Katy Perry: ¿Quién es esta chica?
La atrevida cantante pop, hija de pastores metodistas, cerrará esta noche una nueva fecha del festival Pepsi Music
Katy Perry es la provocación ultracomedida, una de las artistas que mejor explotan actualmente el impacto de un "look" atrevido. Aunque anteponga a todo su fe cristiana. Con sólo dos discos acorta distancias para ocupar un lugar en el podio de las solistas del siglo XXI.
En la carrera hacia el éxito suele haber consenso entre el público para señalar el número uno. Mientras unos y otros aún debaten si Lady Gaga ha logrado destronar a Madonna, a millas de distancia, un grupo selecto de solistas femeninas pugnan por el segundo puesto en el podio de "artista pop para el siglo XXI".
Entre las que más distancia recortan se encuentra Katy Perry, una californiana hija de pastores metodistas que hace tres años escandalizó a su familia y a algunas mentes pacatas con canciones, como "Ur So Gay" o "I Kissed a Girl". La primera iba sobre un novio metrosexual que debería ser gay y la segunda, sobre la fantasía de besar a una chica (en su caso, inspirada por la actriz Scarlett Johansson). Aquel suflé de incorrección ultracomedida no ha hecho sino inflarse e inflarse desde entonces.
Perry apenas cultiva maneras de diva y es toda simpatía. Recibe con las uñas y la boca rosa chicle a tono, sombra de ojos negra, enormes pestañas postizas y una gruesa capa de maquillaje que apenas logra disimular algunos granitos. El largo de su minivestido lucha por alcanzar sus muslos. Ella, para disimular, se sienta con un almohadón encima donde sitúa la grabadora "para que registre mejor las respuestas".
Nos solicitaron reiteradamente que no hagamos alusión a su fastuosa boda en la India con el actor cómico Russell Brand, aunque ella no pueda evitar tentarnos jugueteando todo el tiempo con su alianza repleta de diamantes. O mencionando a su novio cada dos por tres para corregirse inmediatamente. "Quiero decir, mi marido." El le ha regalado por sus nupcias un tigre de bengala. En contraste al despilfarro, la pareja ha solicitado a sus invitados que mejor contribuyan con un cheque para una ONG. "Nuestras profesiones son lo suficientemente privilegiadas como para que encima nos anden regalando más cosas", finiquita sobre el asunto.
Cristiana y sexual
Hay una ambigüedad calculada en su discurso. Mientras alimenta la provocación sexual, reivindica todo el tiempo su fe cristiana. Hace unos meses, cuando Lady Gaga estrenaba el videoclip de "Alejandro", Katy Perry se echaba las manos a la cabeza y declaraba en Rolling Stone: "Agitar sexo y espiritualidad en el mismo frasco sólo trae cosas negativas. Okey, yo canto que besé a una chica, pero no digo que la besé mientras me masturbo con un crucifijo".
Hoy matiza estas palabras: "Creo que se malinterpretó mi reacción. Lo primero de todo, sigo siendo fan absoluta de Lady Gaga. Ha revolucionado la música y la cultura visual de nuestro tiempo. Y ha elevado el listón para mí y todas las artistas actuales. Pero no tengo que estar de acuerdo con todo lo que ella dice o hace. Y lo segundo, para mí, la espiritualidad es algo muy importante, no me gusta que se tome a la ligera. A veces no entiendo por qué hay artistas que juegan esa carta, como cuando Madonna se sube a cantar a una cruz. Russell también ha hecho bromas muy blasfemas en el pasado, pero cada vez menos, porque sabe que soy muy sensible con el tema. Se puede ser frívolo y divertido sin necesidad de incurrir en eso. Y no sé por qué pasa en concreto con la religión cristiana. Yo no veo a gente fingiendo sexo con estatuas de Buda, por ejemplo".
Para que comprendamos la diferencia: cuando Lady Gaga se planta un sostén con dos metralletas y se traga un crucifijo, Katy Perry sitúa dos sprays de nata montada y engulle gomitas de mascar. El videoclip en cuestión, "California Gurls", se ha convertido en el de mayor rotación de 2010 por la cadena MTV. De igual manera, en su siguiente simple, "Fireworks", un canto al orgullo freak , le salen fuegos artificiales del pecho.
Su anatomía se ha convertido en el mejor recurso alternativo a su voz. En septiembre del año pasado, la cantante de 27 años tenía que haber protagonizado un número musical en el programa Barrio Sésamo , de los Estados Unidos, pero su emisión se canceló cuatro días antes por la acumulación de protestas de padres indignados al ver las fotos de su revelador escote. Días después, Perry respondía haciéndose la tonta desde un sketch en Saturday Night Live con la cara del peluche Elmo estampada en el pecho.
La pregunta es de rigor: ¿qué tienen sus pechos que generan tanto debate? "Oh, ¿mis tetitas?", suelta observándoselas. "Son muy poderosas, supongo. No puedo controlar el impacto de los atributos que Dios me dio. Y hay gente que eso se lo toma demasiado a la tremenda. Estoy superorgullosa de mi cuerpo. No es que suela salir medio desnuda ante el mundo por sistema. Es solo que tengo más curvas que otras. En cualquier caso, el resultado de la censura de aquel video infantil me ha hecho más bien a mí que mal yo a ellos."
Cierto. De hecho, cualquier preescolar con acceso a Internet puede verlo en YouTube. "Exacto. Es como cuando a mí me prohibían ver la MTV de pequeña. Enseguida me las ingenié para averiguar el código descodificador. La verdad es que mis padres no estuvieron muy espabilados en eso. ¡Pusieron la fecha de nacimiento de mi madre!", se ríe.
Rebobinemos. Kate Hudson (el Perry, apellido materno, vino después, para que no la confundieran con la actriz del mismo nombre) creció en un hogar donde estaba prohibida la música profana. A los nueve años se convirtió en la voz más angelical del coro de su iglesia. A los doce veía videoclips a escondidas "hasta que escuchaba el coche de mis padres entrar en el garaje; para ellos Madonna estaba en la misma categoría que Marilyn Manson".
Por su décimo tercer cumpleaños, los miembros de su iglesia le regalaron una guitarra. Su primera canción, "Trust Me", trataba sobre confiar en Dios. A los 15 años, grabó en Nashville su disco de debut. Sólo canciones de gospel. "Apenas tenía influencias externas. Todo en mi vida era Dios y la iglesia. Si mi familia fuera musulmana, habría cantado sobre Alá. Pero no pienso despreciar aquellos temas porque Dios sigue siendo una fuerza poderosa en mi vida. Aún continúo cantando sobre él."
Por entonces, dejó el colegio. "Me dije: «Si fuera buena haciendo espaguetis querría ser la mejor chef del mundo». Ese es el mismo impulso que sentí con la música, tenía que centrarme en alcanzar mi meta." Se plantó en Los Angeles con 17 años. Dio tumbos de una discográfica a otra. "Me rechazaron en tres. Pero yo siempre digo que el rechazo es la protección de Dios. Si hubiera sacado mi primer disco de pop siendo una adolescente en lugar de a los 23 años a lo mejor no habría sabido cómo aguantar toda la responsabilidad, presión y escrutinio que ello conlleva."
Madonna se convirtió en su primera vocera, reclamando la atención sobre el simple "Ur so Gay". "Al día de hoy no la he conocido en persona. Sólo la vi una vez, en la fiesta que organizó tras un concierto en Londres. Yo fui con Mika. Resultaba imposible acercarse a ella, porque siempre tiene una corte de gente a su alrededor. Cuando al fin llegó mi momento de saludarla, ya me había tomado tres copas de champán y apenas pude proferir un «¡Gracias... Muchas gracias!». Me quedé pasmada", se ríe.
El bloguero Pérez Hilton, azote de las celebridades de Los Angeles, se volvió su principal aliado, esbozándola como ícono gay prematuro. Desde su página web, la enfrentó a Lily Allen y alimentó una rivalidad entre ambas que hoy se ha esfumado por completo. Mientras la cantante británica se desvinculaba del mundo de la música y hacía buenas migas con Kate Moss, Perry se alineaba con Rihanna y cimentaba su estatus en la industria.
Lo que podía parecer una simple alianza de conveniencia ha resultado ser una sólida amistad. Rihanna no pudo estar en la boda de Perry por compromisos laborales, pero sí le organizó una fiesta de despedida de soltera en el Hard Rock Hotel de Las Vegas con penes inflables en la piscina y una tarta en forma de ídem enhiesto en la que se leía Cuntgratulations (juego de palabras traducible como "Felicidades, zorra"). "No resulta fácil encontrarse a gente tan fantástica como Rihanna en esta industria, en la que el éxito enseguida te puede volver fría y distante. Desde que nos conocimos se mostró muy generosa."
Ambas han cultivado el arte de provocar sin herir, pero aún nos queda una cuestión por aclarar: ¿generar controversia hoy es lo más fácil o lo más difícil del mundo? "Hay que tener mucho ojo con qué la generás, aunque siempre habrá quien vea signos de controversia en lo que hacés, ya sea pintarte las uñas de rojo o bailar. Yo no quiero arreglar el planeta ni agradar a todos, sólo abrir mentes. Y si de paso la gente se divierte conmigo, pues mejor."
DIXIT
"No puedo controlar el impacto de los atributos que dios me dio. Estoy superorgullosa de mi cuerpo"
"Siempre habrá quien vea signos de controversia en lo que haces, ya sea pintarte las uñas de rojo o bailar"
© El País
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