Cómo es el nuevo disco de Mariah Carey que elogió la crítica internacional
Desde su impresionante disco debut, en 1990, Mariah Carey tuvo un destino de superestrella. Gracias a su belleza y simpatía, su extraordinaria voz y una puntería zen para elegir a los colaboradores de sus álbumes (que quizás aprendió de los primeros productores con los que trabajó, entre ellos, su exmarido Tommy Mottola), construyó una carrera única. Carey dio a conocer baladas irresistibles, brillantes canciones pop e híbridos de R&B, hip hop, soul y música house. En reiteradas ocasiones se la comparó con sus admiradas Whitney Houston y Céline Dion, a las que superó en ventas y en ganancias, esto último porque la joven nacida en Huntington en 1970 siempre tuvo el cuidado de firmar como coautora de todo el material que grabó.
Cuatro años después de Me. I Am Mariah... The Elusive Chanteuse, su primer (y hasta ahora único) disco para el sello Def Jam, Carey lanzó Caution, su decimoquinto álbum. Mientras aquella obra reunía un conjunto de canciones signadas por la nostalgia, el autorretrato y cierto desorden, con un fondo de coros góspel, Caution vuelve a equilibrar aquello por lo que Carey se transformó en un icono de la música (o, para sus detractores, de la industria musical), es decir, las canciones sentimentales, acompasadas por un groove sensual y magnético, como queda claro en el primer tema, "GTFO" (Get the Fuck Off). Esta vez, el mid-tempo, los susurros y la contención ocupan el lugar de las performances voluptuosas y la confluencia osada de géneros musicales. Hay en Caution cierta moderación del instinto para la fiesta que tiene la compositora de "Dreamlover", "Heartbreaker" y "Butterfly".
Grabadas en el estudio que tiene en su casa y en Los Ángeles, ninguna de las diez canciones de Caution fue producida por un colaborador del álbum anterior. Como su título lo indica, más vale ser cauteloso en el ambiente musical y no tropezar dos veces con la misma fórmula. O, al menos, no con la fórmula inmediatamente anterior, porque Carey retoma algunas claves de discos previos, como el sólido The Emancipation of Mimi, de 2005, e incluso el talante conceptual de uno de sus éxitos de la década de 1990, Music Box. El álbum, como escribió Andy Kellman para AllMusic (antes de concederle cuatro estrellas sobre cinco), es "una colección meditada y discreta de baladas de R&B lentas y medidas". La mayoría de las críticas publicadas en medios especializados estadounidenses e ingleses aprobó el 15º álbum de la estrella.
Un gran acierto de Carey en Caution es el seleccionado de colaboradores que infunde en su música un poco de novedad y sonido contemporáneo. En ese sentido, no sorprende la inclusión en el equipo de Devonté Hynes (Blood Orange), Poo Bear, Skrillex y, en la hermosa canción final, el pianista Daniel Moore. La diva demuestra, además, que todavía puede cantar como una adolescente traviesa, como hace en "8th Grade", coproducida con Timbaland. Caution no es un disco revolucionario en la trayectoria de la cantante, ¿pero alguien esperaría un disco así de ella a estas alturas? La carrera de Carey, como la de otros artistas pop, parece obligada a una reinvención por fuera de las fronteras de la música, o sea, en el mundo de la industria del entretenimiento. Y, para eso, la multipremiada y multimillonaria estrella cuenta con la infraestructura necesaria.
Si bien los fans acostumbrados a la grandiosidad (a veces kitsch) de las producciones de Carey pueden sentirse decepcionados y pensar que nadie necesitaba escuchar a una segunda Solange Knowles, en una escucha más templada se advierte un cambio de marcha en el rumbo de la diva. A los 48 años sigue siendo una fuente de alegría, sensualidad y diversión para su público, de inspiración para jóvenes artistas (como Ariana Grande y Grimes) y para ella misma, como alude en una entrevista con la prestigiosa revista digital Pitchfork, de lucha y supervivencia. "Trato de trabajar con personas que intentan crear un buen ambiente. Esas personas saben que el estrés es realmente un asesino. Fui inspirada por grandes artistas como Minnie Riperton, Stevie Wonder, Whitney Houston y George Michael. Recuerdo que antes de grabar mi primer álbum, escuché 'Faith', de George, y me dije: ‘Quiero hacer un álbum que cruce todos estos géneros’. Con él teníamos muchas cosas en común", declaró.
Como canta en el tema final de Caution, Carey todavía es fiel a esa chica que tiene fe, esperanza y ambición. Con prudencia, y gracias al cultivo de esa fidelidad, suele florecer un estilo.
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