Ben Stiller se había olvidado del asunto por casi 37 años. Es obvio que tampoco demasiada gente quería recordarle sus archivos musicales ocultos. Pero hace unos meses emergió con fuerza y lo obligó a tomar cartas en el asunto. Es que el protector muro que fijó Google para todo lo que sucedió antes de 1998 comenzó a agrietarse por la indagación de un coleccionista. Y por una de esas rendijas apareció Roadkill, el disco que grabó en 1982 con su banda Capital Punishment cuando estaba en la escuela secundaria. De ese vinilo se hicieron sólo 500 copias que ni siquiera llegaron a distribuirse, salvo algunos pocos discos que fueron a parar a manos de curiosos que no le prestaron atención al nombre de quien ocupaba la banqueta de baterista.
Hasta aquí parece una historia más del tipo: estrella de Hollywood que tenía una bandita de rock adolescente reabre los archivos que lo avergonzaban hasta hace poco para actualizarlos y lucrar con ellos. Pero no sería el caso de Stiller por una simple razón. Roadkill contiene mucho de los guiños de los artistas postindustriales que generaron paisajes sonoros extraños (referencia Throbbing Gristle) con comentarios y grabaciones de reportajes sobre asesinos seriales al punto que está Heinrich Himmler (uno de los oficiales nazis de más alto rango) cantando la canción de Horst Wessel. Hay temas basados en la guitarra que recuerdan el indie shambolic de Television Personalities o Swell Maps. También atraviesa todo el disco un sentido del humor muy extraño, que evoca a los Residents. Canciones cantadas con acentos deformes y un reportaje sobre el Hillside Strangler seguido de un estallido de música de gaita. Vale recordar que Hillside Strangler fue el nombre que le dio la prensa a una serie de asesinatos ocurridos entre 1977 y febrero de 1978. Muchos de los cuerpos de las víctimas fueron descubiertos en las colinas que rodean Los Angeles. Por estos crímenes fueron condenados los primos Kenneth Bianchi y Angelo Buono que secuestraron, violaron, torturaron y asesinaron a 10 mujeres y niñas de 12 a 28 años de edad.
"Teníamos 15, 16, 17 años", dijo Stiller cuando le preguntaron. "Y en esa edad uno tiene una forma totalmente diferente de mirar el mundo. Estábamos haciendo las cosas que hacés como adolescente y que creés que son divertidas. La mitad de las veces no lo son, solo son graciosos para tu grupo, pero tenés ese sentido descarado de: 'Vamos a hacer esto, sería genial'. No lo estás editando todo el tiempo porque es justo lo que es tu vida en ese momento. El álbum es lo que es por eso", agregó el actor que todavía se siente bastante cohibido al hablar del asunto. Un montón de actores famosos incursionaron en la música antes, o incluso después de ser estrellas de Hollywood pero es difícil pensar en alguien que haya participado en un álbum tan bizarro como Roadkill.
La historia empezó cuando Mike Sniper, propietario del sello musical independiente Captured Tracks, y un empedernido buscador de rarezas, compró un lote de vinilos a un acumulador de discos de Nueva York que había fallecido. Entre esos objetos apareció el de Capital Punishment, el sonido lo cautivó tanto que empezó a cranear la posibilidad de reeditarlo. Y ahí dio con el tesoro mejor escondido: que entre los integrantes el tal B. Stiller era el de películas como Zoolander y Una noche en el museo. Ahí comenzó la tarea de convencer a la banda, pero Sniper aclaró que no quiere que Stiller aparezca como una estrella de Hollywood sino como el simple baterista del grupo.
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De hecho, la pasión de Sniper resultó tan contagiosa que logró que la banda volviera a juntarse, una hazaña bastante impresionante porque los otros miembros que se separaron para ir a la universidad tampoco estaban buscando alguna ocupación. Aparte de Stiller, actor, escritor, director y productor, Kriss Roebling es un destacado documentalista y escritor, mientras que el bajista Peter Swann es juez en Arizona y el guitarrista Peter Zusi es profesor de literatura checa y eslovaca en el University College of London.
"No estábamos tan metidos en las drogas y tal vez esa era nuestra alternativa", dijo Roebling acerca del material de Capital Punishment. "Era un poco extraño e irónico, a diferencia de los chicos del centro de la ciudad, que estaban metidos en problemas de la vida real".
Además de la reunión de la banda, el disco original ahora titulado This is Capital Punishment fue reeditado por Captured Tracks el viernes pasado.
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