Tradición que llega a nuestros días. De Grecia, canciones sefardíes
Esta noche se presenta por única vez la cantante griega Savina Yannatou
La presentación de la cantante griega Savina Yannatou, esta noche, en el teatro Broadway, viene a cerrar una suerte de tríptico involuntario y feliz sobre la música balcánica, abierto en Buenos Aires con el show de Goran Bregovic y continuado por las recientes actuaciones de la fogosa No Smoking Orchestra, que lidera el cineasta Emir Kusturica.
Después del collage de nacionalidades que sostiene la música de Bregovic y de la combinación de rock, punk y folklore eslavo que constituye el repertorio de la banda de Kusturica, Yannatou trae una muestra del aporte que la comunidad sefardí hizo a la compleja trama cultural de la región balcánica: las bellas canciones que los hebreos españoles se llevaron de su tierra cuando fueron expulsados por los reyes Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, en 1492.
Gran parte del repertorio que Yannatou interpretará esta noche en ladino (forma antigua del español que es la lengua de los sefardíes) está registrada en el disco "Primavera en Salonico", de 1995. Allí, la tersa voz de la cantante griega narra historias de la vida diaria; trágicas, como la que da cuenta del incendio que devastó Tesalónica en 1917, o costumbristas, como las que pintan la cotidianidad más íntima de la vida familiar y amorosa.
"A partir de estos temas surgen imágenes de los esfuerzos que esta gente hacía para ganarse la vida, de las costumbres tan severas que podían tener, y que se reflejaban en los consejos sentimentales que las madres daban a las hijas -dice Yannatou durante una entrevista con LA NACION-. Era un pueblo que tenía la sabiduría que da la calle."
Letras audaces
Menuda, de rasgos firmes e intensos ojos negros, Yannatou recuerda una anécdota que la hace sonreír: "En una oportunidad interpreté estas canciones para una audiencia integrada por judíos que no eran sefardíes, y la impresión que me llevé fue que las letras les parecieron muy atrevidas, sobre todo las de temas como "El encalador" -que cuenta, con lo que hoy sería considerado humor de espectáculo revisteril, la historia de una mujer que aprovecha la ausencia de su marido para mantener un encuentro furtivo, precisamente, con el encalador de paredes- o los versos en los que una madre le dice a su hija: Más vale un mal marido que mancevo de amor . Yo atribuyo esa percepción del público al hecho de que los sefardíes vivieron en el imperio otomano y, por lo tanto, tenían costumbres distintas y, en algunos aspectos, más desinhibidas".
Resurgimiento
Según el breve texto de X. A. Kokólis que acompaña el CD "Primavera en Salonico", las canciones sefardíes eran la música habitual de las calles de la ciudad hasta mediados de los años cuarenta. Luego se produjo un corte abrupto. "La guerra, el Holocausto -dice Yannatou-. Mucha gente murió, mucha se fue y los que sobrevivieron ya no estaban interesados en estas canciones, que no eran cosa de gente joven, sino de las abuelas. Las canciones sefardíes se fueron perdiendo en Salónica, como se fue perdiendo el idioma ladino, que era la lengua de la comunidad hebrea. Ahora, los judíos griegos hablan griego."
Sin embargo, la cantante cree ver en su país un resurgimiento del interés por temas vinculados con la cultura sefardí, como algo más que una moda. "Es un fenómeno que se viene produciendo en estos últimos años, atribuible al entusiasmo que muestra nuestro pueblo por todo lo que tenga que ver con las etnias, los dialectos y el diálogo intercultural. Me parece que la gente manifiesta una necesidad real de comunicarse con otras culturas."
Voces del pasado
Documentadas en 1500, contenidas en manuscritos procedentes de Bosnia o incluidas en algún cancionero del siglo XVII originario de Sarajevo, serían casi doscientas las canciones sefardíes que han llegado hasta nuestros días, según el especialista Kostas Vómbolos (responsable, además, de los arreglos musicales de los temas que interpreta Yannatou).
A la hora de llevar ese repertorio a escena, Savina privilegia el equilibrio entre cierta fidelidad a las formas originales y la necesidad expresiva de marcar con estilo propio la interpretación: "Me interesa la tradición, pero no quiero hacer una reproducción de museo".
Cuenta Yannatou que las canciones sefardíes registran distintas versiones según los pueblos que las canten, y que no existe un criterio único acerca de la manera correcta de interpretarlas, sino varios, generalmente opuestos. "Incluso, originariamente algunos de estos temas se cantaban a capella , de modo que el trabajo de arreglos que hacen los músicos para acompañarlos es absolutamente creativo y no tiene antecedentes", dice, y recuerda la cara de sorpresa de una mujer mayor cuando escuchó, grabadas en un disco y convertidas en objeto de debate cultural, las sencillas estrofas populares que habían acompañado su juventud: "Pero, ¿cómo?, ¿ahora las cantan con música?".
La actuación de hoy
- Savina Yannatou se presentará esta noche, a las 21, en el teatro Broadway (Corrientes 1155), con seis músicos que tocarán violín, contrabajo, percusión e instrumentos orientales tradicionales. El concierto está organizado por la oficina de prensa de la Embajada de Grecia y el Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí, con el auspicio de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad y del Departamento de Cultura de la AMIA.
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