Gury Burton: reunión tanguera en el teatro Gran Rex. En el nombre de Piazzolla
Esta noche, el jazzero norteamericano le rendirá tributo al bandoneonista argentino con un concierto en el que participarán varios integrantes originales del quinteto de Astor
Héctor Console tiene el aplomo y el bronceado de un pescador de la costa. Marcelo Nisinman parece un joven de Basilea al que no le da mucho el sol. Gary Burton tiene la pinta de un oficinista. El contrabajista, el bandoneonista y el vibrafonista son tres de los músicos que formarán parte del concierto Piazzolla r eunión, esta noche, en el teatro Gran Rex. El tributo al bandoneonista vuelve a convocar, después de diez años, al célebre jazzero norteamericano con algunos de los integrantes originales del quinteto de Astor.
-¿Cómo fue el primer día de ensayo?
Burton: -Fueron diez años y no sabía qué esperar. Pensaba que algunas cosas serían diferentes. Pero cuando empezamos a tocar, sonaba como en los viejos tiempos. Nos conocemos hace veinte años, y la música de Piazzolla nos unió desde el principio. Empezamos a tocar y parecía que hacía dos semanas que no nos veíamos.
Consolé:- Gary es un gran talento. Fue como haber tocado toda la vida juntos.
Se reparten elogios. "En 1966, cuando nos conocimos, todos me hicieron sentir parte del grupo y me dijeron que era un tanguero", acota Burton. Consolé responde: "Es que era muy fácil porque es un músico talentoso y enseguida captó la idea del tango, que es muy complicado de tocar".
Burton tenía un secreto que confiesa a voces. Antes de conocer a Piazzolla, el norteamericano había estudiado y amado su música durante veinte años. La tocaba y escuchaba en su casa. Nisinman lo mira asombrado. Al joven bandoneonista le pasó algo parecido. Su padre era amigo del autor de "Adiós Nonino" y lo hacía participar de los ensayos. Tenía 11 años. Ahora, dentro de la formación que tocará esta noche con Burton, ocupa uno de los lugares más difíciles. "Estoy acostumbrado a estar de alguna manera sentado en la silla eléctrica –bromea Nisinman–. Estar en este lugar como bandoneonista tiene esa cosa difícil y placentera a la vez."
Los otros músicos que participarán del tributo son Fernando Suárez Paz, en violín; Pablo Ziegler, en piano, y Ricardo Lew, en guitarra eléctrica. El quinteto fue una de las formaciones más completas del bandoneonista marplatense. Con esa formación de Piazzolla, el vibrafonista Gary Burton grabó tres discos, el primero The New Tango (1987) y el último Libertango (2000). Ahora prepara este concierto en Buenos Aires, haciendo un impasse en su ajetreada vida de jazzero, alternando entre las giras y los discos con Chick Corea y Pat Metheny. El show será un recorrido especial por esa discografía, con obras que el propio Astor escribió para él y otras piezas legendarias. "Algunas obras de Astor tienen melodías hermosas y muy simples, y otras son muy complicadas y desafiantes. El concierto será una combinación de esos dos estados. Estando con estos músicos puedo tocar cualquier cosa", dice tranquilo el vibrafonista.
-¿Qué fue lo primero que lo cautivó de la obra de Piazzolla?
-Primero, todo el drama. El jazz también tiene drama, pero en el tango el drama es aún mayor, y apenas lo descubrí lo amé. Otra de las cosas que me entusiasmaron fueron sus melodías, que me parecieron maravillosas. Tenía una habilidad especial para llevar sus sentimientos a una canción. Por ejemplo, cuando su esposa lo dejó, escribió "Soledad", que es bellísima, y cuando su padre murió, compuso "Adiós Nonino". El capta un sentimiento, un momento y le pone toda esa carga emocional a una canción.
-Dentro de las agrupaciones que tuvo, ¿por qué piensan que el quinteto se transformó en su formación emblemática?
Consolé: -Con el quinteto hizo una síntesis, comprimió una orquesta y lo llevó a esta formación para la que escribió obras muy bellas.
Nisinman: -El quinteto siempre estaba presente en sus formaciones. Desde ahí él armaba todo. Por eso, el quinteto fue tan fuerte.
Burton: -Era como su banda básica. Un formato que le funcionaba para lo que quería transmitir. Fue como una época genial para Piazzolla. Este quinteto era como la llave de oro en su música. Allí hizo todas las combinaciones de sonidos posibles. Como golpear el piano o los instrumentos, y hacía que todo ensamblara muy bien.
Apenas conoció a Piazzolla, el vibrafonista se transformó en uno de sus mejores alumnos. Lo confiesa sin ruborizarse y con la veneración que tiene el aprendiz de su maestro: "Amaba el tango, aunque siempre fui un músico de jazz. Conocí muchos colegas del jazz que también amaban el tango, pero nunca pudieron tocarlo. No sé por qué funciona para mí. Creo que porque conocí a Astor en 1966 y, durante esos años, fui evolucionando como músico escuchando su obra. Astor empezó a ser un buen maestro para mí. Después, cuando nos conocimos, él me decía cómo tocar. Me tenía paciencia. Sin eso no hubiera captado su música.
¿Se lo decía suave o con su carácter difícil?
Burton: -No, al contrario, era muy gentil. Lo he visto loco, pero con la gente y los promotores del negocio. Lo vi varias veces gritando y puteando. Pero entre los músicos, había un gran respeto. Siempre me trató como a un hijo.
Consolé: -El escuchaba bien. Astor era riguroso en otras cosas, no en la música. Era riguroso con los hoteles, los aviones, pero la parte musical la daba por hecho. Sabía quiénes éramos.
-¿Después de este encuentro pasarán diez años más hasta reunirse nuevamente con el quinteto?
Burton: -No lo sé. Esta reunión fue una sorpresa. Un amigo me llamó y me dijo si me quería juntar de nuevo con el quinteto. Todos estaban libres, y eso fue maravilloso porque todo se dio para poder hacer estos conciertos únicos en la Argentina.
Para agendar
Piazzolla Reunión, con Gary Burton y el Quinteto de Astor Piazzolla.
Teatro Gran Rex. Corrientes 857. Hoy, a las 21. Entradas desde 80 pesos.
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