Desde Chile, la artista pionera del rock feminista y melodías únicas
Francisca Valenzuela, con muchos seguidores en la Argentina, se presenta mañana
"No odio a los hombres", remarcó Francisca Valenzuela en un reportaje publicado por el diario chileno La Tercera a principios de este año. La frase pudo haber sonado extemporánea, pero tuvo una motivación: venía a cuento de algunos comentarios maliciosos en medios de comunicación y redes sociales sobre su postura feminista.
"Hablar explícitamente del empoderamiento de la mujer a veces tiene estas consecuencias ridículas -argumenta ella ahora-. Yo me siento completamente alineada con la causa feminista. Desde el día uno mis canciones tienen perspectiva de género, eso es parte de mi identidad como artista. Pero para alguna gente el feminismo es cosa de lesbianas o de mujeres que odian a los hombres. Muchas mujeres estamos validando nuestra verdad en un ámbito como el del rock, donde estaba notoriamente devaluada. También es muy importante entender que no hay un solo tipo de mujer, sino múltiples. Estamos en medio de un proceso mundial que debería culminar en un cambio real, pero hay que tener mucha paciencia. Porque todos los cambios sociales se demoran y son imperfectos", dice esta artista talentosa e inquieta que ha repartido sus 32 años de vida entre los Estados Unidos y Chile.
Hija de un virólogo que fundó la empresa biotecnológica Chiron Corporation y de una doctora en biología celular, Francisca nació en San Francisco y se educó en el Park Day School de Oakland, California. A los 13 años, publicó Defenseless Waters, un libro de poesía en inglés con prólogo de Isabel Allende. También estudió piano clásico y tuvo un paso fugaz por el prestigioso Berklee College of Music. Editó hasta ahora tres discos: Muérdete la lengua (2007), Buen soldado (2011) y Tajo abierto (2014).
En la Argentina, los seguidores de la tira televisiva Guapas seguramente la tienen bien identificada: varias de sus canciones ("Afortunada", "Esta noche", "Segunda vuelta") sonaron en diferentes capítulos. Y los que no la conocen tanto tendrán la chance mañana, cuando se presente en Tecnópolis en el marco del Festival Nuestro, una fecha que Valenzuela espera ansiosa, dado su vínculo estrecho con la música argentina: "Conozco de toda la vida a Charly García, Fito Paéz, Soda Stereo y Virus -apunta-. Charly ha sido para mí un referente muy importante de la música en español. Lo escuché muchísimo en la adolescencia: Charly, Serú Girán, todo ese cancionero clásico, sobre todo pianístico, fue una gran influencia. Él unió muy virtuosamente el rock con la poesía".
En ese amplio abanico de influencias claves en la educación musical de Francisca hay de todo un poco: Violeta Parra, Los Jaivas, Alanis Morissette, Liz Phair, Emm Gryner, Sheryl Crow, Brad Mehldau, Keith Jarret, Nina Simone, Art Tatum, Nick Drake, Trent Reznor, Ravel, Schubert y las Spice Girls. Y en ese gusto variado quizá se encuentre parte de la explicación de las mutaciones en su propia obra: "Mi música ha cambiado mucho a través de los años, es cierto -comenta-. Así como uno cambia año a año, ¿no? Esos cambios son el reflejo de un crecimiento personal. Pero también hay cosas que se han preservado o afirmado. Busco buenas melodías, siempre hay piano en mis canciones... Es una verborrea artística que me sale naturalmente y que intento no controlar tanto. Permito que esa voz aflore para sentirme más cómoda, conectada con una identidad".
En poco más de diez años de carrera, Valenzuela grabó tres discos, un ritmo de trabajo que no dependió tanto de su deseo, sino más bien de sus posibilidades reales. "El espacio entre disco y disco tuvo que ver con no contar con el dinero suficiente para grabar -afirma-. Si hubiera tenido una estructura diferente, lo hubiera hecho más seguido. Y no tengo apuro. Me he sentido muy activa editando singles, haciendo conciertos, creando para otras plataformas, pensando nuevas iniciativas. Estoy abierta a diferentes maneras de operar, a métodos de trabajo que excedan la mera edición de discos".
De todas maneras, Valenzuela ya tiene listo buena parte del repertorio de un nuevo álbum que saldría en el segundo semestre de este año. Ella lo define sintéticamente como "un disco de pop alternativo con dientes". ¿Cómo se traduce eso? "Canciones con ritmo, personalidad, fuerza y sinceridad", responde. Y completa: "No me pongo ninguna restricción. Si la canción está alineada conmigo, no importa el estilo. No soy de esos artistas que se definen a priori. Voy expresándome y construyendo el camino al andar. Tengo una carrera muy orgánica y muy independiente, pero me he ganado espacios en lugares del mainstream. Me gustaría mucho que mi música tenga un mayor alcance regional. En eso estoy".
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