Destacado por Madonna y festejado por Obama, el controvertido personaje de la serie musical del año cuenta cómo fue su crianza en un pueblito de California
Es el alma del coro de la secundaria William McKinley. Por eso, el elegante Kurt Hummel ha sido comentado por Oprah, destacado por Madonna y festejado por Obama. En un episodio, se puso literalmente en los zapatos de Lady Gaga. Aun en medio del desfile de personajes que es Glee, el conmovedor y a veces confuso pasaje de Kurt de víctima a, bueno, un poco menos víctima, quizá sea el retrato más honesto e inspirador de un adolescente gay que se haya intentado jamás en televisión.
Incluso en un programa que se enorgullece de ser tremendamente gracioso, deliciosamente sarcástico y abiertamente gay, Kurt se destaca. "Yo sólo quisiera que fuera feliz", dice sobre su personaje el actor Chris Colfer, de 20 años, que fue nominado a un Emmy por su interpretación de este soprano criado por un padre soltero. "Y, además, me gustaría que siga inspirando a los chicos que ven el programa."
Seguramente, muchos fans le deseen lo mismo a Colfer. Se crió en Clovis, un pueblito de California (cerca de Fresno) que describe como "conservador, caluroso y chato". Sus padres eran republicanos recalcitrantes que lo mandaban a campamentos cristianos, y lo llevaban al rodeo local "con esos disfraces completamente espantosos de vaquero. Tengo un trauma: no puedo escuchar música country sin acordarme de eso". En la escuela encarnó el combo más desafortunado de la adolescencia: gordo, con aparatos, gay. "Estaba en lo más bajo de la cadena alimentaria", reflexiona él. Los chicos en los pasillos le gritaban "puto" y "freak". Dice: "Cuando estás en esa situación, aprendés a improvisar. Yo siempre les respondía con un «delincuentes», o alguna otra palabra que ellos no entendían".
Luego de debutar en quinto grado interpretando a Snoopy en una obra de teatro de Charlie Brown de su escuela, fue Kurt en La novicia rebelde (su personaje de Glee se llama igual) y también Chip de La Bella y la Bestia. El punto más alto de su carrera llegó cuando, ya en la secundaria, pusieron en cartel Shirley Todd: una versión de Sweeney Todd con el género cambiado, que Colfer escribió y dirigió.
Luego de su graduación, Colfer se anotó en el Fresno City Collage y empezó a ir a audiciones en Los Angeles. En uno de sus viajes se encontró con el creador de Glee, Ryan Murphy. Colfer le cayó tan bien que Murphy escribió el personaje de Kurt especialmente para él. Colfer, que nunca ha hablado de su condición sexual, estaba preocupado por lo que la gente de Clovis pudiera pensar "o peor, hacer" cuando lo vieran actuando de adolescente gay. "Pero, honestamente, me alegra haber tenido ese temor", asegura. "Porque eso hizo que el personaje fuera mucho más verdadero."
El joven actor interpreta a Kurt con la combinación perfecta de arrogancia y vulnerabilidad. "Los personajes gays de otros programas siempre hablan demasiado y son muy extravagantes", analiza. "En la secundaria, especialmente en un pueblo conservador, la gente no es así. Por eso hice a Kurt más introvertido y con aires de superioridad, en vez de extrovertido e insoportable." Colfer no tiene aires de superioridad ni es insoportable. Compra en Target, nunca escuchó hablar del diseñador top Marc Jacobs hasta que Kurt tuvo que hablar de él, y tiene un sueño recurrente en el que aparece un gatito gris llamado Poker. Es rico, famoso, y tiene 20 años: ¿no hace nada mínimamente peligroso? Colfer se toma un minuto y responde: "Me encantan las espadas".
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