Con la ayuda de Foster
Para llevar adelante Believe, la mezzo se puso en manos de David Foster, productor de figuras como John Lennon, Madonna, Michael Jackson, Paul Mc Cartney y Rod Stewart, entre otros. "Fue increíble el modo como trabajamos con David, en conjunto y de manera muy orgánica. Pero tengo que confesar que no fue fácil: él es muy demandante y el primer día me hizo llorar", cuenta Jenkins, ahora muerta de risa. Es que en ese primer encuentro no siempre Foster la miraba demasiado bien con alguna de sus propuestas. Con él al piano y ella a su lado, fueron varias las veces en que le dijo: "No, no era lo que yo estaba buscando". Cuando llegó a su casa esa noche, Katherine no paró de llorar por un buen rato, hasta que se convenció de que esa era la manera que él tenía para sacar lo mejor de ella. Se convirtieron en grandes amigos y ella no hace más que halagar el producto final que consiguieron juntos: "El disco tiene su sonido. Yo lo llamo sonido David. Es adorable".
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