Favero hace gala de musicalidad en su versión de "Porgy and Bess"
"Favero-Gershwin - Porgy and Bess", versiones instrumentales de la «pera de George Gershwin, con Alberto Favero en teclado, Marcelo Mayor en guitarra, Jorge "Negro" González en contrabajo y Pocho Lapouble en batería. Los sábados a las 22, en librería Clásica y Moderna, Callao 892.
Nuestra opinión: muy bueno.
George Gershwin formó parte, junto con Irving Berlin, Cole Porter, Jerome Kern y celebridades como Benny Goodman de la fastuosa maquinaria del show.
El estilo de los años 30, quizás el mayor éxito secular del jazz entre la gente -negocio gigantesco-. tuvo por protagonistas a las grandes bandas y a la optimista, alegre y sentimental comedia musical, de la que Gershwin fue uno de los más cotizados artífices.
Aunque los libros de jazz no lo suelen tratar -apenas si alguno menciona a Gershwin al pasar-, es interesante detectar que en medio del lenguaje armónico del jazz convencional de ese tiempo, destinado al baile y al puro entretenimiento, el pianista y compositor estaba predestinado a enriquecerlo a través de una nueva organización del sonido, tomando en gran medida como modelos a vanguardistas: Stravinsky y Schoenberg.
No lo hizo solo. También hubo colegas suyos que ensancharon la armonía mediante el empleo de séptimas, novenas y oncenas o, como Beiderbecke, incorporando acordes debussyanos y tonos enteros. George, por su parte, se estaba anticipando en algunas de sus composiciones al tratamiento que el bebop daría en los años cuarenta al jazz, con acordes de transición, quintas disminuidas (su marca en el orillo), aumentadas, novenas aumentadas o menores y otras alteraciones armónicas típicas del jazz moderno. Vislumbró, incluso, los descubrimientos armónicos del cool. Sólo le faltó marchar en dirección de esa estampida libertaria que fue, armónicamente, el free jazz, con su revolución melódica y atonalismo.
Casi todo esto es dable comprobar cuando uno escucha la versión instrumental -"obra integral" promete Favero en Clásica y Moderna- de los números principales de la ópera "Porgy and Bess", de Gershwin.
Y atrapa esta traslación, sin canto, para cuarteto de piano, guitarra, contrabajo y batería, de la partitura más elaborada, compleja y atrevida del pianista y compositor norteamericano. Por cuyo motivo, precisamente, no se convirtió en la obra más exitosa para el gran público. Tampoco para los más rancios operómanos.
Aunque no sea ésta la versión de Miles Davis junto al arreglador Gil Evans, ni cante Ella Fitzgerald, es apasionante ir descubriendo las instancias de drama y humor que atraviesan esta "ópera popular", como la llamó el propio George.
Virtuoso y juguetón
Favero también hace caso omiso -como tantas otras versiones- de la sucesión estricta de las memorables canciones (o baladas) de "Porgy..." El cuarteto propone un ritmo quebrado inicial en "My man´s gone now", que luego se regulariza en tiempo ternario de vals para cobrar visos de canción, en la que se perciben las amables tangencias melódicas del blues con ese costado romántico del creador.
Luego sobrevendrá el antológico "Summertime", para el que el piano entreteje sutilezas a las que se incorpora una excelente guitarra (que escapa de alguna nota consabida). El cuarteto elabora climas brumosos, más tristes que esotéricos. Pero pronto volará, lúdico, el piano, apoyado por la batería, para concluir entre atmósferas sugerentes.
El perfil más jazzístico asoma en el espléndido y juguetón ritmo de "A woman is a sometime thing", donde es conjetural que el ritmo binario sea un pretexto de la melodía o la melodía lo sea del ritmo. Aquí restalla la armonía y el swing se expande. Si bien Favero muestra su virtuosismo, no le va en zaga la guitarra de Marcelo Mayor.
El otro célebre trozo, "Bess, you is my woman", se sumerge en el lirismo. Y entre su atrevimiento melódico se cuelan armonías ravelianas que juegan con la tonalidad mayor y menor. Favero desata su inventiva en la variación orquestal, compitiendo en franco pie de igualdad con una de las armonías más típicas de Gershwin.
La primera parte se cierra con el ritmo avasallante de "I got plenty o´nuttin«" , donde también el ritmo parece dictar la melodía mientras ésta arrastra sus acentos. Pura euforia en el espléndido teclado y en la guitarra que canta integrada al juego.
El conocidísimo "It ain´t necessarilly so" abre la segunda instancia del cuarteto. La melodía, empujada otra vez por el ritmo, propone contrapuntos entre guitarra, piano y batería. La pequeña célula cuenta con un cabal desarrollo jazzístico. La contrapartida será la ternura de "I love you, Porgy", donde las cadencias nocturnales y melancólicas muestran al Gershwin más sensitivo e introspectivo en su serena y sencilla melodía.
"Gone, gone, gone, gone" prolonga estos momentos con cadencias de gospel, hasta que irrumpe nuevamente el ritmo potente, donde la batería entreteje un sugestivo solo. Es aquí donde se cuela el eufórico ritmo de "There´s a boat that´s leavin´ soon for New York", para que su tonalidad mayor le asigne una claridad meridiana y sus acentuaciones lo aproximen a un empuje que sería típico del bebop.
Sabiendo que habrá un bis con los atrapantes pulsos de "But not for me", Favero y compañeros se despiden con "I´m on my way" como quien rubrica que George supo imprimir con su indeleble sello y sugestión varias páginas de su repertorio.
Favero-Mayor-Lapouble-González han sabido elaborar jazz a través de las interpolaciones en estas obras escritas (en partituras) por Gershwin. Sus improvisaciones no sólo siguieron el camino trazado por el compositor, sino que incluso expandieron sus posibilidades armónicas y sus pliegues rítmicos. Improvisar con un gran sentido del arreglo y de la composición dando alas a las variaciones: de eso se trata.
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