Doña María, uno de los favoritos del ciclo Cosmódromo en el Bauen. La máquina de fusión
Chacareras, dub, scratchs y huaynos en una propuesta festiva y bailable
"No tenemos tradición", dice María José Galliano, cantante y factótum del grupo Doña María y con esas simples palabras, lanza su proclama de independencia y originalidad para ese groove mestizo con aires de folklore, cumbia, dub y experimentación llegado desde el conurbano bonaerense. Todo lo que se escucha en Doña María , su debut homónimo, suena a nuevo y original, como los "remix" de "Fuego en Animaná", "Plantita de alelí", "El pescador" o "Beatriz Durante". Quizá sea por esa falta de tradición que proclama la cantante y la falta de preconceptos para surcar el folklore sin necesidad de pertenencia a un solo lugar o a una sola música que esta máquina de fusión se mueve hacia adelante sin prejuicios. "Somos eclécticos, porque la vida en Morón tiene esa cosa urbana, esa mezcla de gente, sensaciones y músicas que forman parte de esa pequeña aldea", redondea Juan Ignacio Serrano, el otro pilar de este colectivo sónico del Oeste, que se presenta esta noche en el ciclo Cosmódromo del Bauen (Callao 360) con Lulacruza como invitados.
En Doña María se sienten los colores de distintas músicas folklóricas del continente -cumbia, chacarera, baguala-huayno- todo atravesado por la fusión con otros géneros como el raggamufin, instrumentos acústicos y el uso de scratch, loops y samplers. "Este es un ensamble muy raro y partir desde ese lugar quizá nos llevó instrumentalmente hacia un territorio distinto que si hubiéramos tenido una formación más clásica y convencional. Buscábamos algo novedoso partiendo desde el folklore pero no teníamos referencia alguna, así que ese fue por un lado un riesgo y por otra una invitación para hacer algo original", cuenta Juan, guitarra y voz del grupo, que se completa con Fer Radl (voz y percusión), DJ Raffa (scratchs y samplers), Sergio García Marín (contrabajo) y Marcelo Von Schultz (batería y percusión).
"Muchas de las versiones y canciones surgieron de la experimentación en la sala de ensayo o de lo que hacíamos en vivo al principio. Era real improvisación porque uno empezaba un tema y no sabíamos donde podíamos terminar. Pero a la vez eso le daba una cosa muy viva a los temas folklóricos y los llevaba muy lejos de las versiones originales, cosa que nos gusta mucho", cuenta María, cantora que comulga con la profundidad de la caja bagualera y los temas más pisteros.
El sonido de Doña María no surgió de la noche a la mañana. El grupo empezó como trío en 2007, y se fueron sumando componentes, texturas y colores rítmicos. "Todo esto llevó un largo proceso de decantación natural que terminó en este sonido actual, que en principio no fue planeado y va mutando. La música nos va llevando y nosotros le seguimos la corriente. Pero es difícil hablar de un género, aunque es una búsqueda por fuera del folklore y del rock convencional. Nuestro sonido sale de una síntesis de la sobredosis de información que tenemos como músicos", arriesga Juan, en un intento por escapar de cualquier rótulo.
"Dentro de la banda hay gustos dispares y todos consumimos músicas muy distintas. Algunos ni siquiera escuchan folklore. El juego es entregarse a esta experiencia mixta de sonidos. Para mí no hay conflicto", completa su compañera María. Embarcados en la búsqueda creativa, la banda evita pertenecer a una escena. "Para nosotros sería muy frustrante quedar encasillados. Si bien transitamos el repertorio folklórico no nos consideramos parte de esa movida porque no sabemos que sonidos podemos incorporar mañana. De hecho estamos trabajando sobre versiones de temas de la francesa Camille y los Redondos de Ricota".
-¿Que les aportó el folklore?
Juan: -Lo más fuerte para nosotros es esa pulsión de la tierra que tienen todas las músicas populares. Más allá de las relecturas, buscamos invocar esa fuerza original, espesa y bailable.
Para agendar
Doña María se presenta en el ciclo Cosmódromo.
Hotel Bauen , Callao 360. Hoy, a las 21.30. Entradas, 25 pesos.
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