Clásica. Los colores escondidos
Li Biao Percussion Group
Programas: "Del Barroco al tango" y "Del Barroco al futuro". Mozarteum Argentino. Teatro Colón.
Nuestra opinión: Excelente.
El Li Biao Percussion Group, que el lunes y el martes hizo sus presentaciones en el Colón para los abonos del Mozarteum, ejercita y demanda un cambio de enfoque en la manera habitual de interpretar y escuchar música. Las tradiciones orales son persistentes y muy poco flexibles. Pero es casi seguro que ningún oyente de esas dos sesiones sintió la menor resistencia para asimilar de inmediato sus mensajes musicales o algún rechazo ante sonoridades desacostumbradas.
La música que produce este conjunto, integrado por seis percusionistas y un centenar de recursos instrumentales, disfruta de tanta estabilidad expresiva como la que transmite un conjunto convencional de cuerdas, maderas y metales. Nada se pierde ni se transforma en sus manos. Sólo cambian los colores. Y difieren en la clase de efectos derivados de la tecnología utilizada por unos y otros. Precisamente, en esto reside gran parte de su atractivo. Porque, como sucede con cualquier buen conjunto musical, los resultados y lo que dicen cuentan más que los instrumentos utilizados.
Sus Bach, Vivaldi o Piazzolla no se apartan para nada de los mundos conocidos. No hay que hacer esfuerzo alguno por reconocerlos porque no aparecen distorsionados. (Aunque el Bach aparezca sincopado en un arreglo al estilo de Jacques Loussier). Al contrario, hacen pensar en la saludable independencia del medio para el que fueron escritas las obras. Como cuando una composición barroca escrita originalmente para el órgano, el clave o el violín, se toca en el piano o se arregla para orquesta o cuarteto.
Parece comprensible que ante un grupo equipado con este tipo de arsenal, la gente imagine el atropello de la vehemencia ruidosa. El control del Li Biao sobre estos riesgos se advierte claramente, porque cuando se produce un tutti de parches, el efecto atronador es esperado y comprendido como parte natural de la secuencia.
Además, todo aparece calculadamente nivelado, con especial ventaja para la creación de vaporosas atmósferas que llevan hasta el murmullo a través de marimbas, xilofón, gongs y un cúmulo de objetos capaces de producir increíbles vibraciones controladas. Y un muy hábil y sensato uso del pedal. Esta cualidad se convierte en uno de los recuerdos más persistentes que deja el Li Biao en la memoria auditiva.
Los seis instrumentistas, singulares virtuosos de la ejecución, consiguen su eficaz poder de comunicación con un toque aéreo, cargado de tensión, y un sentido trascendente del tempo y el ritmo, el atractivo ingrediente emocional de las pulsaciones en la música. Llama la atención cómo irrumpen y se escapan del tiempo, hasta qué punto están concentrados en la correcta acentuación, con qué ductilidad generan cualidades rítmicas, cómo son perfeccionistas con la afinación y totalmente entregados a obtener la pureza de los timbres. Y recuperar la individualidad de los colores escondidos en la trama orquestal.
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