Madonna, subyugada por Menem
Confesiones: en el diario que escribió en el rodaje de "Evita", la cantante habla del Presidente y del día que cantó en el balcón de la Casa Rosada.
Nueva York (EFE).- En el diario que escribió durante los cinco meses del rodaje de la película musical "Evita", Madonna cuenta cómo se identificó con Eva Perón, cuyo enigma no sabe si pudo descifrar, pero con la que sí sabe que se encariñó. "Ella era un ser humano con esperanzas, sueños y flaquezas.
"Espero que el público lo perciba cuando vea la película. Hice lo mejor que pude", escribió la actriz en mayo al final del rodaje.
En ese diario, que publica la revista "Vanity Fair" en su próximo número de noviembre, Madonna cuenta sus frustraciones, alegrías, y resentimiento también por las acusaciones vertidas en su contra cuando se anunció en abril que estaba embarazada.
Hay gente que dice que decidió tener un niño por sensacionalismo, escribió indignada, al señalar que "sólo los hombres" podrían hacer comentarios de ese tipo.
Se indignó igualmente contra las conjeturas de que usó al padre, Carlos León, como "un servicio de sementales", y dio a entender que no es "capaz de tener una verdadera relación" amorosa.
"Me doy cuenta de que todos esos comentarios proceden de personas que no pueden admitir la idea de que me ocurra algo bueno", escribió.
En su diario, contó cómo la persiguió la prensa en Buenos Aires, cómo aprendió a bailar el tango, cómo fue buscando información sobre Eva Perón y trató de entender la relación de ésta con Juan Perón.
Y cuenta su primer encuentro con el presidente Carlos Menem, un hombre "encantador". "Me sorprendió cuánto me gustó", dice.
La noche memorable en que cantó "No llores por mí, Argentina" desde el balcón de la Casa Rosada; en el mismo lugar donde Eva Perón había estado, dijo: "Alcé los brazos y miré los ojos hambrientos" de la muchedumbre.
"En ese momento, -dice- sentí cómo ella entraba en mi cuerpo como un misil, cómo me subió por la espina dorsal hasta la punta de los dedos, para ir al encuentro del público y luego volver al cielo.
"Luego no pude hablar, estaba tan feliz, pero también sentí una gran tristeza. Porque ella me persigue como un fantasma, me empuja a sentir cosas", confió Madonna a su diario al día siguiente.
Dice que casi lloró cuando Amalia Fortabat, una de las mujeres más ricas de la Argentina, le relató un episodio sobre Eva y Juan Perón, del que estaba enterada por la masajista de la madre del dirigente peronista.
Cuando Eva estaba recluida en la cama, muy enferma del cáncer que acabaría con su vida, Perón prohibió las visitas salvo las de la familia más cercana, y muy infrecuentemente visitaba a su mujer pues "no soportaba el olor de su cuarto, su cuerpo, su cáncer".
Una noche, despertándose de una pesadilla, Eva fue al cuarto de Perón porque estaba asustada, lo despertó, y él gritó: "Sal de aquí, saquen esa cosa de aquí", escribe Madonna.
Y cita la descripción "muy poética" que Fortabat hizo de Eva Perón: "Por las venas de Evita corría la dulzura de la venganza".
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