"Bailando en las veredas": un baño, Sandro, Susana Romero y el gran hit pop de Raúl Porchetto
De la mano de álbumes como Metegol (1980), Televisión (1981), Che pibe (1982), Reina madre (1983) y El mundo puede mejorar (1984), Raúl Porchetto consolidó la etapa más exitosa de una carrera que había comenzado a principios de los setenta con la ópera prima titulada Cristo Rock. Sus canciones sonaban en las radios, sus discos alcanzaban ventas considerables, el público acudía en gran número a sus conciertos, haciendo de él un artista verdaderamente popular dentro de la escena del rock argentino.
Sin embargo, a la hora de pergeñar su siguiente capítulo discográfico, lanzado en 1986 bajo el nombre de Noche y día, el autor de "Algo de paz" se propuso el arduo desafío de abstraerse de esa realidad tan favorable que lo rodeaba, no repetirse en ninguna fórmula e intentar una búsqueda musical diferente.
"Desde Metegol en adelante tuve la fortuna de que todos mis álbumes alcanzaran la certificación de Oro, y Reina madre también la de Platino. Entonces, partiendo de ese lugar quería que no me sedujera la mediocridad de hacer lo mismo de siempre porque, a la larga, sé que eso termina fracasando y, desde el lugar de artista, me parece un concepto bastante pobre", relata Raúl Porchetto.
"Por eso, para Noche y día la idea fue continuar con el perfil electrónico desarrollado en El mundo puede mejorar, pero agregándole más teclados, un emulator y logrando un sonido que pudiera trasladarse al vivo. Más allá de la música y de la poética de las canciones, me llevó varios meses alcanzar ese ideal sonoro que tenía en la cabeza, además de investigar mucho para estar lo más actualizado posible".
Con un sonido fresco y renovado, Noche y día vio la luz y empezó a darse a conocer entre el público con temas como "La llama de tu amor" y "Tan grande es tu amor". No obstante, el espaldarazo final del álbum se dio a través de "Bailando en las veredas", una canción de neto corte pop que alcanzó su fisonomía definitiva a través de una particular anécdota comentada por su propio creador.
"’Bailando en las veredas’ en realidad era un rockito (sic) que había compuesto en Mi mayor, pero al que quería darle un formato diferente, más orientado hacia la canción pop. Para este entonces, año 84, 85, el pop estaba en la cima del mundo y era hablar de palabras mayores. Para mí fue todo un desafío ya que había experimentado con jazz-rock, fusión, balada, funk, rock y electrónica, pero no tanto con el pop. De todos modos, fue una canción a la que costó bastante darle su forma final hasta encontrar la rítmica que deseaba, que estaba alejada de lo clásico. En ese sentido, fue apasionante trabajar y lograr los objetivos propuestos con músicos como Cirso Iseas en bajo y Alambre González en guitarra", explica Porchetto para luego continuar: "Aunque recuerdo que lo más difícil fue lograr el clímax que yo pretendía para la voz, algo que, curiosa y graciosamente, se logró en el baño de los estudios ION (se ríe). En un intervalo de la grabación, fui al baño y me puse a cantar el tema allí. Y ahí me di cuenta que esa era la reverberancia que quería para la parte vocal. Obviamente todos pensaron que estaba loco pero al final las voces se grabaron allí, cortando la llave de paso para que no se escuchara el sonido del agua corriendo por los mingitorios. En cuanto a la poesía, lo que quise reflejar fue una emoción, algo que me estaba pasando, con un espíritu muy arriba, alegre y transparente. Por eso se me ocurrió lo de bailar en las veredas, como una expresión liberadora de mover el cuerpo y danzar sin parar, adonde sea".
Con el transcurrir de los meses, y el inesperado (pero fundamental) apoyo de una publicidad de cigarrillos, "Bailando en las veredas", protagonizada por Susana Romero, logró captar cada vez más la atención del público, llegando incluso a sonar con mucho éxito en Latinoamérica y en el área latina de Estados Unidos, convirtiéndose además en uno de los primeros álbumes argentinos en ser editado en formato CD. Y al respecto, cuenta Porchetto: "Siempre pensé que tenía que ser el tema de difusión del disco, pero en la compañía discográfica se inclinaron por otro porque decían que no se parecía mucho a lo que yo venía haciendo. Hasta que un día, Luis D’Artagnan Sarmiento, un gran productor que tuve y que siempre me apoyó en todas mis locuras, me dijo que había una posibilidad de utilizar la canción en un comercial pero que no había un peso (se ríe). Lo único que yo quería en verdad era que el tema tuviera difusión; entonces accedí. Dos días después de que la publicidad saliera por primera vez al aire, el tema no paró de sonar en todos lados y el álbum empezó a vender de una manera increíble. De hecho, fue uno de mis discos más vendidos y por el cual recibí la certificación de Doble Platino".
-¿Qué lugar ocupa "Bailando en las veredas" en tu carrera considerando la gran cantidad de éxitos que llevás compuestos?
- Sin dudas, uno muy lindo. Nunca grabé algo que no quisiera y tampoco nadie me obligó a hacerlo. Habrá cosas mejores o peores pero en todas siempre expresé lo que quise tanto musical como líricamente. En realidad, le tengo mucho cariño a todas mis canciones pero "Bailando en las veredas" me acercó a un público mayor al que yo tenía hasta ese entonces y me abrió las puertas en Latinoamérica y Europa. Hasta el día de hoy es un tema que me da muchas satisfacciones, que le llega a un público muy joven y con el que suelo cerrar mis conciertos en vivo.
-¿Cómo surgió la idea de convocar a Sandro para la versión del tema incluida en tu álbum Fuera de juego, de 1996? ¿Recordás alguna anécdota durante la grabación?
- Con Sandro éramos muy amigos, casi hermanos. De hecho, como ambos éramos hijos únicos, él solía bromear con que yo era su hermanito menor (se ríe). Un día me llamó para decirme que quería que grabáramos juntos, lo cual ya era un gran honor para mí. Pero mayor fue mi sorpresa cuando me confesó que quería hacer "Bailando en las veredas" porque le encantaba esa canción. La única condición que puso fue la de grabar una versión diferente a la original. En ese sentido, buscamos lo que a él mejor le quedaba hasta que arribamos a un tempo estilo James Brown. Lo grabamos en su estudio pero, como Roberto ya había empezado a tener algunas dificultades respiratorias, no nos fue sencillo llevarlo a cabo. En un momento noté que le faltaba el aire, entonces detuve la grabación y le pedí que tomáramos un descanso para comer algo y continuar luego. El me miró fijo y me dijo: "No te preocupes, volvé a la consola que todo va a salir bien y yo voy a cantar este tema así sea lo último que haga". Regresé a la sala de control y finalmente la grabación no sólo fue impecable sino que surgió de una sola toma. Y esa fue la que salió editada. Creo que fue el último rock’n soll grabado por Sandro.
Tras el lanzamiento de Sombras en el cielo, su hasta ahora último álbum aparecido en 2018, y su respectiva presentación en vivo llevada a cabo en el teatro Coliseo junto a León Gieco, Nito Mestre, Juanse y otros invitados especiales, Porchetto aguarda el final de la pandemia de coronavirus para poder concretar, al fin, alguno de sus varios proyectos.
"La música es mi lenguaje, entonces desde ahí van surgiendo ideas y estoy componiendo con la esperanza de llegar a una situación diferente y poder concretar lo que quiero. Ojalá se dé pero, siendo realista, es muy difícil imaginar siquiera las próximas semanas con esto de la pandemia aún dando vueltas. Claro que no pierdo las esperanzas pero sé que la medicina no es un ciencia exacta, es totalmente fáctica, así que desde ese lugar no es sencillo poder encontrar respuestas y ubicarnos en algo firme. Si bien la vida es una caja de sorpresas, creo realmente que el planeta se ha vuelto enigmático y vivimos tiempos muy particulares", concluye.
Más leídas de Música
A los 80 años. Joan Manuel Serrat, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes
"Que la vida sea generosa y me permita disfrutar". Distinguido, Serrat está preocupado por los problemas más urgentes
"Experiencia increíble". Jonas Brothers: educación religiosa, una fama desbordante y polémicos noviazgos