El músico tocó todos los temas de ‘Random’ en la sala Caras y Caretas. La confirmación oficial de la fecha llegó el jueves a la tarde, cuatro horas antes del comienzo
Charly García presentó en vivo su nuevo disco, Random, con un show sorpresa el jueves por la noche en la sala Caras y Caretas. Aunque desde su recital en Cosquín Rock 2014 había hecho pequeños sets en vivo para sus festejos de cumpleaños o en el homenaje al Negro García López en noviembre de 2015, este fue el primer concierto formal que el ex Serú Girán y Sui Géneris ofrece en tres años y se confirmó cuatro horas antes de que se subiera el escenario para tocar todas las canciones del álbum que editó hace menos de un mes y algunos de sus clásicos.
“Borom bom bom, borom bom bom, esta es la banda de Say No More”, cantaban las 385 personas que vieron el regreso de la gran figura del rock argentino. A las 21.45, el recital todavía no había empezado y la sala ya estaba revolucionada. Unos minutos después, una pantalla gigante mostró el choque del segundo avión en las Torres Gemelas mientras que la formación actual que acompaña a Charly -Fabián Von Quintiero en teclados, Rosario Ortega en coros, los chilenos Kiuge Hayashida en guitarra, Toño Silva en batería y Carlos González en bajo- ocupaba sus posiciones. Luego, apareció el músico de 65 años, acompañado por dos personas que lo ayudaron a sentarse en el piano ubicado en el medio del escenario.
Con “La máquina de ser feliz”, Charly comenzó a repasar, uno por uno y en orden, los diez temas de Random -su primer álbum en siete años-, apoyándose durante varias partes de la presentación en el talento de The Prostitution, la banda con la que se conoce de memoria, que lo ayudó a tapar los baches cuando se olvidaba la letra de las canciones. Lúcido y de muy buen humor, no paró de hacer algunas bromas. “Me llegó una carta de Yoko Ono: 'Charly capo, te quiero, no sé qué'”, dice. Más tarde, otra. “El otro día en la cancha de Vélez, Mick Jagger me elogió.” Alguien le grita que fue en La Plata y él responde: “No hay poronga que les venga bien”.
El público -que pagó 1000 pesos por entrada- festejó sus chistes y agradeció que, a pesar de las secuelas de los problemas de salud que sufrió en los últimos años, esté otra vez arriba de un escenario. Y como una devolución a esa gratitud incondicional, Charly les regaló a sus fans una seguidilla de clásicos inoxidables para despedirse: “Yendo de la cama al living”, “Asesíname”, “Me siento mucho mejor”, “No llores por mí Argentina” y “El Aguante”. Al final, Charly intentó pararse solo y casi se cae, pero sus compañeros lo atajaron, y con una sonrisa -como si nada hubiera pasado- transformó el accidente en un saludo triunfal. Say No More está de vuelta.
Manuel Buscalia
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