Los especiales, un clásico de los países de festejos con frío

De la ciencia ficción de Doctor Who al esplendor aristocrático del final de Downton Abbey y el regreso de Sherlock a la era eduardiana, esta Navidad tendrá grandes especiales televisivos.

El "especial de navidad" es lo que indica su nombre: un show o programa único por las fiestas. En el caso de las ficciones, es algo más: un episodio que se sale de la continuidad del ciclo que lo incluye para introducir la temática navideña y, a veces, hasta una versión alternativa de su mundo. Esta idea nació en la televisión norteamericana y de allí se exportó a los países que celebran esa fiesta, en especial en el hemisferio norte.

En el Sur, y en nuestro país en particular, esta costumbre nunca se implantó, no porque nuestra fe en Papá Noel sea menos inquebrantable, sino porque entre nosotros la Navidad llega en verano, cuando la audiencia se reduce drásticamente por las vacaciones, el calor u otras vicisitudes del desarrollo argentino como los cortes de luz. Para los canales no resulta redituable invertir en un programa especial si no hay gente mirando. De hecho, nuestra televisión navideña consiste apenas en repeticiones o refritos de cada ciclo con "lo mejor" del año (esto invoca una variante del dilema del huevo o la gallina: es probable que la audiencia se reduzca también porque ya sabe que no hay nada para ver).

En la televisión anglosajona, en cambio, desde los años cincuenta que se emiten estos especiales que refieren, más que a la fiesta religiosa, a la celebración secular de la Navidad. Por años, consistieron o bien en grandes shows musicales o en adaptaciones (cada vez más libres) de la nouvelle de Dickens Un cuento de Navidad o del cuento de Hoffman El cascanueces y el rey de los ratones.

Originalmente, las ficciones eran programas animados para chicos (uno de los primeros fue El cuento de Navidad del Sr. Magoo, que está en YouTube) pero luego se extendieron a todo el público, aunque conservando su mensaje moral acerca del "verdadero sentido de la Navidad", que suele ser "es mejor dar que recibir". Irrefutable en el box, esta verdad de perogrullo no lo es tanto en otras actividades, así que también hay otros significados profanos de la fiestas como reencontrarse con los seres queridos o predicar la tolerancia que reaparecen como núcleo espiritual de estos programas.

Tradicionalmente, aunque la regla no necesariamente se cumple, la televisión norteamericana elige ensamblar un show musical con cantidad de estrellas invitadas, mientras que la televisión británica da la nota con una versión alternativa de sus ficciones más populares en un ambiente navideño.

Los más extraños

Uno de los especiales de Navidad más extraños se emitió en 1978, con el nombre de Star Wars Holiday Special (también está en YouTube) y consiste en una película para televisión, con el cast completo de La guerra de las galaxias, acerca de un viaje de Han Solo y Chewbacca hacia el mundo de éste último para celebrar el "día de la vida". El programa es tan fallido que un crítico llegó a preguntarse si no habría sido concebido por una bolsa de cocaína autoconciente. Lucas afirma que no tuvo responsabilidad en su creación y todas sus estrellas lo desconocen.

Otro especial memorable fue el que reunió, en 1977, a Bing Crosby con David Bowie (para ese momento, otra bolsa de cocaína autoconciente). En él, los cantantes intercambian algunas bromas guionadas y luego interpretan la canción navideña "Little Drummer Boy". Bing Crosby murió antes de que el programa se emitiera y sus allegados afirman que se fue a la tumba sin saber quién era ese personaje curioso que había presentado en su especial. El momento es tan extraño que el sitio Funny or Die lo recreó al pie de la letra con John C. Reilly (como Bing Crosby) y Will Ferrel (como David Bowie) y, en efecto, no hace falta agregar ni un gag para que funcione como un gran sketch de humor absurdo. (Todos los clips están en youtube).

En la actualidad, el especial navideño no intenta mostrar relevancia espiritual o mensaje de amor y paz alguno y, dado el agotamiento tras seis decadas del subgénero (Wikipedia registra más de 400 de estos programas sólo en los Estados Unidos), a veces su vínculo con las fiestas es, cuanto mucho, tangencial.

Hace pocos días, Netflix estrenó A Very Murray Christmas, un especial que reune a Bill Murray con Sofia Coppola a 12 años de estreno de Perdidos en Tokio. El programa es una excusa para que Murray y amigos como George Clooney, Miley Cirus, Micheal Cera, Amy Poehler o Chris Rock improvisen/interpreten momentos humorísticos y musicales en la fallida fiesta navideña del actor.

Por otro lado, para quien quiera explorar este rubro, Netflix ofrece gran cantidad de especiales navideños entre los viejos episodios de las series de su catálogo.

Es probable que el resto de los especiales lleguen a nuestras pantallas mucho después de las fiestas. Uno de los más esperados es el de Sherlock, que devuelve al personaje y a su compañero, el doctor Watson, al Londres eduardiano en una historia que promete hasta resonancias sobrenaturales; su título: "La novia abominable".

Como es habitual, Dr Who también tiene su programa festivo, con el "reencuentro" entre el doctor y River Song (Alex Kingston), quien fuera la esposa de una de las encarnaciones previas del personaje y no está convencida de que el nuevo doctor (interpretado por Peter Capaldi) sea quien dice ser.

Muchas series británicas cierran su temporada con un especial de navidad. Tal es el caso de Downtown Abbey que ofrece su último estertor en un episodio programado para Navidad. En lugar de una sexta temporada, Julian Fellowes nos deja un especial de 90 minutos que promete un destino aciago para Violet Crawley y también una boda para compensar tanto sufrimiento.

La búsqueda online de estos programas puede ser un bálsamo que nos permita sobrellevar las fiestas de un modo más amable que el de nuestra televisión navideña.