Lino Patalano: "Me falta mantener el desequilibrio"
Un espacio experimental en busca de la entrevista soñada:el invitado se interroga y se fotografía
En plan amigable y confesional a la vez, el productor teatral Lino Patalano se anima a enfrentarse a sí mismo y hablar de todo un poco. Sobre todo de lo que hubiera sido, pero no fue. Y hasta da detalles privadísimos de la primera y única vez que se subió a un escenario, anécdota que muy pocos conocen. Para terminar el encuentro posa para sí mismo y se saca una foto. Buen trabajo.
-¿Cómo se ve si no lo hubieran traído a Buenos Aires?
-Aburrido, rutinario y jubilado. Todo eso, a menos que hubiera formado una gran familia.
-Si no se hubiera dedicado al teatro, ¿qué le hubiese gustado ser?
- Marino o misionero. Cuando cumplí los 18 años me quise anotar en el Consulado para hacer el servicio militar en la marina italiana, pero entre algunos miembros de mi familia y el mismo cónsul me negaron la posibilidad. Por otro lado, como misionero seguramente hubiera terminado en algún lugar exótico para un italiano, como África o la villa 31. Pero, eso sí, hubiese sido un misionero pecador, amante de los excesos.
-¿Por qué no subió nunca a un escenario?
- ¡Sí, subí! Me subí a un escenario por primera vez en tercer grado de la escuela primaria... y me hice encima. Para mí el escenario es un lugar sagrado que solamente debe ser pisado por los sacerdotes y las sacerdotisas del arte, que son los actores.
-¿Y de los actores qué opina?
-Son seres encantadores, llenos de inseguridades de las que hay que protegerlos, de caprichitos que hay que satisfacerles, y de un coraje a toda prueba a la hora de salir al escenario. Me emocionan. Son como hijos. Hijos a los que me encanta mimar, aunque a veces necesiten un buen reto...
-¿Cómo se siente en este momento?
- En este preciso momento me siento raro. Medio esquizofrénico. Me escucho preguntándome y contestándome.
-¿Cómo se ve de viejito?
- Verde. Muy verde.
-¿Qué le falta conseguir?
-Me falta mantener el desequilibrio. Cada vez me tienta más mantener el equilibrio, y eso me está preocupando. Me debo estar poniendo grande.
-¿Cuántas estrellas descubrió a lo largo de su carrera?
- No descubrí ninguna. Las estrellas estaban ahí. Lo único que había que hacer era saber iluminarlas apropiadamente para hacerlas brillar en todo su esplendor.
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