Más información, menos radioteatros
Destacados profesionales opinan sobre las transformaciones -tecnológicas, de tono y de estilo- que fue sufriendo el medio
Ochenta años son más que suficientes para echar una mirada al pasado y observar lo que sucedió con la radio, cuáles fueron los progresos, qué beneficios ha conquistado y cómo se enfrenta a la realidad.
Entre los logros alcanzados está el de la inmediatez de la información, que le permite al oyente estar al tanto de la actualidad casi en forma simultánea.
"La radio creció todo el tiempo en estos años -dice Pepe Eliaschev-. Desde la transmisión de "Parsifal" hasta el momento, podría decirse que existe una galaxia de diferencias infinitas. Ahora, preguntarnos qué hacemos con ella, respecto de los contenidos y de qué manera la utilizamos, ésa es otra historia. Como contrapartida, la radio perdió ciclos que hicieron historia, espacios para los chicos, los humorísticos, los radioteatros, por mencionar sólo algunos. Y en el renglón de los reparos, la instantaneidad y el apresuramiento a veces juegan en contra de una prolija puesta en el aire."
Opinión que comparte Magdalena Ruiz Guiñazú, para quien "la radio está muy cerca de nuestra vida, y como todos estamos tan atentos a los acontecimientos no demasiado positivos que suceden constantemente, nos ha hecho acostumbrarnos a permanecer en estado de alerta, y la radio sabe adecuarse: desde el walkman hasta la radio de bolsillo".
Pero como ningún otro medio, la radio permite la participación activa de la gente, ya sea para exponer su opinión como para efectuar un reclamo.
" Entre las adquisiciones de los últimos años de la radiofonía -afirma Liliana Manna-, merecen señalarse la participación y el protagonismo de los oyentes. En este sentido, cumple un servicio, y en la actualidad es muy común que el público exponga su problemática ante la radio y no ante el organismo competente. El poder de denuncia que tiene la radio es contundente."
El aporte de la tecnología
También es necesario considerar los avances tecnológicos que han permitido que la emisora salga a la calle en busca de la información. De la misma manera, el aparato radiofónico en sus múltiples formas se adecua a todas las necesidades.
"El transistor fue el gran invento que permitió, valga la paradoja, el desenchufe y la propagación de este medio -dice Fernando Bravo-. Así, hoy puede escuchar radio el ciudadano que recorre pleno centro en su automóvil cercano al Obelisco como el hombre de campo que está manejando su tractor." " La mayor evolución de este medio -explica Eduardo Aliverti- se comprueba en la mayor calidad sonora y en el criterio de elaboración artística. En cuanto a los contenidos, en estos últimos años hubo un período de primacía informativa que se dio en Radio Belgrano, con notable investigación periodística propia, y eso es lo que ahora está faltando en la radio, que en muchos casos está detrás de la prensa escrita. Uno a veces se pregunta qué sería de determinados programas si no existieran los diarios de cada mañana, lo que pone de relieve la falta de identidad de algunos ciclos. En este caso, buena parte de la responsabilidad es de los productores, que creen que para ejercer esta tarea lo importante es poseer una buena agenda."
Frente a esta opinión se hace escuchar la voz de Lalo Mir, para quien "este medio tiene una injerencia enorme. Antes dependíamos de los diarios y ahora los diarios no nos pueden dejar de lado a nosotros. Hasta los políticos se han acostumbrado a madrugar para estar listos para atender nuestras consultas".
Transmitiendo desde la calle
La ventaja en esta última década -según expresa Antonio Carrizo- es que "hoy se puede sacar el estudio a la calle a través del grabador de mano que llevan los movileros y concretan la crónica al instante y en el lugar del hecho. El uso del satélite permite comunicarnos con cualquier lugar del mundo de manera inmediata. Quizá lo que se perdió en estos últimos años -al atomizarse el medio- es la presencia de las grandes voces nacionales, tanto de políticos como de grandes artistas".
Un toque de melancolía que también se extiende a Omar Cerasuolo.
"Evolucionó en cuanto a que la gente, con la radio, está más informada, pero ha perdido mucho terreno en la parte artística. Sin duda que evolucionó en cuanto a que hoy una multitud de gente joven escucha y se engancha con el medio. Hoy la audiencia tiene edades impensadas en otras épocas. Pero si bien se ha incorporado la producción -antes casi no había-, el reportaje en vivo, la artística perdió lugar. La radio sigue siendo la cenicienta, en cuanto al interés por invertir comercialmente. La asignatura pendiente es un lenguaje que abarque todo el arco social y que, además de entretener, deje algo que valga la pena."
"La radio de antes era la misma que la de ahora -finaliza Lalo Mir-, sólo se necesitan una antena, un tocadiscos y un micrófono. Me olvido del dios marketinero. La magia nace sólo con un chabón, buenas ideas y dos mangos. Sólo con eso puede mantener a la ciudad despierta."