña se encuentra el anteproyecto de ley para regular la habilitación de teatros alternativos, centros cultural, milongas, peñas y clubes de música en vivo. La llama Ley ECI, por Espacios Culturales Independientes. "Actualmente tenemos varias normas vigente para cada sector que dejan muchas zonas grises, espacios que quedan a libre interpretación de los inspectores. De aprobarse esta norma será la primera ley de este tipo que surge del Ejecutivo. Abrir un espacio de estas características debería ser algo no tan complejo para una actividad ha ido cambiando: ahora te podés encontrar con teatros que también proyectan películas o programan muestras. Vale aclarar que esta nueva ley no deroga las existentes y que para la elaboración de este proyecto, además de haber hecho una consulta dentro del Ejecutivo, hablamos con representantes del mismo sector.
–Sin embargo, cuando a principios de septiembreLA NACION hizo una nota al respecto, desde Meca [asociación que agrupa a centros culturales] y Artei [a los teatros independientes] dijeron que apenas habían tenido una reunión general para ser informados sobre el tema.
–Quizás pasó al día siguiente de la nota. Con certeza nos dimos varias semanas para poder debatirlo con el sector.
–¿En qué favorecería la Ley ECI?
–Más allá de agilizar trámites, en términos concretos va a permitir mayor capacidad en estos espacios, algo importante porque implica poder aumentar la venta de entradas; la opción de instalar baños unisex, parece un dato menor pero tener dos es muy costoso; permite el baile como marco de una actividad cultural, cosa que hoy no está contemplada, y amplía las zonas en las que se puede realizar esta actividad. Todo esto va en línea con el resto de las actividades que estamos haciendo. Si tomás el conjunto de los cinco programas de apoyo a la actividad cultural, este año hubo un salto presupuestario muy importante.
–De los cinco organismos de fomento el único salto presupuestario significativo fue el del Fondo Metropolitano de las Artes. Proteatro y Prodanza, que son los históricos, tuvieron menos presupuesto si se los cruza con el dato de la inflación interanual.
–Pero la cultura independiente en general es la que está recibiendo más financiamiento que el año pasado. Y si analizás los ganadores de los premios del Fondo Metropolitano de las Artes hay un veinte por ciento de ellos que son de teatro. Y para danza hay alrededor de dos millones de pesos, un monto muy superior al del año pasado.
–Hace unas semanas renunció el director ejecutivo de Prodanza, el coreógrafo David Señoran. En un comunicado señaló que la entidad estaba momento de "mucha fragilidad". ¿Qué lectura hacés de lo sucedido?
–Prodanza es uno de los organismos que más me interesa porque piensa al sector y hace una serie de actividades para ese sector. En términos prácticos, no vamos a nombrar a un director ejecutivo de acá a fin de año porque la tarea central, que es la distribución de subsidios, ya está realizada. Prodanza tiene una directora artística y tres vocales que aseguran su pleno funcionamiento. Señoran está en todo su derecho a renunciar, pero asociar su partida a la supuesta debilidad del organismo es una visión que no comparto. Yo veo a la actividad coreográfica articulada con otras líneas de acción. Entiendo que los cambios pueda generar resquemor..., pero cualquiera que necesite una reunión acá la tiene.