Guitarra, ahora no vas a llorar más
El tema uno resume en su primer verso el espíritu que ronda las once composiciones de este álbum: "En Buenos Aires yo quisiera estar, México me mata más que el Luna Park". El "Negro" García López está de regreso en el país, luego de un autoexilio mexicano que lo mantuvo en el D.F. durante casi siete años y, sin eufemismos, repite el sentir de esa canción que compuso hace ya un par de años: "Tengo muchas ganas de volver. Me fui a México buscando un aire, un cambio, y creo que lo conseguí. Ahora quiero volver".
El guitarrista parece más joven de lo que aparentaba una década atrás, cuando tomó a golpes de puño a su amigo Charly García (García López tocó junto al señor Say No More durante diez años), en el medio de un extenso y caótico show de verano. Tiempo pasado, por supuesto. El "Negro" acaba de editar aquí su segundo álbum, "Números rojos" (el primero data de 1992), con la participación de Charly en dos canciones, y lo presentará esta noche, en La Trastienda, Balcarce 460, a las 21.
El currículum vitae de García López señala su participación en La Torre, su paso por las filas de Miguel Mateos y su guitarra al servicio de aquella banda de Charly bautizada Los Enfermeros. Lo que no dice allí es que a los 13 años Pappo apadrinaba su banda, que ya de adolescente se aprendió de memoria todos los discos de Jimi Hendrix y Pappo s Blues y que, durante muchos años, fue el guitarrista que invariablemente se alzaba con el primer puesto en el rubro "mejor guitarrista" en cuanta encuesta de fin de año se realizara (en épocas en que Mollo todavía no era el indiscutido y único "héroe de la guitarra argentina").
Por eso, para los jóvenes amantes del rock aplanador o para aquellos niños que nunca disfrutaron de los conciertos de Pappo en vivo y en directo, el regreso de García López resulta una buena noticia. "Este disco representa un poco cómo tengo la cabeza hoy, después de todas las experiencias que tuve en este tiempo. Por eso tengo ganas de tocarlo en Buenos Aires, porque acá tenemos una cultura muy fuerte de rock and roll, una tradición; y no lo digo como una cosa mística, sino que por ahí, en México, hay una mezcla mucho más latina. Bueno, acá [señala la tapa de su CD], no hay nada latino, excepto mi nombre."
La única promesa para el show de esta noche, entonces, es la presencia de un power trío, algunos invitados de lujo y una guitarra mágica que parece no haber perdido peso ni sonido y que devuelve un pedazo de aquella tradición rockera argentina.