Festivales de verano: folklore, rock, cuarteto y jazz, para enero y febrero. Cosquín, a cara lavada
La remodelación de la plaza Próspero Molina marca el comienzo de los grandes encuentros musicales de la temporada en distintos puntos del país
"Este año vamos a tener que escribir Cosquín con K", dijo a LA NACION Eduardo Mastel, secretario de programación del festival, y la frase no es caprichosa. La mayor novedad de la próxima edición del Festival Nacional de Folklore, que se desarrollará entre el 22 y el 30 de enero de 2005, será la remodelación total de la plaza Próspero Molina, que transformará la estructura del tradicional recinto al aire libre y ampliará su capacidad a más de once mil butacas gracias a una inversión aportada por el Ejecutivo nacional de 3,5 millones de pesos.
Los preparativos de Cosquín, una de las plazas más importantes de los festivales y en la cual también habrá rock y cuarteto, marcará el inicio de una temporada fuerte en eventos musicales en distintos puntos del país (ver recuadros), aunque es verdad que durante el verano la localidad cordobesa centra la atención del país.
En esta edición número 45 del Festival Nacional de Folklore habrá una programación de 100 artistas durante las nueve noches, con la presencia entre otros del Chaqueño Palavecino, Los Nocheros, Víctor Heredia, Teresa Parodi, Jairo, Peteco Carabajal, el Dúo Coplanacu y Los Tekis -que, junto a Tomás Lipán y Yamila Cafrune, rendirán tributo a la Niña Yolanda y a Jorge Cafrune-. A ellos se sumarán, "para darle prestigio al festival", el conjunto Les Luthiers y Julio Bocca, que bailará folklore. Por otro lado, el humorista y ex político Nito Artaza formará parte de una troupe correntina integrada por Ramona Galarza, Los de Imaguaré, Mario Bofill y Los Alonsitos, para presentar el espectáculo “Simplemente chamamé”. Habrá homenajes especiales a Domingo Cura, Gerardo López de Los Fronterizos y Norma Viola, y se presentarán delegaciones de artistas de Cuyo y la Patagonia. También están en tratativas para que la legendaria Nelly Omar haga su despedida oficial en el escenario Atahualpa Yupanqui y se espera un milagro de último momento y el alta del médico para que Mercedes Sosa pueda estar sobre el escenario coscoíno nuevamente. Y, tras muchas negociaciones, se confirmó que Soledad sí estará, el 23 de enero, en el escenario mayor del folklore (en la última edición se había ausentado por problemas con su cachet). Quien no será de la partida es Luciano Pereyra.
Lo que les quitó el sueño a los organizadores es quiénes serán los encargados de cerrar cada noche. Esa lógica fue la que en los últimos años vació de contenido artístico a la plaza, pero en esta edición dicen que apostarán a las camada de jóvenes folkloristas. “Los músicos que llenan la plaza son cinco o cuatro y es necesario darle respaldo a gente nueva para que haya una renovación y el público se empiece a identificar con los nuevos artistas. Esa es nuestra búsqueda para este año”, sostuvo Mastel, el histórico y tradicional programador del festival, que desestimó una oferta de un productor para armar una noche con artistas jóvenes que participaron del último encuentro “Músicas de provincia”.
Intimamente, lo que los organizadores esperan –incluidos algunos productores del folklore– es la aparición de otra figura como Soledad que seduzca al público. Es que están nerviosos por el aumento de un ciento por ciento en los cachets de los artistas más importantes y la falta de convocatoria de la Próspero Molina, de la que surge una buena parte del efectivo del presupuesto total, que este año rozaría los 500.000 pesos.
Las negociaciones con los sponsors son lentas y el aporte de la provincia no aparece, pero sí está cerrada la venta de la televisación a Canal 7, que transmitirá el festival en directo, de 22 a 1 (el año pasado el canal estatal logró picos de rating de 9 puntos durante las nueve noches de Cosquín 2004 sobre un promedio habitual de 1,3).
Polémica en la plaza
Esta edición no está exenta de las polémicas. Las obras de la Próspero Molina son la finalización de un faraónico proyecto –iniciado en 2001 y continuado en 2002-2003 con aportes provinciales y que finalizará este año con el cerramiento y la ampliación de la plaza gracias al aporte del Ejecutivo– impulsado por el estudio del arquitecto Raúl Bernal, padre de Esteban Bernal, actual secretario ejecutivo de la nueva Comisión de Folklore, dependiente de la municipalidad.
Desde la comisión actual justifican: “No hay que hacer ninguna mala interpretación. Bernal es un hombre muy respetado que trabajó en su momento en la Comisión de Folklore, pero también es uno de los gestores de este proyecto. Además, el presupuesto fue cotejado por funcionarios de la Presidencia de la Nación que lo felicitaron porque estaba por debajo de los costos actuales de un emprendimiento de esta magnitud”.
Las remodelaciones en la plaza –con un costo de dos millones de pesos y que incluyen locales alrededor de la Próspero Molina, cerramientos y mejoras de infraestructura en el predio– provocaron quejas y polémicas, pero fueron seguidas de cerca por la Presidencia de la Nación, que envió funcionarios de Obras Públicas a controlar la obra, que finalizará apenas unos días antes del comienzo del festival.
A diferencia de la comisión anterior, los nuevos organizadores tienen el apoyo incondicional de Marcelo Villanueva, actual intendente de la ciudad, que entró en sintonía rápidamente con el gobierno kirchnerista por su filiación peronista y tras una reunión en la Casa de Gobierno logró el respaldo total del Presidente para lavarle la cara a Cosquín. “Concordamos en esa línea de reivindicar nuestra identidad y argentinidad”, dijeron en la comisión.
La tranquilidad de la nueva comisión municipal de folklore recibió un golpe inesperado cuando la comisión saliente exhibió los balances del anterior encuentro folklórico con un saldo positivo de 90.000 pesos y salieron a denunciar que los actuales funcionarios y los operadores políticos de la comuna utilizan el festival como botín de guerra. “Por las deudas que tiene la municipalidad y el juicio que hay sobre Cosquín es conveniente decir que el festival da pérdidas. Eso es histórico”, comentó un integrante de la gestión anterior. Las discrepancias llevaron a integrantes de las distintas comisiones a convertir el despacho de una jueza coscoína en un virtual ring de boxeo. Pero eso es parte de lo anecdótico. Cuando el grito de “Aquí Cosquín...” vuelva a bajar del escenario el festival olvidará su crisis artística y económica por nueve noches.
Con el paisaje de sierras y playas
Cuando pasa el folklore, en Cosquín todo es rock. Aunque este año el Cosquín Rock se mudará a un predio cercano a la ciudad, junto al lago San Roque, donde actuarán Café Tacuba, The Wailers, Babasónicos, Las Pelotas, Vicentico, Spinetta y Charly García, del 3 al 6 de febrero.
A su vez, en la plaza Próspero Molina se realizará el festival rockero producido por Guinzburg, del 11 al 13 de febrero, donde estarán la Bersuit, Intoxicados, Divididos y Ratones Paranoicos, entre otros.
También está confirmada la realización del Festival Oye Reggae, el 29 y 30 de enero, en Capilla del Monte, a orillas del dique El Cajón. Este año participarán Abuela Coca (Uruguay), Karamelo Santo y Pablo Molina, entre otros.
Las costa tendrá rock y jazz. Entre el 20 y el 23 de enero se desarrollará el Gesell Rock 2005, en el autocine de la ciudad costera, donde participarán Charly García, El Otro Yo, Almafuerte, Arbol, Babasónicos, Catupecu Machu, Miranda!, Flavio y La Mandinga, Las Pelotas, Callejeros, La Vela Puerca, Kapanga y Villanos.
El otro festival en importancia es el que protagonizará Fatboy Slim en Mar del Plata el 29 de enero. El artista organizará una gran fiesta playera con música electrónica, la Big Boutique Beach, que en su edición carioca, en marzo último, convocó a 300.000 personas.
Para los amantes del jazz también habrá un festival hecho a su medida en Miramar con recitales, jam sessions y clínicas. Esta primera edición del evento, que se realizará entre el 7 y el 15 de enero, en el Teatro Municipal, reunirá al notable trío uruguayo formado por Beto Satragni, Ricardo Nolé y Osvaldo Fatorusso; al cuarteto de Mario Parmisano; al bajista Marcelo Torres, y Alejandro Santos.
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